Capítulo 31🌘

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SENSACIONES

/Perdónenme, me está yendo mal

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/Perdónenme, me está yendo mal.💔




La luna seguía haciendo presencia en el cielo, Kirishima llevaba consigo a Bakugo quien iba recargado en su espalda, el rubio, quien no estaba para nada avezado con despertar en medio de la noche, parecía haber perdido la guerra contra el sueño, sin agregar, por supuesto, que el frío yaciente en el pueblo era sumamente intenso para poder caminar libremente. Al parecer, Eijiro era inmune a la helada brisa por lo cual le dio ventaja en avanzar más rápido. 

El pelirrojo iba disfrutando de cada una de las cosas existentes en aquel mundo, había extrañado absolutamente todo y con ello se refería a la brisa, el cielo, el agua y el simple caminar de sus pies, una tenue sonrisa adornaba sus labios pues estaba sumamente feliz, lo que más quería estaba detrás de él y no podía pedir más, era por ello que su apariencia desbordaba comodidad y felicidad absoluta. 

Después de algunos minutos logró reconocer el hogar del rubio, sonrió, la morada seguía siendo igual a como la recordaba. Exhaló el aire en sus pulmones creando una pequeña oleada de vapor y miró hacia su costado para sentir los suaves cabellos rubios acariciar su mejilla. —Bakugo… despierta, estamos en tu hogar. 

Se debía agregar que Kirishima había rogado en demencia llevar a Katsuki en su espalda pues el cenizo era demás obstinado, más de lo que le recordaba, por eso mismo dudaba el despertarlo y dejarlo nuevamente con los pies en la tierra, quería disfrutarlo más así, realmente quería, pero sabía que debía dejarlo en una cama pronto o al día siguiente su preciado Bakugo estaría de malas por no dormir decentemente. 

Movió su hombro con lentitud pero de forma repetitiva. —Bakugo… 

El rubio frunció el ceño con molestia y de a poco sus orbes se abrieron demostrando así el sueño que tenía, sin embargo, sus expresiones parecieron cambiar de súbito en cuanto logró divisar la pequeña sonrisa que Kirishima le estaba dando. Oh, por supuesto. 

Su preciado Kirishima estaba de regreso, no había duda de ello, sólo que de ratos parecía ser un sueño, uno muy bueno. 

—Llegamos…—Siseó con las palabras bailando en una melodía divertida. —Entremos, te estás enfriando demasiado. 

Bakugo gruñó en voz baja y con una lentitud abrumadora, se retiró de la espalda de Eijiro para permitirse caminar a la entrada y abrir la puerta. —Jodido frío de mierda. —Susurró con recelo haciendo el cometido con mucho cuidado, no sabía si su madre seguía despierta esperando por él, deseaba que no fuera así o de lo contrario un interrogatorio bastante extenso le daría la bienvenida. Abrió la puerta con extrema precaución bajo la mirada cautelosa de Kirishima, miró hacia adentro y su pecho dejó de latir desenfrenadamente pues, efectivamente, no había rastro de alguien vigilando o esperando su llegada, agradeció en silencio. 

Hijo de la Luna || KiriBaku || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora