Aliado

626 105 7
                                    

Sin duda, estaba indignado, su padre no entendía lo grave de la situación, aunque no le extrañaba, era Enji Todoroki, quien a sus ojos era un viejo arrogante, lo odiaba, lo odiaba con todas sus fuerzas, él era el causante de todas sus desgracias, lo único que podía agradecerle, es el hecho de que trajo a Izuku a su vida, pero fuera de ello, todo se basaba en tristezas, y para rematar, se le sumaba otra.

Su pecoso, su peliverde, su luz al final del obscuro túnel que recorría de hace tiempo, estaba en manos de un peligroso pirata, quien había destruido la mitad de su reino, sin mencionar ese dragón que lo acompañaba, sin duda era de temer, pero no para él, no permitiría que nada le pasase a su amado, ni en un millón de años, y aunque su padre lo encerrara bajo mil candados, encontraría la forma de escapar, como en éste mismo momento, se encontraba en la torre más alta de palacio, custodiado por 448 soldados, más dos arqueros y 4 soldados custodiando su puerta, sin duda comenzaba a comprender a Izuku, pero ni siquiera eso era rival para él, estaba furioso, fuera de las murallas, el pueblo entero estaba haciendo una revolución, ya que el cobarde de su padre no quería dar cara.

Luego de pensarlo por dos segundos, lo concluyó, ya no dejaría que su vida se basara en rebeldías, porque eso eran, rebeldías, y es que nada de lo que hiciera en la vida tendría sentido si éste no dejaba de vivir y depender de su padre, así que sí, era un niño consentido, tenía que admitirlo.

Miró a los arqueros, sin duda ellos no tenían culpa, solo seguían órdenes, pero cada segundo que pasaba, era tiempo perdido, su pecoso estaba allá afuera, en lo ancho de los cielos, tenía que actuar rápido, ya no escaparía por medio de sus berrinches, actuaría por Izuku, y solo por él, iba a ser capaz de viajar hasta All Might y pedir la mano de su pecoso en matrimonio, pero para eso, tendría que demostrarle a Yagi que era digno, que mejor que llevándole a su peor enemigo en bandeja de plata...

Miró a los arqueros, sin duda ellos no tenían culpa, solo seguían órdenes, pero cada segundo que pasaba, era tiempo perdido, su pecoso estaba allá afuera, en lo ancho de los cielos, tenía que actuar rápido, ya no escaparía por medio de sus berrinc...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras tanto, sobre marea, la tensión crecía, sí, el capitán había recuperado algo de su liderazgo, pero lo que tensaba a los marinos, era el hecho de que hace 2 horas, el capitán había entrado al camarote junto al Kirishima falso, y hasta ahora, no había salido...

De pronto, la puerta se abrió de golpe, dejando visualizar a un rubio cenizo, el cual, avanzó hacia su tripulación, todos en automático, formaron una línea, presentándose firmes y serios, mientras el caminaba de forma lenta hacia todos ellos, sin duda les alegraba en el fondo, ver a su capitán tan decidido, era algo que luego de la muerte de Kirishima, no esperaban en lo más mínimo, y es que sabían cuánto amaba el capitán a su Lagarto, como solía llamarle, pero lo que no esperaban, era que el "impostor", saliera del camarote, vestido como uno de ellos...

*Flashback*

Entró a su camarote pasando esas cortinas pesadas y negras, no podía dejar de pensar en todas esas veces que Kirishima pasaba por ellas, no pudo siquiera evitar, recordar aquella primera vez, que con algo de pena sugirió ponerlas, puesto que sentía que hacían mucho ruido por las noches, y sin duda el material de éstas hacía que el ruido disminuyera.

Las dos versiones de ti (KIRIBAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora