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Los cuatro reyes veían como se acercaban cada vez más al centro del caos, sus cuerpos ya podían sentir aquella adrenalina y sus corazones se estremecieron al saber que se enfrentarían con algo grande que un gigante o hasta el ejército de Miraz, la maldad estaba allí como si estuviese en forma física deseosa de tenerlos frente a ella para manipularlos y obtener su venganza por intentar impedir su paso hasta lo más profundo de Narnia.

— Nuestras peores pesadillas nos están esperando por eso es momento de estar preparados — Dijo Caspian a los otros tres.

Los muchachos se fueron por un camino y las chicas por otro, Kendra fue con Lucy al camarote para buscar sus armaduras Gael las acompaño generando un ambiente más amigable aún así la mayor de las tres no pudo evitar ver con preocupación a las dos jovencitas y se juro que haría todo lo posible para sacarlas de allí con vida no importaría si ella perdía la suya con salvar a su pueblo haría hasta lo imposible. Era como una madre para aquella Nación y tomaría aquel título como tal demostrando que era digna de llevar ese nombre.
Las dos chicas salieron de allí dejando a la muchacha sola quien tomo la privacidad como su amiga viéndose al espejo y soltando un leve suspiro, sentía algo de miedo no lo negaría pero había superado muchas batallas las cuales parecían que perdería.

— Se puede? — Kendra vio desde el espejo a su amado rey quien se acercó lentamente a ella.

Bajo un poco su mirada recordando a Lilliandil, una bella mujer que podía ser sin duda la esposa perfecta para su Caspian. Ambos eran de Narnia y no tenían la dificultad de tener familia fuera de aquel mundo, por más dolor que sintiera sabía que podía dejarlo ir.

— Todo saldrá bien — Dijo Caspian abrazándola por detrás dejando su aliento caliente chocará con la piel de Kendra.

Ella solo asintió mientras cerraba un poco sus ojos y dejaba salir otro suspiro como forma de desahogarse, Caspian noto que algo andaba mal en ella a pesar que no eran una pareja de muchos años el muchacho conocía a su mujer como la palma de su mano y esa expresión que había en su rostro decía que había otra cosa por eso no dudo en preguntar, quería ayudarla.

— Ocurre algo?

La reina de los cielos volteó quedando cara a cara con su amado, acaricio su mejilla y abrió sus ojos dejando verlos más brillosos como si quisieran llorar en ese momento pero Kendra sonrió.

— Quiero lo mejor para tí Cas, eres un hombre maravilloso cual merece ser feliz pero dudo que pueda darte eso que anhelas. Sueño con un esposo e hijos en un futuros pero es tan complicado al ser de mundos diferentes sin importar que vea Narnia como mi segundo hogar por eso mi querido Caspian prométeme que buscarás a tu verdadera reina y tendrás a esos pequeños que algún día serán dignos gobernantes de este pueblo — Kendra dejo escapar un lágrima por su mejilla.

Caspian solo la veía como si fuese un sueño, como si sus palabras solo eran producto de su imaginación y no reales. Negó y tomo a su amada de la cintura.

— No, tu, tu eres mi reina contigo quiero esos hijos ese futuro cual soñe tu eres mi amada, mi esposa, mi todo no puedo amar a otra mujer solo tu eres a quien mi corazón se acelera con tan solo un roce de tu piel — Dijo Caspian uniendo su frente con la de Kendra y abrazándola con desesperación —. No te dejaré nunca, rechacé a toda mujer que intento casarse conmigo solo por tí porque nadie podrá robarse mi corazón como tu lo has hecho. Te amo Kendra y jamás amaré a alguien como te amo a tí.

Kendra lo vio con tristeza acercandose más a él sintiéndose más segura, levantó su rostro para unir sus labios con los de Caspian mientras que se preguntaba porque el amor solía dar esas clases de pruebas que parecían imposibles de vencer.

