19: extra

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Taehyung

— ¿Lo estoy haciendo bien?

Jungkook asintió antes de murmurar—: Usted es muy bueno en esto, joven amo.

— ¿Sí? —Pregunté emocionado—. ¿Se siente bien?

— Mucho.

Me hacía feliz escuchar que se sentía bien, era tan bueno saber que yo podía hacerle sentirse bien también—. Tu cabello es tan suave. —dije admirando la textura, mientras deslizaba mis dedos entre las finas hebras de su pelo.

— No es más suave que el suyo, su majestad. — Se apresuró a decir. Noté el sonrojo en la bonita piel blanca de sus hombros, al mismo tiempo que vertía más agua sobre su cabeza con mi mano libre para retirar el jabón de su pelo. Jungkook nunca me permitía hacer cosas por él, siempre que me ofrecía él me rechazaba respetuosamente, asegurándose de no ofenderme, como si alguna vez algo que él dijera o hiciera pudiese ofenderme, pero esta vez, por alguna razón, había sido diferente, luego de preguntarle si podía darle un baño yo a él, se había negado rotundamente como supuse que haría y una vez que finalmente me rendí y que entendí que no iba a suceder, Jungkook me sorprendió despojándose de sus ropas, entregándome el jabón, antes de correr torpemente hacia el manantial para ocultar debajo del agua su desnudez.

Estaba pensando en que la fortuna debía estar a disposición el día de mi nacimiento, porque de otra forma no podría explicar esta situación más que como un sueño.

Él había atendido mis necesidades básicas, como bañarme, desde que tuvo la edad suficiente para hacerlo y se lo permitieron, no sin antes haber tenido que pedirle a la encargada de los sirvientes de la corona expresamente por él, porque no era exactamente común que un hombre sirviente, criado en el palacio, sirviese al príncipe, normalmente asignaban una tarea tan importante como lo era el cuidado de la familia real a las mujeres.

Había lavado su cuerpo cuidadosamente, con ternura, evitando hacer algo que pudiese causar que se cohibiera más. Jungkook estaba constantemente masticando su labio inferior, dándome pequeñas miradas fugaces mientras las puntas de sus orejas se volvían de color rosado oscuro. Podía decir que estaba tan avergonzado de su desnudez como del hecho de que era yo, el príncipe, quién lo estaba lavando, pero no había razón para estarlo, primero porque a pesar de ser joven él tenía un cuerpo precioso, delgado y apenas sutilmente con algo de musculo, su piel muy clara y suave. Y segundo porque yo no deseaba estar en otro lugar, con ninguna otra persona u haciendo otra cosa que no fuese esto.

Está bien, si deseaba hacer algo más... con él, pero eso era una historia aparte, yo no haría ningún movimiento, no mientras él no me hiciera saber que podía. Yo lo quería y lo valoraba demasiado como para empujarlo hacer algo para lo que no se sentía preparado.

— Hey —Lo llamé y él volvió un poco su rostro para poder mirarme—. Debes aprender a tomar los cumplidos, ¿está bien?

Lo vi morderse el labio y apartar la mirada con timidez antes de asentir con vacilación—. No es fácil aceptar cumplidos cuando vienen de alguien como usted, majestad.

— ¿Alguien como yo?

— Uh huh, alguien tan increíblemente precioso como usted.

Fue mi turno de sonrojarme ahora, aclarándome la garganta—. Me halagas, pero no soy precioso.

Jungkook se volvió entre mis brazos con una sonrisa, el sonrojo todavía brillando en un suave rosa sobre sus mejillas—. Debe aprender a tomar los cumplidos también, majestad.

Sonreí—. Usando mis propias palabras en mi contra, ¿eh? —Acuné su rostro entre mis manos, apretando sus mejillas causando que estás se presionarán sobre sus labios convirtiéndolos en un piquito, haciendo muy difícil el apartar mis ojos de ellos. Tan difícil que no pude resistir el querer...—. ¿Está bien si yo...? —Jungkook me miró con sus grandes ojos antes de asentir, entendiendo lo que estaba pidiendo. Su piel coloreándose en nuevos tonos de rojo fue lo último que vi antes de cerrar los ojos para besarle.

Soulmate bells ↬ |kookv|Where stories live. Discover now