24. Por las miles de veces que pienso en ti

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-¿Vas a ir con Dumbledore a hacer qué? -preguntó Annie preocupada. Harry ya les había hablado de lo sucedido con Slughorn y el recuerdo. Les informó sobre los Horrocruxes y la misión a la que irían él y Dumbledore.

-¡Uau! -exclamó Ron embelesado, mientras agitaba distraídamente su varita apuntando al techo sin prestar la menor atención-. ¡Uau! Vas a ir con Dumbledore...  para destruir... ¡Uau!

-Ron, estás provocando que neve -le advirtió Hermione con paciencia, y le desvió la varita para que dejara de apuntar al techo, del que empezaban a caer unos gruesos y blancos copos.

Lavender Brown, que tenía los ojos enrojecidos, fulminó con la mirada a Hermione desde una mesa cercana, y ésta soltó el brazo de Ron.

-¡Oh, vaya! -se asombró el muchacho, y se miró los hombros-. Lo siento... Ahora parece que todos tengamos una caspa horrible. -Sacudió la nieve falsa que Hermione tenía en el hombro y Lavender rompió a llorar. Ron puso cara de sentirse tremendamente culpable y le dio la espalda-. Es que anoche cortamos cuando me vio salir del dormitorio con Hermione -le explicó a Harry por lo bajo-. Como a ustedes no podía verlos porque llevaban puesta la capa, creyó que habíamos estado solos.

-Bueno, pero no te importa que se haya acabado, ¿no?

-No -admitió Ron-. Fue muy desagradable cuando se puso a chillarme, pero al menos no tuve que cortar yo.

-Cobarde -dijo Hermione.

Después de la clase de Encantamientos, los cuatro amigos tenían una de esas escasas horas libres en que coincidían y se dirigieron a la sala común. A Ron se lo veía de muy buen humor después de haber cortado con Lavender, y se le veía mucho más con Daphne, y Hermione también parecía contenta, aunque, cuando le preguntaron por qué estaba tan sonriente, se
limitó a contestar: «No sé, porque hace un día muy bonito.» pero Annie sabía que Theo tenia algo que ver.

Cuando llegaron a la sala común, se llevaron la sopresa de que Katie Bell había regresado.

-¡Katie! ¡Has vuelto! ¿Ya te encuentras bien? -exclamó Annie.

-¡Sí, muy bien! -contestó ella, muy contenta-. El lunes me dejaron salir de San Mungo. Pasé un par de días en casa con mis padres y esta mañana he vuelto al colegio. Leanne me estaba contando lo de McLaggen y el último partido, Harry...

-Ya -dijo él-. Bueno, ahora que has vuelto y Ron ya está recuperado, tenemos posibilidades de machacar a Ravenclaw, y eso significa que todavía podemos luchar por la Copa.

Harry lucía mucho más feliz después de los entrenamientos de Quidditch en las siguientes semanas.

El cumpleaños dieicisiete de Annie lo celebró con sus amigos. Hicieron una pequeña reunión en uno de los patios del colegio y comieron de todo lo que Dobby les llevó. Annie se sentía más feliz que nunca por pasar otro de sus cumpleaños en compañía de sus amigos. Ron y Daphne estaban más juntos que nunca al igual que Theo y Hermione. Blaise alegaba estar feliz él sólo mientras comía.

Los regalos también fueron fantásticos. Recibió mucho pastel por parte de la señora Weasley, Theo y Blaise se unieron para comprarle una pulsera de oro en el que estaban sus iniciales L.A.B.L. Hermione le regaló un hermoso vestido y Ron soprendentemente colaboró con Hermione. Issa le regaló un cassette con las nuevas temporadas de Friends (con ayuda de Harry) y Daphne muchos accesorios.

Pero el mejor regalo de todos en opinión de Annie, fue el de Harry. Al principio era una caja grande sin nada en especial, pero en cuanto la abría, papel de colores y fotos eran lo que había. Annie sonrió y una a una fue viendo las fotos. Tenían inscripciones debajo de ellas, algunas con frases que le recordaban a ciertos momentos.

Annie y el Misterio del PríncipeWhere stories live. Discover now