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—Solo son dos conceptos, Liam.— comentó, perdiendo lentamente la paciencia que había estado resguardando.

—Dos conceptos que no logro entender, Theo.— respondió, argumentando lentamente su poco conocimiento con respecto al tema. —¿Podemos descansar, al menos?— preguntó, pidiendo con fuerza que el mayor aceptara.

—¿Desde cuando Liam Dunbar en derrotado por un simple concepto de biología?— bromeó, asintiendo a la frase interrogativa anterior.

—Odio biología.— contestó, sin dejar una mísera duda hacia su desagrado a la asignatura. —¿Tienes hambre?— murmuró, buscando entre sus alacenas algo que pudiera ser preferiblemente dulce y comestible.

—Un poco.— apretó sus labios, observando atentamente las acciones desparramadas de Liam en la cocina. —¿Necesitas ayuda?— agregó, oyendo como las latas de comida conservada eran movidas con fuerza, arrastrándose por la madera marrón y cuidada de la casa.

—No, estoy bien.— comentó, al sostener el deseado paquete embolsado.

Liam sonrió, despreocupado a toda persona que pudiera interrumpirlos, aunque pudiera prevenirlo. Theo había pasado tanto tiempo a su lado como las horas se lo permitían, porque internamente ambos temían, temían no volver a verse, no volver a rozar sus manos y fingir no sentir una energía que recorría sus cuerpos con fuerza, temían el uno por el otro.

Sus miradas se juntaron entre segundos, pequeños y cortos segundos que abrieron paso a dejar completamente entontecido a Liam, quien había perdido su conciencia en los verdosos ojos de su contrario. El frío que se acumuló en su espalda desapareció, siendo reemplazado por un calor opaco y duradero que se arrastró desde sus hombros hasta sus mejillas.

Estaban demasiado cerca, al menos, así lo sentían ellos, a pesar de los metros que aún los separaban innecesariamente. Cruzando sus pies al caminar con miedo a desatar un caos entre tanta calma excesiva, Liam recorrió la sala hasta quedar frente a Theo, quien lo esperaba con ciertas ansías. Evitando cometer un error de principiantes, se arriesgaron a cubrir todos los pases habidos y por haber antes de concluir sus deseos más internos. Juntaron sus frente en una demostrativa prueba de cariño el uno por el otro, prestando atención a el cuerpo contrario, Liam memorizaba los nítidos lunares de Theo posicionados en su cuello, mientras que la quimera se dejaba llevar por el indomable aroma dulce de Liam.

—Theo.— nombró Liam, susurrando en silencio el nombre. Sin recibir respuesta, subió su vista hasta tenerlo consigo. Sus labios se juntaron en menos de un milisegundo, victorioso por haber dado la iniciativa a aquella tierna escena, Theo evitó sonreír en los labios de Liam y así poder continuar con aquel calculado beso.

Ambos chicos parecían sentirse en el cielo, recorriendo una vez más los labios contrarios como si fuese la primera vez, con cuidado y dulzura. Las manos de Liam pasaron de estar tiesas en sus costados a terminar en las mejillas de Theo, tomando por sorpresa a la quimera, quien había dejado sus manos caer en la cintura del beta. Su delicadeza era extrema, sentían que un mal movimiento podría romper todo el mundo al que se estaban transportando.

—¿Debemos hablar sobre esto?— preguntó, recuperando el aliento. —¿Aclarar que somos?— explicó, Liam, rogando obtener una respuesta positiva. Necesitaba saber cómo quedaría su relación luego de esto, luego de tantas declaraciones, luego de tantos sentimientos encontrados entre ambos.

—Deberíamos.— respondió, apretando sus labios.

«¿Aclarar que somos?»

—¡No!— el ensordecedor disparo capturó con odio los oídos de Liam, sus ojos habían pasado de dorados cubiertos de furia a celestes lagrimosos.

—¡¿Pensaste que no venceríamos?!— preguntó, eliminando las gotas de sudor que su frente dejó estar, pensando que su disparo fallaba. —¡Pregúntale si fallamos!— alegó sonriente, mostrando una despiadada felicidad.

—¡No, no, no!— expresó, sufriendo una tormenta imparable de emociones totalmente opuestas a lo que pueda llamarse positivo. —¿Puedes oírme?— murmuró, derramando lágrima tras lágrima.

—Liam.— respondió, con una debilidad inimaginable en aquella voz. —Recuerda que te amo.— Declaró, a medio sonreír. —Lo haré siempre.— finalizó, entrecortando sus palabras debido a la fatal falta de vitalidad.

Un rugido doloroso se oyó en todo Beacon Hills, aturdido de su propio y expresivo rugido, Liam tomó entre sus manos el, aún, cálido cuerpo de Theo protegiéndolo de todo lo que pudiera separarlos en ese momento, su último momento. Ardiendo por dentro, soltando todo, se dejó vencer ante la acumulación de emociones. Estaba dispuesto a todo, se vengaría de quien le había arrebatado a su todo.

El desesperado llamado de Liam combinado con una agitada respiración, despertaron a Theo. —¿Liam?— preguntó, poniendo toda su atención en la posible respuesta del beta.

—Theo.— respondió, susurrando su nombre. En menos de unos segundos, Liam se encontraba arropado en el cuerpo de Theo, abrazándolo con aires de sobreprotección.

—Estoy aquí, Liam.— contestó, abriendo sus ojos con fuerza y sorpresa. —¿Que sucede?— interrogó, amablemente conteniendo un bostezo amenazante.

—¡Tengo miedo, maldición!— respondió, apretando su lengua entre sus dientes.

—Liam, no dejaré que te hagan daño.— Correspondiendo el abrazo.

—¡No es por mi, desearía temer por mi!— exclamó, subiendo su mirada. —Theo, no quiero perderte.— agregó, sintiendo un nudo en su garganta que buscaba dejarlo sin palabras.

—No me iré de tu lado, Liam.— murmuró, acercándose a sus labios.

«No quiero perderte.»









¡Hola! ☀️
Nueva parte de esta historia Thiam,
Espero que les guste este nuevo capítulo.
❤️☀️

Broken || Thiam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora