Present

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– Ella no querrá estar conmigo y por eso, Chaeyoung tiene que pagar – dijo quitándole el seguro a la pistola – Rosé nunca me amará porque te ama a ti, enana, te di la oportunidad de hacerla feliz y decidiste dejarla... que idiota eres, ahora yo no dejaré que seas feliz con Mina – dijo y apretó el gatillo...

...Pero el disparo jamás salió de su arma.

Lo único que se escuchó fue un disparo de un arma ajena y el grito de Lisa cayendo al suelo.

– Jesús, maldita loca – rió Rosé aún con su arma en el aire – ¿por qué me miran así? sólo le disparé en la pierna.

Chaeyoung suspiró y pateó el arma de Lisa lejos de su alcance, para luego ir a abrazar a Mina y Yeojin.

– Ya pasó, princesa – calmó el llanto de la pequeña niña.

– ¿Estás bien? – preguntó Mina preocupada.

– Lo estoy, amor – sonrió besando la frente de cada una.

– ¿¡Hola!? ¡Me estoy desangrando aquí! – exclamó Lisa con enfado.

– Pues deberías hacerlo, perra – escupió Rosé – no puedo creer que fuiste capaz de llegar a ese punto, ¿en qué estabas pensando?

– Ella te hizo daño...

– Chaeyoung no me hizo daño porque jamás la amé – confesó y todas la miraron sorprendida – estuve enamorada de ti, Lisa.

– ¿Estuviste? – preguntó Lisa con un deje de tristeza en la voz.

– Lo estuve – afirmó – pero eras demasiado protectora, Lisa, por eso terminé contigo... nuestra relación era linda pero comenzó a tornarse tóxica, estuve muy mal por nuestra ruptura y la que estuvo a mi lado todo ese tiempo fue Jennie – sonrió al nombrarla – y bueno, una cosa llevó a la otra y terminé enamorándome perdidamente de ella.

– Esa no me la esperaba – susurró Chaeyoung.

– No sabía como decírtelo, Chae, aparte que pensabas que estaba enamorada de ti – rodó los ojos – así que decidí pedirte matrimonio para que me ahorraras el trabajo de decirte la verdad y que me rechazaras, para mi mala suerte, aceptaste.

– Acepté porque Lisa me amenazó con hacerle daño a Mina y Yeojin – explicó y Rosé abrió los ojos – yo quería terminar contigo de una vez.

– Vaya, que complicado todo – bromeó Rosé.

– ¿Ahora puedo llamarte Lisiada? – preguntó Mina a Lisa quien soltó una pequeña risa.

– Perdóname... la verdad, me comporté como una maldita idiota y realmente lo siento, no sé en que estaba pensando – murmuró débilmente la tailandesa.

– Te perdono, pero te mandaré a terapia – respondió la japonesa.

– Gracias – sonrió la de flequillo.

– La ambulancia viene en camino – informó la rubia.

Diez minutos después la ambulancia llegó para llevarse a la tailandesa que aún pedía perdón y se ganó una cachetada por parte de Chaeyoung.

Mi Dulce Albañil Piropero |Michaeng|Where stories live. Discover now