27. Siéntelo.

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Hoy es el día de afrontar la decisión que había tomado.

—¿Cuál es tu plan? —preguntó Sophie, dedicándome una mirada inquisitiva a través del espejo retrovisor—. Supongo que lo has pensado bastante, ¿no es así?

Durante el tiempo que usé para arreglarme, estuve dándole vueltas al asunto de contarle a Lance lo que sentía por él. El pensamiento de que arruinaría nuestra amistad poseía la ventaja hasta que comencé a guiarme por mis deseos más recónditos.

—Sí, se lo diré —me encogí de hombros—. Me cansé de que seamos amigos.

—No esperaba menos de ti, Suri —elogió Dante, complacido—. Asegúrate de hacerlo tan pronto se encuentren a solas, si esperas demasiado, es posible que se vuelva más difícil.

—Lo tendré en cuenta, gracias —sonreí—. No estoy preocupada, me he preparado para su rechazo. La idea es mantenerme tranquila, alejarme un par de semanas y regresar a la normalidad. No sé si estará de acuerdo con eso, ojalá así sea.

—¿Qué hay si dice que sí? —Sophie enarcó una ceja.

—Yo creo que le gustas —añadió Dante.

—En cualquier caso, alguien llorará, probablemente yo —sentencié, finalizando la charla.

(...)

El torneo de primavera concluyó recientemente por lo que Tanner planeó una fiesta para celebrar que obtuvieron el cuarto lugar a nivel nacional.

No pude contener una carcajada cuando Micah nos abrió la puerta, mostrándonos el panorama con una expresión reprobatoria plasmada en su rostro.

We out here drippin' in finesse, it don't make no sense —corearon los chicos, bailoteando con la mayor sincronía que un grupo de borrachos podía lograr.

Yeah, we got it goin' on, got it goin' on. Don't it feel so good to be us? —gritó Jules, seguido de los vítores de sus compañeros que terminaron la canción con una serie de risotadas.

—¡Jules, no! —reprendió Micah, arrebatándole la botella que sostenía—. Han corrompido al chico más joven y reservado del equipo, ¿están contentos? —golpeó a Joan en el costado.

—¿Por qué? —chilló como respuesta—. ¡Fue culpa de Colen! —lo apuntó con el dedo. El acusado negó las imputaciones con la excusa de que intentó que los menores no bebieran.

—¿Les mandaste una carta o qué demonios? —rugió, llamando la atención de los presentes que parecían divertidos con la situación—. ¡Irresponsable! ¡Indecente! ¡Inconsciente! ¡Joan! —comenzó a regañarle sin detenerse siquiera para exhalar el aire que había retenido.

—¡Que no fui yo! —Joan se cruzó de brazos.

Nick bajó las escaleras, dispuesto a salvar a su hermano menor. Él tranquilizó a Micah, prometiéndole que supervisaría a los jóvenes a partir de ahora.

—Suelen obedecerme, no te preocupes —intervino An, extendiéndole una lata de cerveza a Micah—. Les enseñé francés el año pasado, son buenos chicos —ella emitió un silbido, aquello bastó para que todos, incluido Tanner, formaran una fila.

Alexis llevó a Micah a la cocina, Coraline los acompañó.

—No armen un escándalo otra vez —advirtió la pelirroja—. Les patearé el trasero si me entero de que han tomado una sola gota de alcohol, morveux (mocosos) —hizo un gesto con la mano, indicando que les autorizaba retirarse.

Esta secuela es un desastre [OCRA #2]Where stories live. Discover now