Día 21: Yukimaru.

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Era Edo.

El caballo blanco del emperador tenía un sólo hábito: le gustaban las manzanas, pero no cualquiera, sólo comía las del árbol en las afueras del bosque circundante al palacio.

Así había sido desde que el emperador era un niño y huía de casa con su corcel, cabalgaban solos hasta el final del bosque donde las relucientes frutas pendían de un hermoso árbol de hojas brillantes.

Cuando el emperador subió al trono a la joven edad de diecinueve años, aún llevaba a su caballo hasta ese árbol para que comiera.

Pero algo extraño ocurrió una tarde en que salió con su caballo. Era verano, atravesó el bosque siguiendo el camino de siempre, subiendo pequeñas colinas y pasando frente a bellas flores silvestres, llevaba un haori y hakama ligeros pero de excelente calidad.

Iba tan distraído pensando en asuntos de Estado que le pareció extraño que el caballo se detuviera de repente. Alzó sus ojos rojos y vio la razón: había alguien en su árbol de manzanas.

Hizo que el caballo continuara mientras pensaba en todos los castigos que podría imponerle a ese intruso, a ese ladrón que estaba robando las manzanas del caballo real. Estaba a diez metros cuando cambió de parecer.

El ladrón era un chico de su edad, castaño, delgado, con una ordinaria yukata que dejaba a la vista sus piernas. Desmontó cerca del árbol y caminó hasta él.

-Que estás haciendo?

-¡..! -el castaño lo miró con temor, mostrando su delicado rostro y sus grandes ojos marrones- estaba tomando algunas manzanas..

-Y quien te dio permiso para eso?

-Nadie.. Es un árbol silvestre.. O.. Es suyo?

-Todo lo que ves es mío -dijo con una sonrisa arrogante.

-Ja! Ni que fuera el emperador. -El caballo se acercó impaciente y comió de las manzanas que cargaba en sus brazos- oye!.. Ohh.. Que precioso animal.

-Se llama Yukimaru. Parece que le gustas -dijo acariciando la crin blanca.

-Que bonito -sonrió y le dio una manzana en la boca, el caballo comió con gusto mientras el pelirrojo quedaba asombrado por la hermosa sonrisa del campesino.

-Cómo te llamas?

El castaño miró receloso su ropa elegante- ¿por qué le importa a alguien como usted?

-Curiosidad.

-Kouki. -dijo resignado, esos señores feudales estaban locos.

-Vives cerca de aquí? -dijo dando un paso hacia él, sonriendo. Kouki continuaba tomando manzanas, tratando de ignorarlo— Ya está atardeciendo.. Podría llevarte si quieres..

Kouki miró el sol y contuvo el aliento.

—Es tarde! Debo irme! -corrió, se detuvo e hizo una reverencia para seguir corriendo— con su permiso!

Akashi rió mientras lo veía correr, perdiéndose de vista.

—Kouki eh?

Desde ese día el emperador salía casi todos los días en la tarde, escapaba de sus guardias y regresaba a aquél prado. Había conseguido sacarle algunas palabras al castaño que aparecía a veces. Vivía con sus padres y un hermano enfermo, trabajaba como ayudante de artesano en las tardes y cuidaba a su hermano en las mañanas.

Aunque intentara evadirlo, tarde o temprano caería en su red.

...

Holi!

Este drabble va a tener continuación en el de mañana. Espero que les haya gustado hasta acá 💙 gracias por sus comentarios y votos.
Saludos!

Desafío de diciembre: drabbles AkaFuriWhere stories live. Discover now