Parte 10

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Años atrás...

Solía tener cosas favoritas que hacer, solía escuchar a mi tribu. Solía disfrutar el color de mi piel roja y ver las estrellas contadas por el líder de la tribu. Solía sentirme caliente durmiendo entre las pieles de los animales, y solía soñar en que algún día me convertiría en un animal, y así, hacer que el ciclo de la vida comenzara una y otra vez.

Entonces, él llegó.

Portaba ropa graciosa, y sus colores eran, raros y diferentes. Su piel, su rostro, todo de él era nuevo. Me atrajo, y creo que yo le atraje a él. Recuerdo que tomó mi mano, y caminó conmigo, por mis tierras. Dijo, "Hermosas tierras, pero necesitan un líder." Yo lo miré, sonriente, con mis ojos reflejando el cielo y las estrellas. "Ya hay un líder." contesté, pero su mirada se vio obscura.

– No, no lo hay. Pero, puede haberlo. – dijo, y acabé con una bala en el estómago.

No recuerdo que pasó después, solo que desperté, y nada de lo que veía a mi alrededor era como antes. El señor Inglaterra me llamaba Trece colonias. Y no entendía por qué. Decía que era su hijo, y no entendía por qué. No entendía este dolor en mi cuerpo, no entendía porque se desvanecían mis marcas de tribu, porque mi piel roja comenzaba a desaparecer. ¿Dónde esta mi madre? ¿Dónde esta mi padre?

¿Dónde estoy?

No reconozco este lugar, ¿Es acaso mi hogar?

Corrí, para tropezar apenas había dado cinco pasos, por el fuerte dolor en todo mi cuerpo. Solo pude alzar la vista, y los vi. Mis humanos, mis... humanos, todos, muertos y algunos siendo fusilados, estaban quemando sus cosas, estaban destruyendo mis tribus. No, esperen, si los destruyen yo no podré, yo no podré...

– Acepta el cambio trece colonias, deja ir algunas cosas, y gana otras.

– Mi... cultura.

Después de eso, mi cuerpo se puso débil, muy débil. Mi piel comenzó a palidecer, como la del señor Inglaterra. Mis ojos se hicieron negros, inservibles, así que el señor Inglaterra me dio un par nuevo. Mi larga cabellera negra fue cortada cuando el pelo se caía de mi cabeza, y comenzaba a nacer un color rubio potente.

Lloré durante días cuando el señor Inglaterra me hizo ver mi reflejo. ¿Dónde esta mi tribu? ¿Dónde están mis marcas? ¿Dónde esta mi hermosa piel roja? ... ¿Dónde está mi gente?

– ¡Acéptalo! – gritó, pero no pude. Acabe tatuando en mi piel, a mi mismo, un atrapasueños, con mi nuevo nombre, trece colonias.

Trece colonias.

Que horrible.

Traté de ayudar a las pocas personas, a mis pocos humanos que aun quedaban con vida, traté de esconderlos, de darles todo. Pero aun así el señor Inglaterra fue cruel, y casi los exterminó por completo. Lo lamento, no pude protegerlos, no pude, soy débil, mi cuerpo ya no es fuerte, no tengo cultura, no tengo tradición, no tengo tierras propias, soy solo un muñeco de Inglaterra, lo lamento, dios, lo lamento.

Pero, comencé a ganar fuerza en la fantasía.

Así es, me había hecho mi propio héroe, entrenándome sin parar, haciéndome listo cada día, demostrándole a Inglaterra que puedo crecer, puedo hacerlo por mi cuenta, estas son mis tierras y yo su super héroe, esto es mío, esto es algo por lo que voy a luchar hasta la muerte si se necesita. Esto...

– Muérdeme. – dijo, una noche mientras visitaba mis tierras el señor Inglaterra. – Niño listo, muérdeme, te daré la oportunidad de crecer un poquito más.

LAZOSWhere stories live. Discover now