7. Pesadilla

335 49 12
                                    

—¡P' Saint llego! — Grito un pequeño niño mientras corría fuera de la escuela para encontrarse con el muchacho castaño que le esperaba con los brazos abiertos, listo para un abrazo—¡Qué bueno que pudo venir P'!— Hablo con entusiasmo el pequeño niño entre los brazos del castaño una vez que llego hasta él.

—Tu abuelo me pidió que viniera— Dijo Saint en una sonrisa separándose del abrazo—Vamos que ya es tarde— El niño asintió con entusiasmo, tomando la mano del mayor comenzando así su camino.

En todo el camino el pequeño iba contando como había sido su día en la escuela y también preguntándole a Saint sobre su día en la universidad por lo que, entre risas y bromas ambos ya que se encontraban fuera de a casa del pequeño. El pequeño niño abrió el pequeño portón dando un paso hacia el interior, quedándose inmóvil en su lugar.

—¿Qué sucede Suchart? — Pregunto Saint al ver como el niño no se movía de su lugar. El pequeño Suchart se dio vuelta para poder ver al mayor a la cara.

—No quiero entrar... no quiero estar con mamá— Hablo el menor con tristeza, mirando al suelo apretando los puños a sus costados—Lléveme con usted. Solo hasta que llegue mi abuelo.

—No puedo Schart. Hoy debo ir con mi amigo Mean por trabajo de la escuela— Comento el mayor poniendo en cuclillas para quedar a la altura del niño—Pero te prometo que mañana te llevaré para poder jugar y presentarte a Mean— Sugirió con una sonrisa mientras acariciaba las mejillas del infante.

—¡Si! Y también comeremos helado— Agregó con emoción Suchart dejando de lado las pequeñas lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos, causándole una gran ternura al mayor

—Si haremos todo lo que quieras, pero— Saint volvió a ponerse de pie y se alejo un poco del niño—Ahora debes entrar que te están esperando —Suchart asintió apretando los puños como si, eso le diera el valor para cruzar la puerta de su casa.

—¡Ya llegaste! — Se escucho un grito después de un gran golpe de la puerta siendo fuertemente abierta, sacándole un susto a ambos—Sabes que tienes que entrar en cuanto llegues— Hablo la mujer desde la puerta con una expresión un poco mas calmada al ver al mayor. El pequeño Suchart tomo la mano de Saint y le miro con miedo y un toque de súplica en su mirada.

—Ve con tu madre que te está llamando— Comento Saint, regalándole al niño una sonrisa amable mientras deshacía el agarre de su mano de manera lenta— No tengas miedo. Nos veremos mañana.

—Vamos Suchart hay que ir adentro— Dijo la madre con una amabilidad que mas que causar paz daba un poco de miedo, mientras tomaba la mano de Suchart y trataba de llevarlo al interior de la casa.

Mientras que, el pequeño comenzaba a entrar en pánico al ver como de poco a poco su P' se alejaba de el dejándolo solo con una madre la cual no le causaba mas que miedo y algo de lastima al verla.

—¡P'Saint! ¡Yo quiero ir contigo! — Comenzaba a gritar entre lloriqueos, tratando de librarse del agarre de su madre quien, peleaba con el por adentrarlo en casa.

¡Ya basta! Deja de ser un niño malcriado y molesto— Regaño la mujer dándole un fuerte apretón en el brazo que hizo al niño ceder con miedo, dejando que la tipa le llevara adentro de la casa. No sin antes mirar hacia atrás tratando de ver, aunque sea la silueta del mayor.

Una vez dentro de la casa, Suchart se fue directo a la cocina por ordenes de su madre ya que, le serviría la comida que, aunque, su madre se esforzara por condimentarla al máximo el pequeño niño se daba cuenta que esta tenia un ligero sabor a detergente y veneno; eso y aparte de que un día la había sorprendido poniéndole veneno a las galletas que empacaba para su merienda escolar. Aun así, el no había dicho nada, con la esperanza de que un día su madre pudiera aceptarlo en su vida.

Pero se había equivocado...

Ya que esa misma tarde, mientras Suchart se encontraba dentro de la bañera mientras pasaba el jabón por sus brazos-después de vomitar la comida- la mujer ingreso en el baño comenzando a lavar el cabello del pequeño mientras le pedía disculpas y le pedía que sumergiera la cabeza dentro de la bañera para enjuagar el shampoo de su cabello. El niño acepto con menos miedo, creyendo que su madre le pedía disculpas por todo lo que había echo, pero solo se estaba engañando.

Se había equivocado...

—Lo siento pequeño Suchart— Hablo la mujer con una pizca de lastima en su voz, para después sugerir la cabeza del niño completamente en el agua—Se que como buen niño me perdonaras— Seguía hablando la mujer mientras presionaba la cabeza de su hijo con fuerza viendo como el niño pataleaba y se removía con fuerza intentando salir.

¿La perdonaría?... sí tanto le estorbaba porque no mejor lo dejaba ser feliz con sus abuelos que tanto lo querían, mientras era visitado por P'Saint al salir de la escuela mientras caminaban a la parada de autobús con un cono de helado en mano y le escuchaba contar sobre su día en la escuela... P'Saint...

Fue su ultimo pensamiento antes de la falta de oxigeno se hiciera presente, y sus fuerzas lo abandonaran por completo y su vista se volviera negra y dejara de escuchar la voz de su madre.

El solo quería jugar y ser feliz como un niño normal.

.

.

.

Plan abrió los ojos con terror mientras se enderezaba sobre el sofá y comenzaba a toser como si se estuviera ahogando, llevando ambas manos a su pecho tratando se regular su respiración, y tratando de calmar las lágrimas.

—¿Estas bien? — Pregunto Mean con preocupación levantándose del suelo, dejando el libro que había estado leyendo y sentándose junto al muchacho en el sofá—¿Que ocurre? — Volvió a preguntar el castaño al ver los ojos llorosos de Plan y sentir sus respiración agitada.

Mas, sin embargo, Plan no le escuchaba, solo estaba atento a el pequeño rostro pálido- casi azulado- que se asomaba bajo una pequeña mesa de manera, pero por primera vez no sintió miedo de verlo sino lastima.

—Necesito hablar con Saint— Dijo Plan en voz temblorosa bajo la atenta y preocupada mirada de Mean, quien solo asintió y envolvió en un leve abrazo el cuerpo tembloso del mas bajo, sintiendo su cuerpo mas frio de lo usual.

—Mañana que salgamos de la escuela podrás hablar con el— Dijo Mean, sin alejarse de Plan, mientras este solo aceptaba el cálido abrazo.

<<Al fin se que es lo que te mantiene aún aquí>>

¡Hasta que los fantasmas nos separen!Where stories live. Discover now