Día 28: Tinta.

744 90 1
                                    

Había una vez un pintor japonés. A pesar de ser un pobre campesino, había aprendido a leer y escribir gracias a una dama adinerada que le había ganado cariño.

A los dieciséis años, Furihata Kouki sabía de caligrafía, dibujo, cultura, historia y más, sin embargo, no podía conseguir un empleo acorde a sus aptitudes debido a su procedencia humilde. Así es que partió hacia la ciudad capital de Edo, donde probaría suerte y tal vez se volviera escriba de algún señor feudal.

Pasaron los años y Kouki no logró su cometido, lo mejor que consiguió fue como maestro de niños de familias acaudaladas. Les enseñaba caligrafía y dibujo, sabiendo que su mayor compensación sólo sería la admiración de niños de diez años.

A veces iba al puerto, donde hacía retratos en el momento a cambio de algunas monedas, de esa manera sentía que su talento era más recompensado.

Una noche estaba ahogando sus penas en sake, tomó tinta y comenzó a dibujar todo lo que desearía que fuese realidad: una casa hermosa, dinero, ser reconocido.. Y también..

Una pareja.

Tan enfocado había estado en cumplir sus sueños que nunca se había casado. Ahora ya era demasiado tarde para tener una esposa, pero siempre se puede soñar.. No?

Pintó y dibujó toda la noche, enfrascado en su mente y pincel hasta que la imagen conseguida le gustó. No había dibujado a una mujer, sino a un hombre. Un hermoso hombre de ojos diferentes, piel blanca y cabello rojo sangre.

-Es perfecto -dijo admirando el dibujo y notando que había amanecido- Ojalá fuera real.. -suspiró antes de dormirse, abrazando su obra.

La tinta en el papel burbujeó cual sangre, la imagen de aquél joven se separó de la hoja como si atravesara una ventana cubierta por telarañas.

Kouki despertó por el sonido de la lluvia. Olía delicioso y tenía una manta sobre los hombros, no recordaba haber ido a su cama.

-Buenas tardes, amo.

El castaño abrió los ojos impactado. No sólo porque había un extraño en su casa, sino porque ese extraño era igual al dibujo que tenía entre manos.

-Que es esto?! Estoy soñando?

-Tranquilo, amo, tú me deseaste con tanta fuerza que los dioses cumplieron tu petición. Aquí estoy para servirte y adorarte.

Gritó cuando su creación le acarició la mano, sintiendo su tibio roce. Corrió a cuatro patas hasta salir de la casa, no se detuvo hasta que resbaló en un charco y acabó cayendo en el lodo. La lluvia caía sobre él, tal vez todo había sido una alucinación por el sake..

Las gotas se detuvieron.

-Amo?

-Gyaaaa! -Quiso huir pero fue sujetado del hombro- dejame en paz! Qué quieres de mi?!

-Sólo deseo hacerlo feliz.

Lo tomó del rostro antes de besarlo con gentileza, apenas rozando los labios contrarios con una suave caricia. Como besar los pétalos de una rosa. Kouki no reaccionó hasta que se separó.

-Vamos antes de que se resfríe.

-No! Dejame!

Lo cargó en su hombro y volvió a la casa.

...

Esta historia no iba a ser para nada como acabó siendo. No tenía nada de imaginación hasta que de pronto se me ocurrió esto y estoy muy contenta con cómo quedó.

Por cierto, voy a hacer continuación del drabble Gótico. Wiii. Pero van a tener que esperar porque tengo varios fics en curso y no quiero dejar ninguno de lado.

Gracias por leer y por sus votos. Saludos!.

Desafío de diciembre: drabbles AkaFuriWhere stories live. Discover now