Capítulo 25

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Capítulo 25


"Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones"- Sócrates.


― Dime que esto es una broma Mark. ―la reina de Inglaterra tomaba de las prendas de su esposo con fuerza intentando no soltar ninguna lágrima, las manos le temblaban y su omega olía a miedo y enojo a lo lejos. ― dime que es un chiste todo esto que está pasando. No puede ser cierto Mark ¡No puede! Louis tiene que estar con Sebastián no con un pirata.

― Créeme que quisiera que fuera un chiste pero no lo es; es la maldita realidad.

― Pues no lo aceptaré, no lo haré. No sé cómo pero Louis tiene que estar con Sebastián así sea que tengamos que matar al maldito pirata. ― la reina quitó las manos de su marido y rápidamente quitó las lágrimas de su rostro. ― dime que tienes un plan Mark. Esto no se puede quedar así.

― Trato de pensar omega si dejarás de llorar me concentraría mejor. No podemos apartar a Louis de su alfa o morirá. ¿Quieres eso para tú hijo? ― la omega negó. ― ya he mandado a que aborte a ese bastardo que lleva en el vientre.

― Padre. ― habló la alfa entrando a la habitación sin tocar porque eso estaba más que permitido para los alfas.

― Ahora no niñita que no estoy muy contenta contigo tampoco. Mira que escaparte del palacio ¡Tuviste a miles de personas preguntando por ti! ¡fue un escándalo Charlotte! ― le reprendió su madre.

― Y mira que tampoco tenía pensado volver omega, pero lamentablemente aquí me tienes. ― respondió la alfa cruzándose de brazos.

― Claro, claro, y déjame adivinar, tú padre ni siquiera se molestó contigo. ¿No es así?

― Ya sabes que no, entre alfas nos entendemos. Pero no se puede decir lo mismo de una omega impotente que no sabe cómo manejar a sus hijos. Eres la omega más inútil que he conocido madre. Es por eso que ahora les doy la solución a su problema, ya que al parecer no saben pensar con la cabeza.

En Inglaterra ningún hijo tenía derecho de levantarles la voz a sus padres, mucho menos si eran alfas, pero claro que en una ciudad dónde los omegas no tenían ni el más mínimo derecho de contradecir a un alfa y este era el caso.

Claro que tampoco era un secreto que Charlotte y su madre no se llevaban para nada bien y estaba claro el por qué, a pesar de ser alfa y omega, eran mujeres y está por demás decir que entre las mujeres siempre hay envidia aunque se disimule bien. Ahora imagina dos mujeres alfa y omega; una hija rebelde que nunca siguió las reglas de su madre y una madre cansada de siempre seguir reglas.

― Por eso Louis siempre ha sido mi favorito.

― Porque no le queda de otra más que obedecer; entiendo tú sufrir madre pero el único culpable aquí es éste hombre al que llamas alfa y esposo.

Los dorados |Larry stylinson| #Wattys2020Where stories live. Discover now