43.

15.6K 646 88
                                    

Capítulo 43.

Si alguna vez dije nunca me he sentido tan nerviosa como ahora me retracto. Porque esto le gana por lejos. A pesar de estar segura de que realmente deseo estar con él, no puedo evitar ese dolor de estómago.
Niall vuelve a mi lado después de encender la lámpara y dejar una luz tenue en la habitación.

Verlo a la cara es más vergonzoso, me hace sentir tímida. Pero él me reconforta con una adorable sonrisa.
Sin decir una palabra, él vuelve a la cama, aunque está vez deposita su cuerpo sobre el mío.
No quiero esperar, es por eso que me acerco a su boca y nos besamos.
Él se toma su tiempo, más yo lo único que deseo es devorar esa exquisita boca que él posee.
Niall se ríe.

-Oye, tenemos toda la noche. —Susurra sobre mis labios. —No tenemos que apresurarnos.

Avergonzada asiento. Sé que tiene razón, es solo que soy tan torpe en esto que solo estoy dejando que mi cuerpo tome las decisiones.
Él vuelve a sonreír y esta vez nos besamos con calma, él acaricia mi cintura mientras mis dedos hacen lo mismo en su cabello.

Entre caricias lentas terminamos sacandonos el pijama, él está desnudo sobre mí y yo desnuda bajo su espectacular cuerpo.
Deseo mirarlo, y maravillarme por su físico, pero el vuelve acercarse, dejándome con ganas de más. Niall comienza a besarme, primero mi boca y luego desciende hasta mis senos, se lleva mis pezones a la boca enviando olas de placer a la parte más íntima de mi cuerpo que él también decide explotar por algunos minutos. La vergüenza que sentía y la timidez que me había embargado cuando él encendió la luz desaparecen.

Mis manos también recorren su cuerpo, desde su cuello, su pecho, su estómago y su miembro, el cual se endurece mucho más cuando siente mis dedos juguetones.
No sé cuanto tiempo pasa hasta que él decide hablar.

-Debes decirme cuando quieras...—

-Ahora. —Le digo segura de mis palabras.

Mi corazón palpita mucho más fuerte que antes mientras el pánico desea apoderarse de mi, sobre todo cuando él extiende su mano y toma un pequeño paquete plateado. Lo veo acomodarse entre mis piernas y romper el envoltorio con los dedos y luego desliza el condón por su prominente erección.
No puedo dejar de mirarlo, nunca había visto a un chico hacer esto, y es realmente interesante. Me pregunto si él me dejará en alguna ocasión hacerlo a mi.

-¿Puedo preguntar algo? —Digo y él me mira, aunque desearía preguntarle exactamente eso, mi pregunta es otra. —¿Me dolerá?

-Lo más probable es que sí. Es por eso que debes decirme inmediatamente que me detenga ¿Está bien Magdalena? —Me pide con preocupación, yo asiento.

Niall vuelve acostarse sobre mi. Su boca busca la mía y volvemos a besarnos, aunque está vez es mucho más demandante, más feroz. Sus palabras de tomarse las cosas con calma ya no son válidas para él, porque en cada beso me demuestra lo eufórico que está.
Mis manos continúan acariciandolo, éstas descienden por sus hombros, su pecho y su estómago, provocando que él se estremezca ante mis sutiles caricias.

-Recuerda decírmelo. —Me pide mientras se apoya con el codo en la cama y su otra mano toma su miembro hacia la entrada de mi feminidad.

Intento con todas mis fuerzas poder relajarme. Confío en él, sé que no me hará daño, es por eso que respiro profundamente mientras él intenta abrirse paso en mi interior.
Al principio no siento nada, solo como él empuja sus caderas e intenta acomodarse.
Pero después de lo que parece una eternidad al menos para mi, mi cuerpo se tensa cuando él está dentro.
Debo tomar varias bocanadas de aire para poder volver a  tranquilizarme, ya que mi corazón no deja de palpitar con fuerza.
Niall esta mirándome, sus profundos ojos azules abiertos de par en par mientras lentamente busca más profundidad.

-¿Estás bien? —Me pregunta.

-Sí. —Le digo pero me duele. No es un dolor fuerte donde deba exigirle que se detenga, solo es un dolor pequeño que esta allí, incomodando.

-¿Estás segura? —Me pregunta con preocupación.

Le digo que sí. Él asiente acercándose a mi boca, su aliento caliente se funde con el mío mientras empuja sus caderas suavemente, poco a poco mi cuerpo lo recibe, casi no duele, pero de repente y sin darme cuenta un dolor punzante se apodere de mi cuerpo, provocando que suelte un sonoro gemido de dolor. Un dolor que no podría describir con ningún otro.

-Magda. —Me llama.

-Esta bien, puedes seguir. —Le pido.

-Si te duele no. —Me dice realmente preocupado.

-Por favor. —Le pido y después de lo que parece una eternidad, él asiente.

Niall vuelve a tomar el ritmo suave sin dejar de mirarme, preocupado de que no me duela. El dolor más grande poco a poco comienza a desaparecer, creo que la peor parte ya pasó, porque mi cuerpo comienza a recibir nuevas sensaciones, unas más agradables.
Me sorprendo a mi misma dándome cuenta como mis piernas se abren mucho más para él, para que pueda acomodarse.
También empujo mis caderas en su dirección para obtener más profundidad. Niall me observa y sabe inmediatamente que no estoy sintiendo dolor, es por eso que sus embestidas se hacen más fuertes.

Desde el fondo de mi garganta comienzan a escaparse varios gemidos involuntarios, al igual que él. Niall deja caer su cuerpo caliente y húmedo sobre el mío, hundiendo su rostro en mi cuello mientras sus embestidas se hacen mucho más rápidas que antes, provocando que una ola de placer se apodere de todo mi cuerpo y mi corazón palpite intensamente.

Los músculos de mis piernas se tensan, y las paredes internas de mi feminidad también, había sentido esta sensación antes cuando él me tocó en la habitación de la residencia, pero nunca había sido tan intensa como ahora, es por eso que me dejo llevar sintiendo un avasallador orgasmo, mil veces mejor, mil veces más placentero.
Niall continúa moviéndose, buscando su propio placer, él me embiste fuerte y duro mientras aún sigo sintiendo los espasmos de placer apoderarse de mi cuerpo. Incluso puedo llegar a sentir como crece en mi vientre nuevamente el deseo de explotar a su alrededor con un segundo orgasmo.
Niall lo nota, y acelera sus movimientos, sin dejar de gemir, sin dejar de decirme cosas calientes, que me encienden mucho más.

Después de varios movimientos descontrolados de parte de ambos, Niall gime fuertemente contra la almohada que está al lado de mi cabeza, dejándose llevar, mientras que yo dejó que una vez más un poderoso y mucho más fuerte y agotador orgasmo inunde todo mi ser.

𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐒𝐔𝐄Ñ𝐎 𝐀 𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora