58.

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Capítulo 58.

Nos quedamos varios minutos acostados. Niall me cuenta sobre su día en el estudio de grabación y yo le cuento las cosas buenas que hice con Ignacia.
También leemos algunos mensajes que le han enviado debido a la fotografía que él compartió.

-¿Ves? No todo es tan malo. —Dice leyéndome algunos tweet donde le desean lo mejor junto a la persona con la que está.

-Déjame ver. —Le pido y él me entrega su teléfono. —Esta fan seria muy feliz si la sigues en Twitter. —Le digo y doy click en el perfil de una chica.

Él se ríe.

-¿No te da celos de que pueda hablarme? —Bromea.

-Nop, para nada. —Me río mientras busco otros perfiles para seguir desde su cuenta.

-Bien, ahora dame el teléfono. —Dice con diversión. —Si lo dejo en tus manos seguirás a los más de veinte millones de seguidores.

-Sólo unos más, por favooor. —Le pido y él se ríe.

-Está bien, pero báñate conmigo. —Susurra cerca de mi oído.

-Uhmmm, no lo sé. —Bromeo y él sonríe.

-Por favor. —Susurra besando el lóbulo de mi oreja.

-Está bien. —Respondo acercándome a su boca. —Te quiero.

-Yo más. —Responde antes de besarme.

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Es inevitable quedarme en un costado del baño observando como se quita la ropa. Él no se ha dado cuenta de mis ojos en él mientras desliza sus pantalones por sus muslos. Los músculos de sus piernas se tensan cuando se quita el bóxer y puedo observar su trasero.
Me siento acalorada. Y más aún cuando me descubre mirándolo.

-¿Que haces allí? —Él está demasiado divertido. —No pretendes bañarte con ropa ¿O si?

-No. —Sonrío mientras me quito la sudadera.

-Déjame ayudarte. —Dice parándose frente a mi, desnudo.

-Sí. —Murmuro.

Me quito el brasier y lo dejo en el suelo junto a su ropa mientras él guía sus manos a la pretina de mi pantalón y comienza a bajarla.
Se suponía que solo sería una ducha juntos ¿Entonces porqué se siente como algo más?
Sus ojos no se alejan de los míos mientras tira de mi pantalón y mis bragas hacia abajo.

-Ten cuidado. —Me pide mientras toma mi mano y me guía hasta la tina.

Estando adentro, él da el grifo y el agua caliente recorre mi cuerpo. Se siente demasiado bien. Por algunos minutos no hablamos, él abraza mi cuerpo dejando que el agua también lo empape a él.

-¿Puedo ayudarte? —Me pregunta cuando ve que tomo el shampoo.

Le sonrío.

-Está bien. —Respondo.

Como dos niños nos colocamos el shampoo y nos reímos. Y yo más de él cuando éste se mete dentro de sus ojos y él se queja gritando palabrotas.
Todo es risas y diversión hasta que él decide echarme jabón en el cuerpo.

-Date la vuelta. —Me pide.

Sin decir una palabra le hago caso. Miro las formas de los azulejos mientras él masajea mis hombros y luego desciende por mi columna hasta la parte delantera, por mi estómago.
Suspiro ruidosamente, porque no había sido consciente de su erección hasta que ésta roza mi trasero.

-¿Puedo hacerlo yo? —Pregunto, con la increíble necesidad de querer tocarlo. Él se ríe.

-Aún estás sucia. —Musita, su voz es grave, baja y demasiado caliente.

Vuelvo a quedarme callada. Niall toma otra porción de jabón y masajea mis pechos, sus manos los envuelven y mis pezones están duros.
Suavemente lo siento empujar su erección nuevamente hacia adelante, esta vez a propósito y gimo.
Mis ojos se cierran inconscientemente mientras siento sus manos deslizarse por mi estómago otra vez, hacia abajo.

-Separa las piernas. —Susurra.

Agitada, con el corazón acelerado y ya sintiéndome demasiado húmeda lo hago. Él se acerca mucho más y acaricia la cara interna de mi muslo. Jadeo ruidosamente.

-Niall... —Gimo otra vez cuando su miembro se frota contra mí, desde atrás.

-Shhh, déjame quitarte el jabón. —Me dice.

Él vuelve a dar el agua y nos quita el resto del jabón. Cuando cierra el grifo pienso que nuestro momento en la ducha a terminado, pero él vuelve a frotarse contra mí. Él me susurra en el oído que separe las piernas mucho más y yo lo hago sabiendo perfectamente lo que hará.
Su miembro acaricia mi sexo desde atrás. Nunca lo había sentido así, piel con piel.

-Esto se siente bien. —Susurra.

-Sí. —Jadeo otra vez cuando él separa mis pliegues y empuja lentamente.

-Estoy siendo demasiado imprudente. —Dice con la respiración entrecortada. —Debí traer un condón.

-Lo sé, pero siente demasiado bien. —Susurro.

-No tengo dudas de eso, nena. —Musita mientras continúa empujando su miembro dentro de mi.

Quiero decirle que debería ir y buscar un preservativo, es lo correcto. Pero no lo hago, él tampoco se aleja y es porque la sensación es increíblemente exquisita.
Separo mis piernas un poco más, para darle mejor acceso mientras me inclino hacia adelante.
Sus manos sostienen mi cintura, sus dedos clavándose en mi piel mientras me penetra completamente.

-Oh mi... —Gimo mientras él comienza a embestirme.

Suavemente al principio, pero luego se vuelve más demandante. Intento mantener el equilibrio mientras estamos de pie en la ducha. Mis manos buscan su cuello mientras estiro mis brazos hacia atrás, pegando mi espalda en su pecho mientras él continúa empujando dentro de mí a un ritmo rápido y constante.

-Eres demasiado exquisita Magda. —Murmura en mi oído mientras guía su mano por mi estómago y luego a mi clítoris.

Ese sutil toque me hace perder la cabeza. Olas de placer me embargan mientras siento como crece dentro de mi aquella sensación tan placentera.
Mis piernas tiemblan, se vuelven frágiles pero me las arreglo para mentenerme en pie cuando me corro.
Mi cuerpo se sacude de placer mientras él continúa deslizándose afuera y adentro de mi, sus embestidas no se detienen, y los espasmos de placer me hacen chillar.

Quiero decirte que debe correrse fuera de mi, pero debido a sus embestidas tan profundas vuelvo asentir la increíble necesidad de volver a correrme. Mis manos ya no sostienen su cuello, las apoyo en la pared y esta vez soy yo quien empuja mis caderas hacia atrás, con fuerza.

-Magda, voy a... —Él gime descontrolado mientras me deja empujar contra él.

Pierdo completamente la cordura estando con él. Quiero volver a tener otro exquisito orgasmo y él lo sabe, puede sentir que voy a correrme otra vez porque me sostiene otra vez y a un ritmo bestial me embiste.

-Joder, Niall... Oh mi...—Me dejo ir, de nuevo.

Más intenso, más fuerte y más escandaloso.  Y él también, dentro de mi.

-Mierda, mierda. —Se queja, pero no sé retira. Él me embiste hasta el último momento, hasta sentirse vacío. —Mierda, mierda. —Repite.

-La hemos jodido. —Digo.

Debería sentirme mal, muy mal, pero en vez de eso suelto una risita. Niall también se ríe.

𝐃𝐄 𝐔𝐍 𝐒𝐔𝐄Ñ𝐎 𝐀 𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora