8. No hace falta que me llame "señor", profesor.

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Annie se había levantado de un inusual buen humor. Se había duchado mientras tarareaba una canción y se había hecho una ligera coleta que le encantaba. Hermione ya no estaba en la habitación, por lo que supuso que estaría con Harry y Ron.

Al bajar a la sala común, observó que había acertado. Estaban en un rincón, hablando en murmullos.

-¿Hablan de mi, no? -dijo divertida.

-Claro, cariño -dijo Harry sonriéndole- sólo les contaba lo que había pasado ayer.

-Oh.

Se pusieron de pie para poder salir por el hueco del retrato, sólo que había mucha fila.

-¿Nunca te han dicho que señalar con el dedo es de mala educación? -le espetó Ron a un alumno bajito de quinto El chico, que estaba murmurándole algo a un amigo, se ruborizó y, con el susto, tropezó y se cayó por el hueco. Ron rió por lo bajo.

-Me encanta ser alumno de sexto. Además, este año tendremos un montón de tiempo libre, horas enteras sin clases que podremos pasar aquí sentados, descansando.

-Necesitaremos ese tiempo para estudiar, Ron -le recordó Hermione mientras echaban a andar por el pasillo.

-Ya, pero hoy no. Lo de hoy va a ser pan comido.

-¡Espera! -saltó Hermione, y le interceptó el paso a un alumno de cuarto que llevaba un disco verde lima en la mano-. Los discos voladores con colmillos están prohibidos, dámelo ahora mismo -le ordenó con autoridad. El chico puso mala cara pero le entregó el disco, que no paraba de gruñir. Luego se coló por debajo del brazo estirado de Hermione y echó a correr detrás de sus amigos. Una vez se hubo perdido de vista, Ron le arrebató el disco a Hermione y dijo:

-¡Qué bien! Siempre quise tener uno de éstos.

Las protestas de ella quedaron ahogadas por una fuerte risa: al parecer, Lavender Brown encontraba divertidísimo el comentario de Ron.

Annie arqueó una ceja, curiosa.
Siguió riendo mientras los
adelantaba y volvió varias veces la cabeza para mirar a Ron, que parecía muy ufano.

Llegaron al Gran Comedor que ya tenía algo de gente para ser temprano. Se sentaron y Annie inmediatamente se sirvió un poco de huevo con salchichas, una tostada y un vaso de jugo.

Después de desayunar, se quedaron sentados en el banco esperando que la profesora McGonagall abandonara la mesa de los profesores. Ese año la distribución de los horarios era más complicada de lo habitual, porque previamente la profesora tenía que confirmar que todo el mundo había obtenido las notas necesarias en los TIMOS para continuar con los ÉXTASIS elegidos.

Hermione recibió autorización para continuar estudiando Encantamientos, Defensa Contra las Artes Oscuras, Transformaciones, Herbología, Aritmancia, Runas Antiguas y Pociones, y sin más preámbulos salió disparada hacia su primera clase de Runas Antiguas.

Annie esperó pacientemente a que la profesora terminara con Neville, quien se veía algo desanimado.

-Bueno, Roberts. Quiero decir, Black -se corrigió McGonagall al leer la lista. Annie sonrió- tienes todos los TIMOS aprobados, felicidades. ¿Seguirás con adivinación y Cuidado de Criaturas Mágicas?

-Adivinación no -dijo Annie inmediatamente. McGonagall tocó el pergamino con la varita para después tendérselo a Annie.

-Me alegra que haya resuelto los asuntos legales. Espero que el apellido no se le suba a la cabeza -dijo McGonagall con una pequeña sonrisa.

-No lo hará -prometió Annie mientras McGonagall se giraba a Harry. Annie tomó su mochila al ver que le tocaba Cuidado de Criaturas y se la echó al hombro- nos vemos más tarde.

Annie y el Misterio del PríncipeWhere stories live. Discover now