XV. Cada vez que pienso en vos

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Fue amor - Fito Páez

Hay un pitido ensordecedor que molesta los tímpanos de Peter. Desde el balcón no logra reconocer de dónde viene ni de qué se trata, aunque ve perfectamente a los turistas que allá a lo bajo disfrutan el día soleado. Como si a ellos no les afectara, como si no lo escucharan, o como si en realidad solo pueda oírlo él. Se destapa el oído sacudiendo un dedo en la oreja derecha y vuelve a entrar a su habitación que está desolada, con las camas desordenadas y los bolsos apilados en un rincón. Se saca la remera a causa y consecuencia del mismo calor y abandona las ojotas debajo de su cama cucheta. Se detiene en la puerta del baño antes de abrirla porque escucha una voz cálida que está cantando. Esboza una sonrisa minúscula, de esas en las que connota el disfrute, y corre un poco la puerta para espiar. Lo ahoga el vapor y, cuando se disipa, descubre que no solo está húmedo el piso y las paredes, sino también la bañera cargada de espuma en donde está sumergido el cuerpo de Lali. Con las puntas de los dedos de los pies logra tocar el extremo contrario de la bañera y los mueve lentamente, al ritmo de lo que entona. Su cabeza descansa sobre el borde, con el pelo mojado pero arrodetado para que no se le pegue en la cara, y los ojos cerrados.

[...] la verdad es que todo fue tan extraño, tan extraño, al fin. Vos buscando el polvo de Dios, yo bebía para irme de aquí –casi que no abre la boca para cantar y su voz rasposa significa que hace poco levantó– cada vez que pienso en vos fue amor, fue amor. Cada vez que pienso en vos fue amor, fue amor –Peter trata de ser lo más cauto posible para entrar– todo el mundo me habla de vos y no puedo dejar de reír. Lo que haces y a dónde vas, de tu depto siempre a Prix d'ami –se sostiene de la bacha y se arrodilla quedando sentado al costado. Clava un codo en el borde de la bañera y deja que la cabeza descanse en su puño mientras la observa y la escucha– no está bien romper un corazón, dejavú de lo que va a venir. Vos querías verme feliz, yo quería verte revivir...

Cada vez que pienso en vos fue amor, fue amor –canta de repente, casi asustándola, por eso es que vuelve a abrir los ojos y se reincorpora rápido en la bañera para reencontrarlo– cada vez que pienso en vos fue amor, fue amor –y se sonríen.

−Valía que avisaras que entrabas en cuadro.

−Valía que avisaras que venías a bañarte –retruca.

−Estabas durmiendo y no te quería molestar. Igual veo que estás preparado para tirarte de cabeza –comenta al notarlo solo con la bermuda y él ríe.

−Siempre que haya lugar...

−Siempre hay lugar –responde sin apartarle la mirada y ante su silencio deja reposar la cabeza en lateral de la bañera. Un brazo lo deja colgando y él aprovecha para buscarle la mano y acariciarle los nudillos.

−¿Dormiste bien? –Lali asiente– ¿No hubo ningún ruido molesto? –niega– ¿Ronco? –y ella carcajea casi contagiándolo– lo pregunto en serio, siempre me lo recriminan.

−No sé, tengo el sueño profundo. Y calculo que si lo hiciste, fue algo leve. ¿Yo?

−Vos sos hermosa hasta durmiendo –confiesa y ella se muerde el labio por vergüenza– creo que ni siquiera tenés mal aliento –y la hace reír otra vez– ahora en ésta bañera también estás hermosa.

−¿Por qué no venís a besarme de una vez y terminás con todo el circo? –le cuestiona al mismo tiempo que tironea de su mano arrastrándolo por el suelo para estar más cerca.

−Perdón, solo quería ser sutil y romántico.

−Nunca lo fuiste –le responde rozándole los labios. Peter ríe y cierra los ojos para besarla.

MI ÚLTIMA CANCIÓNWhere stories live. Discover now