Día 8: Muerte

1K 111 5
                                    


Disclaimer: los personajes de Kuroko no basket y las imágenes que utilicé de portada no me pertenecen y sólo los uso con fines de entretenimiento.

Empezó a correr empujando a algunas personas, sin pensar en la ruta que tomaría o que no tenía la ropa adecuada. Se mantuvo al mismo ritmo hasta que se detuvo de pronto a los quince minutos, resoplando apoyado en sus rodillas. Ya no podía respirar, su piel estaba cubierta de sudor y el aire escapaba como vapor mientras comenzaba a nevar. Tomó un profundo suspiro y caminó, no quería detenerse aún. Aunque su cuerpo gritara de agotamiento, aún sentía un nudo en el pecho que necesitaba borrar.

Sus pies iban dando tropiezos sin mirar donde caminaba, simplemente avanzaba a pesar de que ya llevaba treinta minutos en aquella carrera sin sentido. Los caminos de lágrimas se habían resecado en su piel fría mientras el viento se helaba más y más.

Estaba lejos de casa, lejos de la casa de sus amigos y de cualquier conocido.. Y no había llevado su cartera o teléfono.

Se detuvo resoplando contra una baranda, observando la playa a algunos metros de él. No sólo sus iris se veían carmesí, también su contorno y sus labios tiritando. Ni siquiera tenía un maldito abrigo pero eso no importaba, nada importaba cuando aquél dolor le perforaba el pecho. El sudor se enfrió rápidamente y la ventisca empeoró, con varios copos de nieve anticipando la tormenta, su cuerpo comenzó a temblar, ¿pero era de frío o de dolor?

Se mordió los labios con fuerza y agachó la cabeza, las lágrimas caían como sangre.

Dolían, ardían, pesaban.

Se sujetó del cabello cereza y lo jaló sin sentir nada, ni siquiera un ápice de dolor. Necesitaba desesperadamente sentir algo además de aquella profunda melancolía.

—¿Akashi san? —El mencionado alzó la vista, mostrando un rostro abatido— ¿Qué.. Qué le sucedió? ¿Está bien?

No dijo nada y lo abrazó. Lloró desconsoladamente en el hombro de aquél castaño que apenas conocía, apretándolo contra su pecho en un abrumado intento por sentir algo. Lo rodeó con tanta fuerza que lo sintió gemir en su oído, pero no se atrevió a soltarlo.

—A-Akashi san.. Venga. Vamos.. —dijo muy bajo, tratando de no asustarlo.

Lo llevó hasta un departamento bonito y acogedor, le sirvió una taza de té y se sentó a su lado, el pelirrojo se sintió avergonzado de su aspecto y trató de contenerse un poco.

—Hoy es el aniversario.. —dijo con la voz quebrada, tomando un pañuelo de los que ofrecía Furihata— El aniversario de la muerte de mi madre.

—Lo siento mucho.

—No lloro desde que murió.. Cuando el otro yo apareció, dejé de pensar en ella..

—Akashi san! —exclamó con preocupación al ver su mirada atormentada— usted no tiene la culpa! Las cosas malas suceden y sólo se puede sobrevivir a ellas!

—Furihata..

Lo tomó de la nuca y pegó sus labios a los contrarios, desesperado por sentir más de esa calidez suya se acostó sobre él, pasando hambrientas manos por su pecho y espalda.

—Abrazame —Kouki lo miró sorprendido, no era una orden, era un ruego.. Y se sintió feliz de poder cumplirlo.


..

Ahhh. La verdad me quedé con ganas de seguir escribiendo! Jeje, espero que les haya gustado! Gracias por leer. Saludos!.

Desafío de diciembre: drabbles AkaFuriWhere stories live. Discover now