𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑪𝒂𝒕𝒐𝒓𝒄𝒆.

818 76 43
                                    

Capítulo 14.

Después de esa llamada había vuelto a donde antes se encontraba con Luna, pero no fue lo mismo. La castaña había notado algo más. Ya no estaba ese Matteo cariñoso, meloso y coqueto, ahora estaba uno que desconocía por completo.

Dejó de brindarle caricias a su pecho para alzar su mirada encontrándolo pensativo y serio con sus ojos fijos en el techo.

—Matteo, —lo nombró suavemente— ¿estás bien? Te noto...

—Estoy bien. —la interrumpió. No quería escucharla decir algo que era completamente cierto pero no podía decirle nada, no aún. Soltó un suspiro. Luna se estaba volviendo importante en tan poco tiempo y eso le frustraba— Solo... estoy algo cansado. —murmuró desenredando su brazo de su cintura y alejándose de ella.

Tenía que ser discreto, no querría que la mexicana comenzara a sospechar.

Rascó su nuca y la miró. Le dedicó una pequeña sonrisa tratando de tranquilizarla y se fue a su habitación sin siquiera despedirse.

Aquella repentina actitud en él la hizo dudar. ¿Por qué de la nada se puso así? ¿Pasaría algo con su familia?. Mordió su labio cuando se dió cuenta de una cosa importante.

No conocía nada de él. O al menos no tanto como para decirle te conozco a la perfección.

Hizo una mueca bajando la mirada a su regazo, miró de reojo su libro y entonces bufó. Se levantó de un salto molesta por aquellos minutos antes vividos. Tomó sus libros con sus manos y subió a su habitación como pudo, dejando ahí la manta y alguna que otra basura.

Necesitaba estudiar. Ya después pensaría en el chico italiano de intercambio que seguramente en estos momentos debe estar comiéndose la cabeza por la misteriosa llamada. Apretó sus labios y negó con la cabeza. Cerró su puerta con seguro asegurándose de que nada ni nadie pudiese interrumpir su intento de momento de estudio.

[...]

Al día siguiente, Matteo le habló como si nada hubiese pasado. Luna se entristeció un poco al darse cuenta que él indirectamente no quiere decirle nada sobre su vida.

Intentó decirle que le gustaría conocerlo muchísimo mejor pero él la interrumpía siempre. Se rindió. Se molestó con ella misma por haber caído TAN rápido a los pies de alguien a quien siquiera conocía del todo.

¿Cuál será su color favorito? ¿Tendrá hermanos? ¿Hermanas? ¿Vivirán sus padres juntos? ¿Cuál será su hobby? ¿Sabrá otro idioma aparte del español y su idioma natal? ¿Qué más le gusta? ¿Qué es lo que detesta, odia y repugna? ¿Cuáles son sus sueños y metas? Todas esas y más preguntas rondaban por su pequeña cabecita curiosa.

—¡Luna! —el grito de un chico la hizo sobresaltar de su asiento. Miró a sus costados tratando de encontrar a aquella voz, todos en el salón de clase se encontraban haciendo un gran relajo y no se callaban a pesar de que el profesor estuviera ahí. Sonrió un poco al encontrarse con un chico de cabello entre verde con un poco de negro. Su nombre es Max— ¿Me prestas tu marcador negro?

Y le encantaba pintar y dibujar.

—Oh, ah, claro, no hay problema. —balbuceó un poco, sonrió de lado y se giró para comenzar a buscar entre su lapicera aquel dichoso marcador negro.

El chico de intercambio; lutteoWhere stories live. Discover now