Capítulo 16

805 46 42
                                    

Hola! Aquí está el FINAL de este fanfic que tantas emociones nos ha despertado. No me voy a liar porque es tarde, solo quiero daros las gracias por acompañarme una vez más en este viaje tan alucinante y espero que os encante tanto como a mí escribirlo.

Al ser el último os lo quiero dedicar a todas las personas que lo leeis, ya se en las sombras o votando y comentando cada capítulo, me llenáis por completo os lo digo en serio.

Sin más difrutad y recordad que vuestros comentarios me hacen feliz.


XVI

Respiraba despacio, dejando que el aire entrase en sus pulmones saliendo lentamente de sus labios curvados en una sonrisa dulce, con sus ojos castaños fijos en el cielo de Madrid, en las nubes que bailaban ante ellos y riendo bajito al notar el cuerpecito de su hija pegada a ella, como una pequeña lapita, removiéndose de vez en cuando algo inquieta mientras sus hermanos la tranquilizaban como solo ellos eran capaces de hacerlo, con suaves palabras y tiernos gestos.

Había salido temprano, sabiendo que en pocos días iba a dejar su escaño de forma definitiva, guardando en una mochila todo lo necesario para montar un despliegue completo en el parque, con toallas para tumbarse sobre la hierba, bocadillos para merendar y una bolsa llena de golosinas que pensaba compartir con sus hijos en su tarde de juegos y fantasía desmedida, sintiendo la felicidad desbordante que crecía en su pecho cada vez que pasaba su tiempo en compañía de los gemelos y la pequeña Mar.

¿Qué haxemos mami?- La voz vivaracha de su pequeña la obligó a aterrizar, buscándola con su mirada y ensanchando su sonrisa al cruzarse con sus ojillos castaños clavados en ella, impacientes por solventar cada duda que su mente infantil calibraba. -¿Tamos jugando?

-Sí Mar. –Respondió Manu, tumbado en su propia toalla con la vista fija en el cielo y buscando mano de su hermanita para estrecharla con cariño. –Estamos jugando a poner nombre a las nubes.

-¿Cómo se haxe eso germanet?- Preguntó una vez más, completamente curiosa y fijando su mirada en el rostro sereno de su hermano mayor. -¿M'enseñas pofi?

-Les ponemos nombre según a qué se parezcan. –Respondió Leo esta vez, regalándole a la pequeña su sonrisa dulce ya que no era un secreto para nadie que los gemelos adoraban demasiado a su hermanita. -¿Ves esa tan grande de ahí? La he llamado tiranosaurio porque se parece a un dino.

En silencio, ensanchando su sonrisa y sintiendo su interior vibrar de alegría genuina, contempló con cariño a sus pequeños mientras estos le enseñaban a Mar como liberar su imaginación en ese juego que habían improvisado en un momento solo para entretenerla. Su hijita observaba curiosa y riendo a carcajadas las nubes mientras escuchaba a sus adorados germanets ponerles nombre, abriendo su boquita y dibujando muecas demasiado graciosas al reconocer en su mente las imágenes que ellos le iban relatando.

-Mia mami.- Gritó de pronto, señalando al cielo muy inquieta y removiéndose sobre su propia toalla donde no había podido permanecer tumbada mucho tiempo ya que era un pequeño torbellino rebosante de vida. –Parese un montuo, me da susto.

-¿Te da susto filleta?- Le preguntó, fingiendo sorpresa absoluta mientras la pequeña se aferraba a ella y los gemelos empezaban a reír. –Pues a mí me parece que es el monstruo de las cosquillas...

En cuanto terminó de hablar, atacó con maestría los costados de su hija regalándole cosquillas que provocaron su carcajada infantil, casi hasta las lágrimas mientras intentaba huir de ella, correteando para lanzarse a los brazos de Manu ya que lo tenía más cerca.

After youحيث تعيش القصص. اكتشف الآن