Capítulo 8

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Capítulo 8


"Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza."


INGLATERRA

La princesa Charlotte caminaba normalmente a sus clases de piano, su largo y pomposo vestido se movían en ligeras capas por la rapidez que llevaba la chica, al igual que sus tacones se escuchaban en el pasillo del palacio. Escuchó muchas pisadas en la sala de estar lo cual era raro e inusual, los que siempre se encontraban en el palacio –últimamente- eran los duques Horan, Lord Payne y el príncipe Sebastián y ella entiende el porqué, pero no entiende todo al alboroto que ahora se escucha en el palacio.

La curiosidad termina por tomarla y baja por las escaleras pero antes de llegar al final de ellas es tomada del brazo y jalada por su madre.

― Jovencita, ¿qué crees que haces? Es de parlanchinas escuchar en conversaciones ajenas. Pensaran mal de ti Charlotte. Deberías estar en el salón de piano que tú maestro no tarda en llegar.

― Lo sé madre; pero quería saber de qué hablaban, ¿es sobre mi hermano?

― Eso es algo que no te importa, no es digno de una princesa escuchar...

―...conversaciones ajenas, ya lo sé. ― Su madre puso una cara de molestia y elevo una ceja. ― Lo siento, pero estoy preocupada por mi hermano, ¿es cierto que lo tienen los piratas? ¿También al duque Horan? Eso dicen en las calles.

― No es bueno que creas en lo que dicen en las calles, además esas personas no saben lo que dicen. Vuelve a tu habitación señorita.

― ¿No es que tengo que estar en el salón de música? Quien te entiende.

La reina iba a decir algo más cuando la princesa se fue corriendo al salón de música riendo. Siempre chocaba con su madre por decir lo que pensaba ante cualquier situación y la reina se molestaba porque "no es digno de una princesa". Ya estaba cansada de esa oración y todo se había complicado más un mes anterior cuando su celo al fin llegó confirmando que es alfa.

Eso hizo que chocara en las discusiones aún más con su madre. Ya que tanto ella como su padre pensaron que sería omega o beta. Para su padre fue algo más que agradable ya que no tendría que enviarla lejos y se haría cargo del reino en Inglaterra, el problema ahora era encontrar a su hermano antes de que se cumpliesen dos años.

A sus once años y que el celo le llegara antes que su fluido era una chiquilla que siempre quería ganar en todo –creo que eso es un signo de que sería alfa-, nunca se quedaba callada, siempre quería tener la razón y poseía algo para convencer a todos; algo que su padre también tenía, la diferencia era que ella lo usaba para buenas acciones y su padre no tan buenas.

Los dorados |Larry stylinson| #Wattys2020Where stories live. Discover now