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Sus ojos veían maravillados el palacio, volverlo otra vez trajeron consigo hermosos recuerdos que erizaron su piel y palpitaron su corazón con cierta aceleración. Caspian sonrió acercándose a ella para tomarla de la cintura y adentrarla a su nuevo y verdadero hogar que la esperaba con ansias.
— Será una vida maravillosa — Dijo Kendra.
— Así es, junto a tí lo será — Menciono Caspian.
Ambos ingresaron al castillo y Kendra cada cosa que veía le hacía recordar a sus cuatro amigos, los primeros días en Narnia cuando Lucy los llevo hasta el ropero y las batallas en las que salió victoriosa era un mar de emociones en aquel momento, sus ojos estaban aguados y su corazón estremecido. Se acercó a su amado y lo beso, necesitaba de él en aquel momento. Caspian se sentía más que vivo al tenerla junto a él y para siempre, ya no tendría que desvelarse pensando en ella si alguna vez la volvería a ver o no, o teniendo miedo en esa travesía si llegaba a perderla. Pero se enorgullecía al saber que fue paciente y resistente en cualquier prueba que hubo en su camino, a prendió de sus errores y gracias a ello ahora se goza en su recompensa.
La pareja se guió hacia la habitación para tener más privacidad, el hombre con cuidado recostó a su amada en la cama dejando que sintiese las sábanas de seda que cubrían el colchón. Se hundieron en un beso apasionado lleno de amor y deseo, era algo que ninguno de los dos había experimentado antes pero al estar sintiéndolo con la persona correcta los volvía más seguros. Esas prendas de ropa que cubrían sus cuerpos comenzaron a ser una molestia provocando que se la quitarán dejando sus pieles descubiertas a los ojos del otro, por más avergonzada que Kendra se sintiera en ese momento Caspian la veía como lo más bello de ese mundo nadie ni nada se comparaba a su mujer.
— Eres tan perfecta, cada centímetro de tu cuerpo me hace pensar que estoy tocando el cielo con mis propias manos — Dijo Caspian a lo que Kendra se sonrojo.
En ese momento era la mujer más afortunada del mundo, tenía un hombre increíble con un corazón de oro y humildad de sobra. Era la pieza que lograba completarla, era ese ser que le daba vida y sanaba cualquier herida que estaba en su corazón junto a él lo tenía todo por eso no dudo en entregar su pureza a Caspian y él a ella, eran almas que estaban destinadas el uno a la otra. Era algo tan bello que nunca olvidarían esa primera vez dónde se juraron amor eterno con esa demostración amorosa que solo ellos y la hermosa noche serían testigos.
[...]
Dos años que fueron lo mejor de su vida, era una reina amada por todo su pueblo y bendecida por los cielos. Vivía aventuras junto a su esposo que día y noche la hacía la mujer más feliz de la tierra, no se arrepentía de haberse quedado con él ahora nadie podía quitar su felicidad. Caspian también estaba más que completo junto a su reina gobernando la nación que Aslan y su padre le dieron con orgullo porque confiaban en que sería un excelente rey, y no se equivocaron la paz reinaba en Narnia desde lo más ancho hasta lo más largo de esa tierra.
— Buenos días mi bella reina — Dijo Caspian al ver como su amada esposa despertaba —. Mira cariño quien ha despertado.
Kendra al abrir por completo sus ojos sonrió al ver a su esposo sosteniendo en sus brazos a su pequeño bebé. El niño se encontraba tan cómodo en brazos de su padre que dormía plácidamente ignorando el ruido a su alrededor, la reina beso la mejilla de su amado y luego la de su heredero.
— Buenos días a mis dos hombres — Dijo Kendra sonriendo.
Tomo a su hijo en brazos mientras se ponía de pié y se acercó al balcón disfrutando del bello día que les esperaba por delante, Caspian desde la cama observo esa imagen de su esposa con su hijo y sonrió para luego levantarse y unirse a ellos.
— Son lo mejor que me ha pasado — Dijo el castaño besando a Kendra y viendo como su bebé era amamantado.
— Gracias por darme está familia Cas — Dijo la mujer disfrutando de ese momento con su pequeña familia.
— El que debe agradecer soy yo por darme la oportunidad de hacerte feliz — Respondió Caspian —. Y por hacerme padre de este hermoso niño, se que vendrán otros lindos pequeños pronto y seré aún más feliz.
— Vendrán pero todo a su tiempo mi rey — Dijo Kendra con tono de burla —. No quiero salir rodando del castillo por mis antojos.
— Eres perfecta de todos modos querida y siempre te consentire quieras o no.
Ambos rieron para luego besarse por unos minutos, debían vestirse para vivir aquel día y cualquier aventura que los esperaba por delante.
𝓕𝓘𝓝 🍂
Que hermoso ha sido vivir está experiencia a pesar que tuvo muchos altibajos como la falta de inspiración e inactividad por un largo tiempo pero al fin llegamos al final de nuestra aventura que fue un honor para mí desarrollar cada capítulo para que ustedes lo leyeran, lo siento si alguna vez se molestaron o esperaban otra cosa realmente me gusta darle ese toque real que a veces sucede en nuestras vidas como por ejemplo los procesos que uno debe pasar para llegar a esa victoria o felicidad pero me perdonen por eso, lo que puedo decir ahora es que ame escribir está historia con estos magníficos personajes y espero que ustedes también hayan amado o al menos disfrutado un poco de estas aventuras para olvidarse lo que hay al nuestro, no me queda más que decir gracias por su amor, tiempo y gran apoyo en serio... Gracias 🍂
