A date with you? No, thank you

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Mina caminaba por los pasillos del instituto a paso firme y apresurado, llevaba 10 minutos de retraso en su primera clase que para su mala suerte era arte, se estaba poniendo nerviosa.

Jamás, en sus ocho años de estudio había llegado tarde a una clase.

– Maldita Sana – se quejó entre dientes evadiendo los saludos que le brindaban los chicos de equipo de fútbol – y maldita yo por ayudarla con sus caprichos – suspiró pasando sus manos por su castaño cabello.

Resulta que la japonesa se había retrasado ya que había estado ayudando a su rubia amiga en crearle un presente a su crush, Yoo Jeongyeon.

Era un poco ridículo, ya que Sana estaba enamorada de Tzuyu, la jirafa amiga de la niña pervertida, pero estaba tan encaprichada con la chica de pelo corto que decidió ayudarla.

Respiró profundamente antes de tocar la puerta del salón de artes, tres toques bastaron para que el profesor Kim Heechul abriera y frunciera el ceño al verla.

– Señorita Myoui, qué sorpresa – dijo con un tono tan serio que la japonesa tembló levemente.

– Lo siento mucho, señor Heechul, no se volverá a repetir – se apresuró a hablar.

– De eso estoy seguro, Mina, entra – sonrió esta vez y se hizo a un lado para dejarla pasar.

La japonesa al entrar se encontró con 36 pares de ojos sobre ella, poniéndola más nerviosa de lo que ya estaba. Mina dió una mirada rápida por el salón hasta encontrarse con unos ojos que destacaban sobre todos los demás.

Dos orbes grises la miraron atentamente y la sangre se acumuló en las mejillas de la castaña.

– Mina, necesito que vayas a cambiarte y luego te pongas en frente de la señorita Son – pidió amablemente y la nombrada asintió llevando hacia unos vestidores que había al final del salón.

Cambio su conjunto pasivo por un vestido rosado simple, que la hacía lucir como una bailarina de ballet. Salió del vestidor tímidamente y suspiros se dejaron escuchar, realmente se venía hermosa.

– Muy bien, el día de hoy todas las personas deberán dibujar a la persona que tienen en frente, tienen 45 minutos, ¡comiencen! – habló y fue a sentarse a su escritorio examinando a sus estudiantes.

– Pon tu pie delante del otro, una mano en la espalda y con la otra agarra tu vestido, por favor – le dijo una concentrada pelicorto a la japonesa que la miró escéptica – y sonríe, tu sonrisa será lo mejor del dibujo –.

– ¿Por qué se supone que deba hacer eso? – se cruzó de brazos la castaña.

– Para darle un toque más elegante al dibujo, Mina, estoy teniendo el privilegio de pinar tan hermosa obra hecha por los mismísimos dioses, necesito hacerlo bien – explicó moviendo el lápiz entre sus dedos – posa para mí, Myoui – habló firmemente.

Mina se estremeció ante ese tono de voz tan demandante y casi, sólo casi le pareció... ¡yah! ¿a quién quería engañar? Le pareció sumamente atractivo y sexy.

La japonesa posó como Son se lo pidió y una sonrisa de satisfacción surcó el rostro de la pequeña.

– Tan bonita – murmuró comenzando a trazar líneas suaves en el lienzo.

Pasaron los minutos y Mina gruñía, ya estaba cansada, ¿tanto se demoraba la enana en hacer un simple dibujo? Ni que su cuerpo y vestimenta tuviera tantos detalles.

Y la verdad era que Chaeyoung había terminado hace mucho, sólo estaba contemplando la figura delgada y bien proporcionada de la castaña que tenía en frente, realmente su cuerpo era fascinante.

Mi Dulce Albañil Piropero |Michaeng|Where stories live. Discover now