— Sobreviviremos a todo lo que venga, bueno o malo pero juntos — Dijo Caspian tomando el rostro de su amada para que lo viese a los ojos —. No dejaremos que nada nos gane, y nuestra recompensa además de nuestras vidas será una unión en matrimonio, nos casaremos que dices?

La muchacha sonrió sintiendo que su corazón se derretía ante el amor de Caspian, pero asintió para aferrarse a más cosas buenas y saber que tenía motivos para seguir con vida.

















[...]



















Caspian como todo rey dio un discurso motivando a sus tripulantes quienes comenzaron a sentir como sus cuerpos se estremecian al estar dentro de la tormenta. El castaño pidió a Kendra que permaneciera a su lado por cualquier cosa que sucediera en ese entonces.
Se podía oír voces que no eran distinguibles, el frío se apoderó de ellos. Por un momento la muchacha sintió una gran opresión en su pecho, puso sus ojos en su amado quien al parecer se veía preocupado mientras veía hacia todos lados.

— Caspian — Este al sentir la mano de Kendra en su hombre se sobresalto como si hubiese estado soñando despierto.

Se podía notar la tensión en todos cómo intentaban permanecer fuertes ante esas voces que diambulaban en sus mentes. Pero en un momento todos oyeron una que sonó muy cerca, la voz de un hombre obligándolos a irse llamo su atención.

— No te tenemos miedo! — Dijo Caspian.

Todos los hombres tomaron sus armas para protegerse de lo que se ocultara entre las rocas, Edmund tomo su linterna para saber de quién se traba y era de otro hombre quien parecía asustado, desesperado para que no se acerquen a él. Supieron era uno de los últimos nobles cuando vieron su espada, Caspian ordeno que lo subieran pero debieron hacerlo con ayuda de Eustace ya que el telmarino no lo deseaba.

— Tranquilo señor, soy yo su rey Caspian — Dijo para generar confianza.

El noble oyó eso como la mejor noticia del mundo agradeciendo que estuviese allí pero luego les dijo que salieran de ese lugar pronto era muy peligroso si la maldad lograba leer la mente en esos momentos.

— Ay no — Dijo Edmund de pronto.

Nadie supo el porque de su reacción pero al ver que algo diambulaba por las aguas supieron que algo malo se aproximaba por esa razón intentaron marcharse de allí aún que ya era demasiado tarde. Una serpiente marina se hizo presente dejándole saber a todos que no sería fácil librarse de ella.
El barco se movió con brusquedad provocando que muchos cayeran, la serpiente se dejó ver en su total plenitud para comenzar atacarlos. Logro destruir gran parte del Alba teniendo un poco de ventaja, Lucy debió resguardar a Gael para protegerla.

— Lucy! — Dijo Kendra empujando a la menor para darle una cortada a esa serpiente.

Pero se llevó consigo un gran golpe, aún estando aturdida por ella se levantó y fue a enfrentarse con esa serpiente como los demás lo estaban haciendo. Hasta Eustace tuvo su momento heroico, el dragón lanzaba fuego debilitando un poco a la bestia quien luego devolvió el golpe más fuerte dejando herido al niño.
Kendra en ese momento intento herir a la serpiente pero está fue más ágil y lanzo la muchacha bastante lejos dejándola casi inconsciente por gran aterrizaje.

— KENDRA!!! — Grito Caspian preocupado por su amado.

La castaña sintió como su cuerpo se debilitaba y como su pecho se quemaba lentamente, todo a su alrededor se veía borroso pero lo único claro fue su espada que emitió aquella luz peculiar cuando se conectaba con los cielos, las manos de Kendra al tomar su arma dejaron ver pequeños rayos que de pronto se dejaron ver y oír en los cielos. Sonrió con debilidad intentando ponerse de pie, la madre de los cielos estaba de vuelta y lo hizo saber elevando su espada bien alto para que esa bestia la viera y supiera que fue una mala idea meterse con ella.

𝐇𝐘𝐏𝐍𝐎𝐓𝐈𝐂 |𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐬𝐩𝐢𝐚𝐧|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora