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Todos peleaban a matar o morir, se podía oír a la perfección como las espadas chocaban unas o con otras y como se distinguían los gritos de guerras con los de herida. Kendra posó sus ojos en Miraz quien estaba allí junto a los demás soldados, derribando todo aquel que intentase tocarla corrió hacia el telmarino con cierta rabia al recordar lo que había hecho con ella cuando la tenía bajo su control. El usurpador al verla sonrió con malicia y se atrevió a bajar de su caballo para enfrentarla espada a espada. La muchacha tomo su espada de cristal que dejó ver un color azul que era habitual en ella y con agilidad lo enfrentó, el hombre no se quedaba atrás también la enfrentaba sin importar que ya había recibido varias cortadas.
— Este no es tu hogar...ES MÍO!!! — Grito Kendra causando que su espada chocará fuertemente contra el pecho de Miraz.
El telmarino cayó de rodillas quejándose de inmenso dolor y tocar su pecho para luego divisar la sangre que salía de él, pero a pesar de estar débil tomo su espada y dejo una cortada en la mano de la chica causando que dejara caer su espada.
— KENDRA!!! — Se escuchó la voz de Caspian.
Miraz al tener la oportunidad de atacar a la muchacha se lanzó encima de ella y clavo su espada en el vientre de está causando que su espada se destruyera, todos vieron como una luz se esparcía quedando asombrados y volteando a ver de dónde provenía.
La reina yacía en el suelo con sangre salir de su vientre y mano, a pesar que sus ojos no se cerraron al soltar un suspiro sintió que algo la tomaba. El cielo comenzó a oscurecerse y los árboles despertaron moviéndose con tal desenfreno causando que el viento se hiciese presente descontrolada mente.
« Kendra se encontraba arrodillada mirando hacia abajo como el agua reflejaba el cielo que se movía alegremente ante su llamado, poco a poco las nubes bajan rodeando su cuerpo y una de ellas se manifestó como una mano que acaricio la mano y el vientre de la muchacha pero luego ingreso con fuerza al cuerpo de la reina, sus ojos se cerraron y sus oídos oyeron como una gran tormenta ocurría a su alrededor. Su pecho parecía estar quemándose y despojandose de todo aire que tuviese, la muchacha pego un fuerte grito de tal punto que las nubes tomaron el agua dejando el suelo seco que comenzó a romperse y allí cayó Kendra »
Despertó exaltada de un extraño sueño, miro su mano y su vientre y las heridas estaban cerrada solo se podía apreciar la sangre que había salido de ella. Una de las nubes bajo y la puso de pie mientras se envolvía en todo su cuerpo. Kendra al ver que Caspian batallaba con Miraz la muchacha abrió su mano y una neblina dejo una espada sobre ella quien luego la tomo con fuerza y corrió hacia el telmarino y antes que pudiese atacar otra vez a Caspian clavo su espada en la espalda del usurpador.
— Kendra...— Dijo Caspian cuando Miraz cayó al suelo sin vida.
El joven príncipe no podía creerlo, la había visto caer con una espada en su vientre y a pesar que no logro ir hacia ella como deseara pensaba que ya había muerto. Dejo caer su espada y fue abrazarla como nunca, dejo descansar su cabeza en el cuello de la muchacha oliendo el perfume que penetraba su piel.
— Ya todo ha terminado...— Cuando dijo aquello un gran rugido se escuchó.
Ambos se separaron y vieron a Aslan junto con otros narnianos atacar a los pocos telmarinos que se encontraban allí cumpliendo con la promesa que el león había hecho. Aslan le dejo una leve sonrisa y al volver a rugir el suelo temblo y los cielos expresaron su gozo enseñando un celeste más brillante.
— Kendra! — Escuchó oír la voz de la niña quien corría abrazarla al saber que estaba bien y con ellos.
Los demás hermanos se acercaron a ellos y se arrodillaron cuando vieron que Aslan se aproximaba.
— De pie...todos — Dijo al ver que Caspian se mantenía de rodillas.
A pesar que el joven príncipe se negó pensando que no estaba listo para obtener gran responsabilidad, Kendra lo tomo de la mano y a pesar que no dijo ni una sola palabra le dejo en claro que estaría allí para él para apoyarlo en todo momento como desde un principio.
