9. Propiedad del Príncipe Mestizo

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Al llegar al pasillo, comprobaron que tan sólo una docena de alumnos iban a cursar el nivel de ÉXTASIS. Crabbe y Goyle no habían conseguido la nota mínima requerida en sus TIMOS, pero otros cuatro alumnos de Slytherin sí la habían alcanzado, entre ellos Malfoy. También había cuatro alumnos de Ravenclaw y uno de Hufflepuff, Ernie Macmillan.

-¡Blaise, Theo! -exclamó Annie sonriendo.

-Hola Annie -saludaron ambos llegando a su lado. Theo besó a Hermione mientras los demás se burlaban. Ambos se separaron, sonrojados.

-No pudimos hablar en defensa -dijo Blaise- Harry, tienes mi admiración.

Se inclinó haciendo reír a Annie. De repente, la puerta se abrió y la barriga de Slughorn salió por ella precediéndolo. Mientras los alumnos entraban en fila en el aula, el enorme bigote de morsa de Slughorn se curvó hacia arriba debido a la radiante sonrisa del profesor, quien saludó con especial entusiasmo a Harry y Blasie.

La mazmorra ya estaba llena de vapores y extraños olores, lo cual sorprendió a los alumnos. Annie olfateó, curiosa.

Blaise, Theo, Hermione, Ron, Harry y Annie se sentaron en una misma mesa. Eligieron la que estaba más cerca de un caldero dorado que rezumaba uno de los aromas más seductores que Harry había inhalado jamás: una extraña mezcla de tarta de melaza, palo de escoba y una exquisita combinación de vainilla con un toque frutal.

Annie inhaló hondo. Un olor a pastel de fresas, a libros y al perfume de Harry, reconoció.

-Huele a ti -dijeron cuatro voces en la mesa. Ron y Blaise se les quedaron mirando mientras los demás se sorprendían.

-Huele como tu perfume -le dijo Harry a Annie. Se acercó a ella e inhaló un poco- si, exactamente igual.

-A mi me huele al tuyo -dijo Annie.

-Muy bien, muy bien -dijo Slughorn, cuyo colosal contorno oscilaba detrás de las diversas nubes de vapor-. Saquen las balanzas y el material de pociones, y no olviden los ejemplares de Elaboración de pociones avanzadas…

-Señor… -dijo Harry levantando la mano.

-¿Qué pasa, Harry?

-No tengo libro, ni balanza, ni nada. Y Ron tampoco. Verá, es que no sabíamos que podríamos cursar el ÉXTASIS de Pociones…

-¡Ah, sí! Ya me lo ha comentado la profesora McGonagall. No te preocupes, amigo mío, no pasa nada. Hoy puede  utilizar los ingredientes del armario de material, y estoy seguro de que encontraremos alguna balanza. Además, aquí hay unos libros de texto de otros años que servirán hasta que puedan escribir a Flourish y Blotts…

Slughorn se dirigió hacia un armario que había en un rincón y, tras hurgar en él, regresó con dos ejemplares viejos de Elaboración de pociones avanzadas, de Libatius Borage, que entregó a Harry y Ron junto con dos deslustradas balanzas.

-Muy bien -dijo, y regresó al fondo de la clase hinchando el pecho, ya muy abultado, hasta tal punto que los botones del chaleco amenazaron con desprendérsele
-. He preparado algunas pociones para que les echéis un vistazo. Es de esas cosas que deberían poder hacer cuando hayan terminado el ÉXTASIS. Seguro que han oído hablar de ellas, aunque nunca las hayan preparado. ¿Alguien puede decirme cuál es ésta?

Annie se levantó un poco y alzó la mano, esperando no equivocarse, pero Hermione le había ganado.

-Es Veritaserum, una poción incolora e inodora que obliga a quien la bebe a decir la verdad -contestó Hermione.

-¡Estupendo, estupendo! -la felicitó el profesor, muy complacido-. Esta otra -continuó, y señaló el caldero cercano a la mesa de Ravenclaw- es muy conocida y últimamente aparece en unos folletos distribuidos por el ministerio ¿Alguien sabe…?

Annie y el Misterio del PríncipeKde žijí příběhy. Začni objevovat