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Trumpkin, alias Q.A. el querido amiguito los guío en el camino, en medio de eso encontraron a los telmarinos quienes construían un puente hacia el otro lado de los bosques de Narnia, querían gobernar toda la nación.
— Debemos seguir — Menciono Trumpkin a lo que Kendra asintió.
Aún que quería correr hacia los telmarinos y acabar con ellos de una buena vez retuvo aquella sensación, no era el momento adecuado y debía pensar en los demás. Lucy tomo la mano de Kendra y ambas caminaron juntas siguiendo a Peter y a Trumpkin quienes discutían, el rey decía que sabía por dónde iba pero el otro hombre lo contraatacaba y decía que se equivocaba. Los otros cuatro chicos se miraron entre sí con cierta diversión y cansancio ante las absurdas discusiones.
— Creo que Peter explotará en cualquier momento — Murmuró Kendra a Lucy quien sonrió evitando reír para llamar la atención.
— Le doy unos cinco minutos — Respondió Lucy a lo que Kendra asintió con diversión.
Por un momento el silencio logro hacerse presente entre ellos, suspiraron aliviados pero otra vez Peter creo otra discusión cuando se topó con una inmensa roca que interponia su camino.
— Por favor Peter toda Narnia está escuchando tus quejidos — Dijo Kendra cuando se detuvieron.
— Puedes llevarnos hacia los caminos que tú conoces por favor — Dijo Susan a Trumpkin causando a que Peter la fulmine con su mirada.
— Hasta que alguien dice algo lógico — Respondió el querido amiguito.
En un momento un sonido como si algo se rompiese comenzó a oírse, voltearon en busca de aquel ruido pero no hallaron nada. Hasta que un tronco gigante cayó en dirección a la pequeña de los Pevensie, Kendra al reaccionar empujó a la niña para protegerla pero hizo que tronco la empujara a ella causando a que cayera sobre un precipicio.
— KENDRA!!! — Gritaron los chicos preocupados.
Intentaron ayudarla pero la corriente logro llevársela muy lejos de allí. Kendra intentaba mantener su cabeza fuera del agua para seguir respirando, al ver que podría caer en una cascada tomo una de sus espada e intento clavarla en la orilla para poder detener su cuerpo. Su espada de cristal emitió un color azul y a los pocos segundos se oyó como el tronco de un árbol se rompía impidiendo que Kendra siguiera avanzando, sonrió con cierto alivio al saber que sus espadas y los cielos seguían protegiéndola como siempre lo habían hecho.
Salió del agua y tomo su espada para ir en busca de los chicos, no quería recorrer aquellos bosques sola todo había cambiado y ya nada era seguro.
— Aslan sería de mucha ayuda si estuvieses aquí — Murmuró Kendra intentando no tropezar con alguna rama o algo similar.
Levantó su mirada al oír un par de voces, con una sonrisa en su rostro camino hacia donde las había oído pensando que serían los chicos pero se detuvo cuando vio a un grupo de telmarinos siendo atacados por algo desconocido pero sus ojos se posaron en un joven quien se encontraba en el suelo mirando confuso y con cierta preocupación hacia el frente. Kendra al ver que uno de los telmarinos lograba escabullirse para tomar su ballesta y disparar contra aquel joven, saco sus espadas y rápidamente se enfrentó con el enemigo hasta acabar con él.
— Por Aslan — Murmuró una voz cerca de ella haciendo que bajara su mirada para encontrarse con un ratón.
Pero aquel roedor no pudo presentarse ya que fue hacia aquel chico para intentar matarlo, sabía que Kendra era la reina y la protegería.
— Di tus últimas palabras sucio telmarino — Dijo el roedor.
— Baja tu espada Reepicheep — Se oyó otra voz.
— Busca trufas? Eres tú? — Pregunto Reepicheep —. Me disculpó por no haberte conocido, te ves más viejo.
El roedor soltó una leve carcajada pero luego logro recordar algo, guardo su espada e inmediatamente volteo encontrándose con Kendra quien veía en silencio aquella escena. El roedor, el tejón, el enano y aquel joven veían sorprendidos a la chica.
— Es usted! Usted es la reina Kendra la aliada de los cielos — Dijo Reepicheep a lo que Kendra se sonrojo ante las miradas.
— No puede ser posible... creí, creí que eras un más grande — Dijo el joven.
— Por lo que puedo deducir eres Caspian, verdad? — Él asintió mientras se ponía de pie y con cierta timidez sin dejar de mirar a la hermosa chica hizo una reverencia.
— Es un honor conocerla majestad — Dijo Caspian —. Y los otros reyes?
— Tuvimos un ligero percance en el camino — Respondió Kendra mirando su vestido empapado.
De pronto se oyó como alguien se aproximaba, eran aquellos narnianos que lograron sobrevivir de los ataques de los telmarinos.
— Oreius — Sonrió la muchacha al ver a su fiel amigo.
El centauro hizo una reverencia al igual que los otros narnianos ante su reina. Kendra hubiese deseado que sus otros amigos lograrán ver este momento, a pesar de las circunstancias el reencuentro lleno de gozo a la chica.
Decidieron llevar a la reina a un lugar seguro, muchos telmarinos rondaban los bosques y no querían que ella saliera herida. Caspian había quedado hipnotizado con la belleza de la joven, había oído historias de ella y los otros reyes gracias a su profesor, Cornelius. Se decía que la reina Kendra poseía la belleza de los cielos y era aliada de ellos. Por eso algunas personas no deseaban enfrentarse a la reina por que venía muy bien acompañada.
— Aquí tiene majestad — Dijo Caspian quitando su capa para entregársela a la joven reina quien aún seguía empapada.
— Gracias, y no es necesario que me llames así solo dime Kendra — Ambos sonrieron —. Entonces eres un telmarino.
— Sí pero no es lo que cree, yo jamás quise robar estás tierras y por esa razón los llame para...— Kendra soltó una leve risilla y lo interrumpió.
— No hace falta que te disculpes, tal vez tengas sangre de aquellos usurpadores pero puedo notar que eres bueno y tienes buenas intenciones con los narnianos — Dijo Kendra —. Me alegra saber que nos has llamado, la verdad me siento muy mal por haber abandonado está nación tal vez con nosotros aquí nada hubiese pasado.
— No debes culparte no fue tu culpa, lo importante es que estás aquí para proteger a Narnia — Respondió Caspian.
Lograron llegar a un escondite donde se encontraban los demás narnianos. Desconfiaron de Caspian, querían acabar con él por ser un telmarino pero Kendra logro evitar eso. Defendió al príncipe y dejó en claro las buenas intenciones que él tenía.
— Será un telmarino pero ahora quiere remediar los actos de su gente, nos ayudará a acabar con ellos para recuperar a Narnia — Dijo Kendra mirando a todos.
— Nosotros estamos con usted Majestad, hasta el final — Dijo Oreuis.
— Igual que mi pueblo — Dijo Reepicheep.
— Y nosotros...— El tejón y todos narnianos asintieron.
Kendra sonrió al ver que aún seguían siendo fieles a ella, miró a Caspian y asintió.
