Capítulo 10

1.3K 115 1
                                    

Hace tiempo que no me sentía tan bien. Las cosas han mejorado notablemente, aunque con Leila las cosas van de mal en peor.

- Papá, espero no molestarte. - Mi hija toca la puerta, y antes de que pueda darla paso, se apresura a entrar para después tomar asiento frente a mí.

- ¿Qué quieres hija? - Digo, mientras cojo mi taza de café de la esquina de mi escritorio. - Justo iba a ponerme ahora a trabajar.

Si mi ordenador fuese más rápido, hace más de cinco minutos que hubiese empezado. No me gusta perder el tiempo.

- Venía a pedirte un favor. - Saca una libreta de su mochila Adidas. - En el instituto hay una reunión escolar, ya sabes, porque estamos casi a final de curso. - Sonríe mientras me entrega una nota. - Quiero que vayas tú a la reunión, ya que ahora vivo contigo.

- ¿Y que opina tu madre de todo esto?, supongo que ella ha llevado siempre estos temas, deberías pedírselo a ella. - Me confunde. Quien mejor que Anastasia para todo esto.

- No, mamá no ha ido nunca a estas reuniones, siempre ha ido la abuela Carla, y se lo pediría, pero ahora están de vacaciones, se han ido de crucero por las islas griegas, hubiese ido con ellos de no ser porque estoy en horario escolar. - Dice, e insiste para que lea la nota.

- ¿Cómo que tu madre no se ha hecho cargo?, ¿que pintaba tu abuela en todo esto? - La miro confuso. Yo pensé que Ana se había hecho responsable de todas estas cosas.

- Bueno, yo siempre he vivido con los abuelos, mamá nunca ha estado cuando la he necesitado, por eso te lo estoy pidiendo a ti, porque apuesto a que estarás encantado, solo dura una hora y media, y quién sabe, lo mismo te haces amigo de algún padre de mis amigas. - Sonríe, tratando de convencerme.

- ¿Cómo que has estado viviendo con tus abuelos?, ¿y tu hermano? - No salgo de mi asombro. No estaba al tanto de nada de esto.

- Ted siempre ha sido el ojito derecho de mamá, están muy unidos, en ningún momento ha vivido con los abuelos, nunca ha querido dejarla sola, supongo que para él siempre ha tenido más tiempo que para mí, en fin, ¿vas a ir o le digo a mi profesor que no va a asistir nadie de mi familia? - Me chantajea, como si fuese de vital importancia esa reunión escolar.

- No digas eso, tu madre se desvive por ti, ¿Por qué dices que vivías con los abuelos?

No entiendo nada. Trato de meditarlo todo, y saber los motivos, pero no llego a ninguna conclusión. Alguna razón tiene que haber. Pero por más que lo pienso, no veo a Ana como esa clase de madres que deja a sus hijos con otros. Sabe perfectamente que no soy partidario de dejar a nuestros hijos con otros. Por eso me estoy quedando completamente sin palabras.

- Ya te lo he dicho, mamá me dejó con ellos, aunque la abuela casi nunca estaba en casa, ¿sabes?, y el abuelo ha estado siempre como ido, como si pasara algo, pero a mí nunca me contaron nada, y Ted en fin...es demasiado agobiante con mamá, no sé como explicarlo. - Se levanta del asiento, dispuesta a dar por finalizada la conversación.

- ¿Qué? - Me apresuro a preguntar incapaz de darle sentido a todo esto. - ¿Por qué tu madre hizo eso? - Pregunto atónito. Sinceramente todo esto me ha pillado completamente desprevenido.

Lo que acaba de decirme Phoebe, me descoloca. Ana no es de esas. Sería incapaz de hacer algo así.

- No lo sé, es que puede que no la conozcas tan bien, ¿sabes?, y si no, ¿por qué no se lo preguntas a ella?. - Se acerca a la puerta. - Adiós papá, piénsate lo de la reunión, te quiero. - Me lanza un beso al aire, y se marcha dejándome en completo estado de shock.

No me lo explico. No puede ser. Ana no haría algo así.

Y por supuesto que la voy a preguntar...

Sin dudarlo, alcanzo el móvil de mi maletín. Va a tener que explicarme esto con todos los detalles. Creo que tengo derecho a saberlo, Phoebe es nuestra hija, y quiero saber porque no se ha hecho tan responsable de ella como acordamos. Aunque no soy tampoco el más indicado para hablar, porque tampoco me hice cargo de la situación. Cuando Ana me echó de su vida, fue tan duro para mí, que me vi incapaz si quiera de acercarme por la casa que habíamos compartido durante tanto tiempo. Debí estar más pendiente, y ahora mismo me estoy odiando por no haberlo hecho.

¿En que clase de padre me convierte todo esto?, si ni si quiera estaba al tanto de como ha ido todo con mis hijos...

Me apresuro a marcar su número de teléfono. Tengo que tratar de entender todo esto, y solo lo haré después de escuchar la versión de Anastasia.

- Buenos días Christian, justo me pillas en la agencia. - Su dulce voz me templa un poco el mal humor.

Pero recuerdo lo que acaba de transmitirme Phoebe, y no me dejo llevar por lo que realmente siento.

- ¿Trabajando no?, pues espero no pillarte muy ocupada entonces. - Va a tener que contar con tiempo para explicarme muchas cosas.

- No, tampoco es que haya mucho trabajo, así que considerate afortunado, porque tengo mucho tiempo para ti. - Se ríe, y casi se me dibuja una sonrisa en el rostro. Pero de nuevo no me dejo llevar por lo que me dice mi maldito corazón.

Con Ana fui feliz mucho tiempo. Me acostumbré a estar con ella. Siempre me pregunto que es lo que no di. Si con ella lo fui todo, mi yo de verdad, no fingí en ningún momento. Hasta mostré mis defectos. Ella los aceptó entonces. Y ahora tengo la sensación de volver a hablar con la misma chica de la que me enamoré. Así que no me cuadra nada de lo que dice Phoebe de ella...

- Me alegro, porque quiero que me respondas a algo, y no estoy de humor como para que intentes escaquearte del tema. - Hablo completamente en serio.

- Claro, dime, ¿que quieres saber?. - Pregunta, ya no tan risueña como hace apenas unos minutos.

- Dime que no es cierto lo que me ha dicho nuestra hija. Dime que no la dejaste a vivir con tus padres, cuando me dijiste que te harías responsable, además, ¿es qué, que has hecho todo este tiempo si eso no ha sido cuidar de nuestros hijos?

Se hace el silencio. Sabía que no me iba a responder tan fácilmente.

- ¡Joder!. responde, ¿es cierto que has sido una puta irresponsable? - Elevo el tono de voz, sintiendo como un sentimiento de rabia y frustración se apodera de mí.

- Tengo que colgar. - Se apresura a responder.

Antes de poder hacer nada, la llamada finaliza.

Y no conforme con este tipo de respuesta vuelvo a marcar su número pero...

El número al que llama no está disponible, por favor deje su mensaje después de la señal...

Y como gilipollas, eso es justo lo que hago:

¿ Cómo voy a creer en ti, si ni si quiera has podido responderme?, nunca pensé que serías así, supongo que mi amor por ti me cegó, pero nuestra hija me ha abierto los ojos.

MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora