Capítulo 15

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Hola! Segundo de hoy jeje, al final he decidido que el capítulo final de este fic lo divido en dos porque sino me salía un capítulo demasiado largo, aquí os subo la mitad y la semana que viene ya sí el final de la historia.

Se lo quiero dedicar a mi minion porque queda nada para que nos veamos UWU.

Sin más, disfrutad y recordad que vuestros comentarios me dan la vida.

XV

Giró la llave en la cerradura, intentando no hacer ruido, entrando al apartamento de puntillas con sus zapatos en la mano para evitar que los tacones, escandalosos al repiquetear contra el suelo, despertasen a los gemelos que hacía ya unas horas estaban sumidos en el mundo de los sueños.

Una pequeña sonrisa iluminó su rostro al constatar que la luz del salón estaba encendida, sabiendo de ante mano que Pablo aun no se había acostado, seguramente esperándola para comportarse como todo mejor amigo que se aprecie debe comportarse, haciéndole un tercer grado minucioso sobre su cita con Irene con una pícara sonrisa en el rostro y alzamientos masivos de cejas con el único propósito de ponerla completamente colorada y reírse aun más de ella, burlándose por el rojo de su piel haciendo bromitas poco graciosas sobre su ideología política, aunque en esos instantes dichas bromas careciesen de sentido ya que había tomado la decisión más trascendental de su vida, abandonando su cargo aunque ese hecho aún no se había hecho público en el congreso.

Dejando con cuidado sus zapatos en la entrada y las llaves en la mesita, se quitó su abrigo y se entretuvo unos segundos recolocando algún que otro mechón rebelde de su cabello, dirigiéndose hacia el salón con pasos firmes, posando su mirada nada más entrar en el perfil sereno de Pablo, enfrascado en algún libro, ensanchando su sonrisa en cuanto sus miradas se encontraron y su amigo dejó su lectura a un lado, dando pequeños golpecitos en el sofá, indicándole sin palabras que se sentara a su lado.

-¿Cómo fue ratona?- Preguntó en cuanto tomó asiento, entre susurros suaves mientras ella se acomodaba, dejándose abrazar por encima de los hombros.-Llegas bastante tarde, creí que no volverías esta noche.

-Fue bien Bolchevique...- Suspiró entre palabras, desdibujando la sonrisa al notar el peso de la carpeta que aun llevaba en las manos, sabiendo qué contenía con el corazón haciéndose chiquitito en su pecho una vez más. –Pero tuvo un final inesperado.

Antes de que Pablo pudiese preguntar, le entregó en silencio aquella carpeta, esperando pacientemente a que este la abriese y dibujase en su rostro la sorpresa más absoluta al descubrir en su interior los papeles del divorcio, firmados por Irene tras varios meses de peleas incesantes.

-Ha firmado...-Susurró, con el asombro marcando cada palabra, sin ser capaz de apartar sus ojos de aquella línea de puntos coronada por el nombre de Irene plasmado con aquella impecable caligrafía que la caracterizaba. –Pero ¿Por qué ahora Inés? Se supone que lo estabais arreglando.

-No es más que un papel...- Respondió ella, con su voz quebrándose en su garganta. –Ha firmado porque es lo que yo deseaba, lo que yo necesitaba... Y tiene toda la razón.

-Pero Ratona...-Dejando la carpeta sobre la mesa, Pablo se giró hacia ella intentando descifrar en su rostro qué pasaba por su mente para haber dicho tal afirmación. –Creí que estabais mejor, que había futuro para vosotras... ¿Cómo puedes decir ahora que necesitabas el divorcio?

-No necesitaba el divorcio Pablo...- Respondió, mirándolo tiernamente y dibujando una nueva sonrisa en sus labios. –Necesitaba volver a confiar en Irene después de todo lo que ha pasado, necesitaba saber que seguía siendo la mujer de la que me enamoré, la mujer a la que amo y me lo ha demostrado firmando. Me ha demostrado que cumple su palabra y que estoy haciendo lo correcto, dejar mi escaño para ser libres las dos, para poder querernos sin esa frontera invisible impuesta por la oposición... Ahora puedo alejarme de todo aquello que me ancla a mi pasado, a los traumas que aun no consigo superar, creciendo en una nueva dirección y dejando de ser una carga para que ella pueda brillar, como siempre ha debido ser y no quisimos verlo antes.

After youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora