14. Quemar todo.

361 58 21
                                    

Emilia Mezzaluna rompió el silencio. 

—Estuvimos buscándolos, nadie sabía dónde estaban. Como sea, ¡me alegra que estén juntos! —ella se dirigió a nosotros y nos abrazó al mismo tiempo. Mientras lo hacía, observé a los demás. Matteo esbozaba una sonrisa, Grace se veía desinteresada, y finalmente, Kira y Lance se notaban ansiosos. Quizá les molestó que no les hayamos contado de nuestra supuesta «reconciliación amorosa». 

—¿Por qué no me dijeron que estaban saliendo otra vez? —interrogó Kira, mordiéndose el labio. Aquel gesto llamó mi atención, lo hacía cuando se sentía herida. Estuve tentada a preguntarle lo mismo, es decir, parecía que estaba en una relación con el chico de último año y ni siquiera lo mencionó. 

—No estamos saliendo, están malinterpretándolo, les explicaré... —comenzó Tanner. 

—Tanner, no estamos ciegos, se besaban —interrumpió Lance, otra vez usó esa voz que me provocaba pensar que no lo conocía, era demasiado fría y aterradora. También estuve a punto de reclamarle que al menos no lo habíamos hecho en habitaciones de otros, decidí callar nuevamente, conservaba una parte de mi conciencia intacta.

—Estuvimos bebiendo —insistió Tanner. 

—Sí, fue demasiado vodka —corroboré con una sonrisa y levanté la botella vacía como prueba—. Además, Kira, da igual, ninguno de los dos tiene pareja, somos libres de hacer lo que queramos, como tú —se lo dije a la pelirroja, pero miraba a Lance. Ambos asintieron, visiblemente enfadados por mi respuesta. 

—¿Por qué no regresamos a la fiesta? —sugirió Matteo, dispuesto a finalizar con el denso ambiente que se había creado. Todos aceptamos, sin embargo, sabíamos con certeza que las cosas cambiarían a partir de ahora. 

(...)

Con el pasar de los días, el rumor de que Suri Adams y Tanner Parker habían regresado no dejó de ser comentado por los estudiantes. Llegó un momento en que era tan incómodo tanto para él como para mí que optamos por la opción más lógica: Planear una reunión estratégica en mi casa. 

—Así que lo mejor que se te ocurrió es llamar a nuestros hermanos mayores, ¿eh? —rio Tanner a la vez que se sentaba en la cama, frente a mi laptop.

—¿Tienes alguna otra recomendación? —levanté una ceja, negó con la cabeza—. Entonces cállate, cariño —A pesar de todo el desastre, tomábamos el asunto con cierto toque de humor y nos llamábamos con apodos cariñosos cuando estábamos solos—. Oh, ahí están. 

En el otro lado de la videollamada, Sophie y Nick estaban acomodados en un sofá. Parecía que se hallaban en el apartamento de mi hermana. Sophie y An vivían juntas mientras que Dante y Nick residían a tan solo un par de cuadras. 

—Déjame repasar el mensaje —habló Sophie—. Leo textualmente: «Ayúdame, por favor, besé a Tanner en su fiesta. Kira y Lance, las personas que nos gustan, nos vieron hacerlo y ahora no nos hablan. No lo entiendo, se supone que están saliendo con alguien más, auxilio». Luego envió un montón de emoticones de pánico, mira —le enseñó la conversación a Nick. 

—Uf, deberías ver lo que mandó Tanner, es divertido —Nick sacó su teléfono y se lo mostró, los dos rieron a carcajadas. 

—¡No es gracioso! —exclamamos al unísono, terriblemente ofendidos. 

—Lo es un poco, acéptenlo. ¿Mamá está escribiendo sobre ti? Es un buen giro de trama —comentó Sophie cuando terminó de reír. 

—Vamos, ustedes estaban de ese modo hace algunos años —intervino An, asomándose por detrás del sofá. 

Esta secuela es un desastre [OCRA #2]Where stories live. Discover now