3. Hola, razón de mi existencia

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-Me alegra que se hayan quedado -dijo la madre de Annie abrazando a todos sus invitados.

Habían pasado tres días cuando llegó una carta de Ron, invitándolos a pasar lo que quedaban de vacaciones en La Madriguera. Theo aceptó de inmediato al saber que Hermione ya se encontraba allá, y Blaise sigue a Theo. Annissa estaba muy emocionada de conocer la Madriguera, pues todos le contaban muchas historias muy divertidas.

Annie por una parte no quería dejar a sus padres desprotegidos, pero era una buena oportunidad para enterarse de todo lo que estaba pasando. Alex estaba algo triste al saber que sus nuevos amigos se iban, por lo que Annie le prometió traerle muchos regalos el próximo verano.

-¿Qué tenemos que hacer? -preguntó Issa algo confundida mientras los demás se acercaban a la chimemea.

-El señor Weasley pidió que nos activaran la chimenea por unos minutos -dijo Annie buscando la bolsita con polvos flú que los Weasley le habían dado para ocasiones como esa- es parecido al traslador.

-No es mejor -murmuró Issa.

-Vendrás conmigo, tejoncito -dijo Blaise abrazándola por los hombros mientras la encaminaba a la chimenea- tú sólo sostente.

Annie le ofreció a Blaise los polvos flú, este tomó un pellizco y arrojándolos, exclamó:

-¡La Madriguera! -y enmedio de llamaradas verdes, desaparecieron.

-Wow -exclamó Alex con los ojos bien abiertos.

-Muchas gracias por aceptarnos aquí -dijo Theo despidiéndose de los padres de Annie.

-No hay problema, son bienvenidos -dijo Alan sonriendo.

Theo se encaminó a la chimenea y reptiendo el mismo proceso, desapareció.

-Los voy a extrañar -dijo Annie acercándose para abrazarlos.

-Nosotros a ti -dijo su padre abrazándola y dejando un beso en su cabeza- sé que las cosas no están bien en el múndo mágico, asi que, cuídate, por favor.

-Lo haré -dijo Annie sonriendo. Abrazó a su madre también y por último a Alex.

-Y recuerda, Annie. Me gustaría tener nietos pero todavía no -dijo su madre divertida.

La chica se sobresaltó y miró a su madre, sorprendida. Estaba ya en la chimenea por lo que casi se golpea.

-¿Qué?

Su padre parecía también a punto de desmayarse.

-Sólo recuérdalo.

Annie aún sorprendida, tomó los Polvos Flú y entre llamaradas verdes desapareció, viendo como Alex agitaba su mano y su padre miraba incrédulo a su madre.

Annie observaba pasar las chimeneas y cientos de colores distintos, hasta que sintió el suelo y fue un milagro que no cayera. La cocina de la Madriguera se alzó ante sus ojos, trayendole a Annie una sensación de estar en un ambiente hogareño, como la primera vez que la visitó.

-¡Annie! -la chica se sobresaltó y buscó el origen de aquella voz que se le hacía conocida. Fleur Delacour salió de una puerta, tan radiante como Annie la recordaba.

-¿Fleur?

-¡Hola! ¿A que te sogprendes de vegme aquí? -dijo sonriéndole y ayudándola a entrar a la cocina.

-Bueno.. sí, no me lo esperaba para nada -admitió Annie.

-Bill y yo somos novios -dijo emocionada mientras levitaba el equipaje de Annie- pog lo que pensamos que pasag una tempogada con su familia, segía una buena manega de adaptarme.

Annie y el Misterio del PríncipeOn viuen les histories. Descobreix ara