Día 18: Espalda.

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Desde que Kuroko le regaló entradas para el juego de la NBA, no dejó de prepararse mentalmente para el encuentro. Minutos antes de entrar decidió hacerle frente al momento y no dejar que viejas ilusiones arruinaran su noche.

Pero toda su cordura se fue al caño al verlo allí, a unos metros de distancia.

El uniforme de los Lakers le quedaba perfecto, hacía resaltar los vívidos colores de su cabello y su piel tan blanca. La presencia de Akashi era notoria y atrayente como el campo de gravedad de un planeta. Se veía más alto y atlético, con una sonrisa confiada y una mirada penetrante en sus brillantes ojos. Kouki había escuchado que gracias a él habían ganado el ultimo campeonato, no podía negar que se veía implacable.. Absoluto.

El partido inició demostrando los altos estándares de los profesionales. Iban y venían, atacaban y defendían, los dos equipos eran monstruos con excelentes jugadores, pero las estrellas se robaban todas las miradas.

Kouki se olvidó del juego, quedándose embobado mientras veía al número 4. Sus movimientos veloces, sus dribleos, sus lanzamientos y pases, el pelirrojo con la casaca número 4 era como un reloj suizo: perfecto. Los ojos chocolate estaban fijos en su espalda: tan amplia, tan fuerte, tan firme.. Quisiera acurrucarse en esa espalda.

Sentir el cálido palpitar a través de la camiseta impregnada de sudor, un sudor mezclado con perfume varonil.

Había sido ingenuo al creer que ya no sentía nada por él. Verlo en su mejor momento, con aquella sonrisa segura, echándole fugaces miradas cada cierto tiempo.. Le hacía desear ser más valiente.

Momento. ¿Echándole miradas?

No estaba imaginando, no había ninguna chica alrededor y el pelirrojo seguía.. Viéndolo.

Bueno, tal vez quisiera saludarlo.. No?

El juego acabó y vio cómo se secaba el sudor con una toalla, bebía agua y parte del líquido era derramado por la comisura de sus labios hasta perderse en su cuello.. Mientras lo miraba.

Todo se encontraba bajo control hasta que el pelirrojo dio un paso hacia las gradas.

Kouki se puso de pie con un brinco y huyó.

Llegó horas más tarde a casa de Kuroko, quien lo había invitado a cenar. La verdad es que se sentía un idiota por haber corrido así, siendo que quizás sólo quería saludarlo, pero no tenía el valor de enfrentar a su viejo enamoramiento tan pronto.

Kouki golpeó la puerta y un pelirrojo le abrió.

—Buenas noches, Furihata kun..

—¡¿Akashi san?!

—Ya llegó Furihata! —gritó Kagami al pasar frente a la puerta.

—Espero que mi presencia no te incomode.

—No, para nada..

En cuanto Kouki ingresó, Akashi cerró la puerta y lo encerró entre su pecho y la pared, bajando la boca hasta su oído, susurró:

—Disfrutaste del juego.. Kouki?

Un escalofrío recorrió su espina dorsal, sintiendo el aliento de Akashi acariciar su cuello.

—A comer! —gritó Kagami, y Kouki escapó.

El emperador se quedó viendo su espalda, imaginando con una sonrisa cómo sería marcar esa piel con los dientes.

..

Este drabble me recuerda que Winry de FMA se da cuenta de que quiere a Ed al ver su espalda 💙.
Espero que les haya gustado, gracias por leer y por sus lindos comentarios! Saludos.

Desafío de diciembre: drabbles AkaFuriOnde as histórias ganham vida. Descobre agora