All This Years (Epílogo)

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5 años después.

CHAEYOUNG POV:

– Amor, muévete – le dije a mi novia mientras apuraba el paso por aquel parque que tantos recuerdas me traía.

– Dios, Chaeyoung, pareces una niña pequeña – dijo llegando a mi lado para tomar mi mano.

– Sabes lo emocionada que estoy volver aquí, Rosie – me defendí apretando la mano de mi novia.

Cuando llevaba un años y medio en la academia en Francia, Park Chaeyoung o Rosé había llegado sorprendiéndome, nuestro amor floreció casi de inmediato ya que nos conocíamos y éramos amigas.

¿Qué pasó con Mina? Pues, ella estaba muy ocupada con sus cosas en Nueva York por lo que decidimos separarnos porque a la distancia nuestra relación no iba a funcionar.

La extraño sí, pero creo que he logrado aislar un poco mis sentimientos hacia ella... creo que el no verla me hizo bien para adelantar el proceso de olvidarla.

Aunque no podría decir qué es lo que ocurriría si nos volvemos a encontrar.

– Chaeng, ¿quieres helado? – preguntó Rosé sacándome de mis pensamientos y asentí frenéticamente.

– ¡Helado! – exclamé corriendo hacia un pequeño puesto.

– Esta chica – rió mi novia caminando detrás de mí.

– Oh, ¿eres Son Chaeyoung? – preguntó el heladero sorprendido.

– Así es – respondí con orgullo, no era la primera vez que la gente me reconocía.

– ¡Dios! ¡Soy un gran admirador de tus pinturas! – exclamó y reí por lo bajo.

– Muchas gracias, ¿me da un helado de fresa y uno de chocolate? – pedí y él rápidamente lo hizo.

– Aquí tiene – tendió los helados y le pagué.

Me quedé con Rosé un momento ahí disfrutando de nuestros helados hasta que sentí que algo chocó con mi pierna, fruncí mi ceño y bajé la mirada para encontrarme con una bella niña de no más de un año y medio que jalaba mi pantalón con un adorable puchero en sus labios.

– Sostén esto, por favor – le dije a Rosé pasándole mi helado – hola, princesa – saludé agachándome para quedar a la altura de la pequeña que me miró con su cabecita ladeada.

– Hela...lado – murmuró y mordí mi labio por su ternura.

– ¿Quieres un helado, hermosa? – pregunté y ella asintió tímidamente.

Para ser tan pequeña es muy inteligente, yo a su edad con suerte podía abrir los ojos.

El mostré mis manos y ella estiró sus bracitos para que la alzara, cosa que hice con gusto. Rosé miraba la escena un poco extrañada.

– ¿De qué sabor lo quieres? – le pregunté.

– ¡Nilla! – exclamó y sonreí, esta niña era una dulzura.

Pedí el helado de vainilla y se lo di a la niña que comenzó a comerlo, manchándose la cara casi completamente haciéndome reír.

– ¡YEOJIN! – gritó una chica casi pelinegra corriendo hacia nosotras.

Su voz y rostro me resultan familiar.

– ¡Dios! ¡Te estuve buscando por todos lados! – exclamó tomándola entre sus brazos – ¿por qué escapaste?

– Es un poco irresponsable de tu parte descuidar a tu hija – comenté y ella levantó la vista para verme.

Mi quijada cayó al suelo.

Mi Dulce Albañil Piropero |Michaeng|Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα