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Tomó su abrigo más que dispuesto de dejar todo en manos de Samantha, pues sabía que era alguien responsable y que podría manejar todo sin problema alguno, no por nada, era su socia y fue entonces que, mentalizado, decidió correr hacia su coche, más aún así, alguien lo interceptó antes de poder entrar.

-¿Kenji? -preguntó sin poder creerse que el nombrado se encontrara allí -¿Qué sucede? Tengo prisa.

-Algo está pasando -le contestó con una seriedad poco propia de él, y con aquellas palabras su miedo afloró más dentro de él.

-Tengo que irme -fue lo único que le dijo ignorándolo por completo y montando en el coche, importandole poco que casi termina apretando los dedos de su amigo.

Aquel miedo parecía un monstruo creciendo dentro de él. Un monstruo que terminaría por devorar todo y no quería. No quería creerse lo que había soñado, pero aquella imagen latente en su mente no lo dejaba tranquilo y no lo haría hasta confirmar que todo se encontraba en orden.

Fue entonces que se dirigió a toda prisa hacia la casa, la cual habían compartido desde hacía un poco más de cinco años y que, gracias al trabajo de ambos, le habían logrado hacer algunas reformas, pero aquello ya había sido borrado por completo de su mente, pues él solo se encontraba enfocado en querer encontrar a todos bien y sin daño alguno.

Bajó del coche una vez lo ingresó en el estacionamiento propio que habían adjuntado a la casa, y una vez ingresó buscó por todos lados, sin encontrarlo.

-¿Gray? -llamó, pero nadie le contestó -¡Gray! -gritó subiendo las escaleras y buscando primeramente en la habitación que compartían, sin encontrarlo allí -¡Gray! -volvió a llamar buscando por todas las habitaciones restantes, hasta que finalmente lo encontró dormido en la habitación de Victoria, junto con ella, abrazados en la cama.

-¿Ethan? -preguntó Grayson somnoliento, refregando con una de sus manos sus ojos, intentando enfocar -¿Qué sucede? -le preguntó, pero Ethan no pudo darle respuesta alguna luego de sentir que su corazón volvía a su lugar y dejaba de aguantar la respiración.

El miedo se disipó, haciendo que la neblina que había nublado su juicio y sus sentimientos desapareciera y sin poder siquiera pensarlo, corrió hacia ellos y se abrazó a Grayson, provocando en éste sorpresa.

-¿Eth? -lo llamó sin corresponder el abrazo -¿Qué sucede? -preguntó sin entender y llevó sus manos a su pecho, haciendo que se separara -Sabes que duele ¿no? -dijo con cierta molestia, pero al ver su rostro, todo enojo pareció disiparse en los ojos de Grayson -¿Qué sucedió? ¿Por qué estás temblando? -preguntó preocupado entonces y Victoria a un lado de ellos se movió, pero no llegó a despertarse -Ven -lo tomó de una de sus manos y lo llevó fuera de la habitación, llevándolo entonces a la planta baja, sentándolo en la mesa que tenían en la cocina -¿Ethan? -lo volvió a llamar una vez se sentó y tomó con una de sus manos su barbilla, haciendo que levantara la vista -¿Qué sucedió? -volvió a preguntar, pero él se sentía incapaz de contestar, así que sin más, lo tomó de la cintura y lo atrajo a él, apoyando su cabeza en su estómago y sintiendo entonces las manos de éste sobre su espalda.

Unos minutos después, Grayson lo volvió a separar y se colocó de cuclillas para que pudieran verse, pues él mantuvo su mirada baja, sintiéndose incapaz aún de poder hablar. Grayson le dedicó una leve sonrisa antes de hablar.

-¿Te has dormido en el trabajo y has vuelto a tener una pesadilla?

Ethan tragó grueso, y asintió, sabiendo que era en vano negarle algo que Grayson ya parecía saber a la perfección.

-Lo siento -se disculpó y Grayson entonces lo abrazó.

-No tienes porqué -le susurró mientras acariciaba con una de sus manos sus cabellos y con la otra realizaba pequeños círculos en su espalda -Ya pasó y no tienes de qué preocuparte ¿si? -terminó y se separó un poco para dejar un leve beso en su frente -Lo que no quiere decir que me he olvidado de tu descuido de ayer -agregó sonriéndole falso y haciéndole percatar recién allí del vendaje que cubría todo el cuello de Grayson, como también, gracias a la remera de mangas cortas que llevaba puesta, lo moretones e incluso mordidas que decoraban sus brazos, como también sabía de sobremanera que todo su cuerpo debía de encontrarse de aquella forma.

Un sentimiento entre amor y recuerdosWhere stories live. Discover now