Capítulo 1🌘

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Bakugo abrió la puerta de su hogar y cerró esta misma con un sonido sordo, el corazón latía fuerte en su pecho, era doloroso y no lo dejaba pensar con claridad. Su visión era borrosa, oscura. Le faltaba algo.

Faltaba alguien.

Su madre, quien descansaba en un sofá improvisado con madera, le miró como nunca jamás pues, su querido hijo; valiente, fuerte, decidido y orgulloso, se encontraba derramando lágrimas cuales resbalaban dolorosamente lento por sus mejillas. No, jamás en su vida había visto a su hijo llorar de aquella manera, era impresionante.

—¿Sucede algo, cariño?

Fueron las primeras palabras que salieron de ella y como si fuese un tipo de bruja con dos cabezas, Bakugo la miró intensamente con los orbes rojos e irritados. Suspiro. Lo hizo para contener el llanto.

—Y-Yo, lo perdí.—Susurró con un gesto incrédulo en su rostro. —Ella... Ella me lo arrebató. — Dicho esto, formo dos puños sólidos y fuertes para estrellarlos contra la pared de manera violenta. Su madre lo observó desde su lugar y sin ningún miedo habitando en ella se acercó para encarar a su hijo. Le tomó dos segundos llevar la diestra a la cabellera ajena y guiarla a su pecho. Bakugo estaba temblando.

—Veamos... ¿Puedes contarme desde el principio?

 ¿Puedes contarme desde el principio?

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EL NIÑO

—Capítulo 1—

[Años antes]

Mitsuki se acercaba a la recamara de su hijo con toda la intención de hacerlo conciliar el sueño, era tarde, él debía estar dormido a esas horas. Tarareaba una canción ligeramente despacio para que el pequeño se diera cuenta de su presencia.

—Katsuki, hijo, es hora de dormir, tienes que hacerlo temprano, mañana tu padre te mostrará la cacería de pájaros.— Tomó asiento en la mullida cama haciendo rechinar el colchón.

— ¡No! ¡Dormir es aburrido! —Musitó energéticamente el pequeño rubio quien jugaba con un muñeco de madera, regalo de su abuela por su sexto cumpleaños. Katsuki tenía siete actualmente. —Estoy ocupado matando dragones mamá.

—Mocoso engreído. — Gruñó la madre algo sorprendida pues cada vez su hijo se parecía más a ella, no quería imaginar cómo sería su actitud dentro de diez años. —No lo repetiré de nuevo, es hora de dormir. Es increíble que no tengas sueño. ¿Tienes tanta energía?

Katsuki no respondió al cuestionamiento, en cambio, hizo un mohín molesto y le dio la espalda a su madre para seguir con su juego de caballeros y dragones. Eran cerca de la una de la mañana y la luna resplandecía tanto que iluminaba por completo el pequeño pueblo en donde yacían. El reflejo del brillo llegó a los ojos de la madre pues justo se encontraba a un lado del ventanal. Una idea llegó a su mente y quito el ceño fruncido que su hijo había ocasionado en ella.

Hijo de la Luna || KiriBaku || Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum