Día 6: Lago/Agua.

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Disclaimer: los personajes de Kuroko no basket y las fotos de portada no me pertenecen y sólo las uso con fines de entrenamiento.

Estaba sudando a mares a pesar de que acababa de tomar una ducha en la mansión, pero eso no importaba, no cuando sus padres habían decidido pasar las vacaciones de verano en las montañas. Cualquier persona normal habrían optado por la playa, pero nooo sus padres querían ir al medio de la nada, con mosquitos y césped hasta la rodilla.

El único consuelo de Akashi era el lago que comenzaba donde terminaba la propiedad. De aguas frescas y cristalinas, con una extensión tan grande que, aunque hubiera otros locos como sus padres rondando por allí, era difícil cruzarse por la extensión del lugar.

Llegó con unos shorts, una toalla al hombro y unas zapatillas, se quedó sólo con el short y se lanzó, dando perfectas brazadas hasta adentrarse en la refrescante agua.

A lo lejos vio una silueta sentada en la orilla, tenía lo que parecía ser una caña de pescar, sentado entre matorrales tupidos que opacaban la visión. Imaginó que sería un viejo y continuó nadando con destreza hasta adentrarse unos diez metros en el lago. Mojó su cabello rojo echandolo hacia atrás y se tendió pecho arriba, flotando bajo el calor del sol.

Con sus oídos sumergidos todo lo que podía oír era el sonido de las inquietas olas. Movió brazos y manos sobre la superficie. Su piel comenzaba a enfriarse por la temperatura del agua, pero sabía que si salía pronto tendría ese insoportable calor de nuevo.

Todo era culpa del abuelo, que nunca había instalado una piscina en la casa de invierno.

De pronto sus oídos percibieron algo similar a una zambullida, brazadas y movientos bajo el agua. Le restó importancia hasta que pensó en la posibilidad de que el pescador se hubiera caído al agua.

Abrió los ojos y vio fugazmente una sombra multicolor salir y volver a entrar al agua. Se levantó, estaba en medio del enorme lago, con no menos de treinta metros hasta la orilla más cercana. ¿Cómo llegó hasta allí? Pero más importante: algo había tocado su pierna.

Contuvo el aliento cuando algo emergió justo frente a él: era un chico castaño de su edad, que lo señaló y rió como niño.

-Lo siento, no me resistí -Intentó detener su risa mientras secaba sus grandes ojos- Parecías tan serio mientras nadabas -soltó una refrescante risa, Akashi se sonrojó, aún sorprendido. Él era un idiota.. Pero un idiota lindo.

-Casi muero del susto. -dijo molesto, viendo la playera multicolor pegarse al pecho del castaño. Aunque parecía delgaducho, tenía unos brazos entrenados y atléticos, casi tanto como los suyos.

-Ugh, lo siento, yo..

-Eras tú el que pescaba?

-S-si, era yo -dijo nervioso bajo su fría mirada, eso le agradó.

-Deberias invitarme a comer, para compensarme. -indicó seriamente.

-Eh.. Seguro, acabo de pescar uno enorme! -dijo sonriendo mientras nadaba adelante.

Akashi lo siguió viendo su espalda húmeda brillar donde no lo cubría la tela, con un apetecible trasero bien delineado bajo unos shorts grises.

-No tienes idea -murmuró.

Jajaja, ese Akashi es un loquillo 💙. Holi! Gracias por sus votos y sus lindos comentarios! Me hace muy feliz ver que les agrada lo que escribo. Gracias por leer. Saludos!

Desafío de diciembre: drabbles AkaFuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora