Demasiado tarde

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EMILY WILSON

Sonó el timbre que daba por terminado el día. Necesitaba salir del instituto lo más rápido posible. Me sentía asfixiada. Definitivamente había sido un viernes trece muy loco. Por primera vez en mucho tiempo, no me sentía yo. Me vi inducida por la rabia y esta me llevaba a actuar de una forma que desconocía. Y en ese momento recordé lo que dijo Carl Jung: "Todo lo que nos molesta en los demás nos puede conducir a la compresión de nosotros mismos ". Condenaba la forma en la que la chica había actuado en la mañana y yo me había estado comportando de la misma manera durante todo el día, entonces... ¿Qué se suponía que me hacía diferente o mejor que ella?

Al salir de clase, Victoria pasó frente a mí cogida del brazo de Amanda. Parecía que se conocían de muchos años atrás. Como de costumbre, las acompañaba su clan perfectamente amaestrado. En el camino, una de ellas les hablaba sobre ir al salón de belleza para quedar perfectas para la fiesta, pero ellas ni la determinaban. Victoria no quitaba su peculiar mirada retadora de mí y esbozó una sonrisa maliciosa. Mientras que Amanda, me observaba con esa aura de grandeza que tenía de manera innata. Sonreía como si me hubiese quitado algo ¡Victoriosa!.

Verlas juntas y acoplarse de manera perfecta, me hizo pensar que personas como ellas, se reconocían entre las multitudes. Aunque debo admitir que, escucharla hablar como lo hizo en clase de filosofia, me llevó a cuestionar por unos segundos, la perspectiva que tenía sobre ella. Escucharla reírse con fuerza y tan amistosa, me hizo caer en la realidad nuevamente.

No tengo nada en contra de Amanda, pero es el tipo de persona con la que prefiero guardar distancia. Es de las que eleva su ego, pisoteando el de los demás. Va por el mundo, sintiendose la dueña de todos. Utilizando el miedo de los que no quieren ser excluidos y desean formar parte de "algo importante", aunque esto signifique, perderse a ellos mismos.

Cinthya y Sarah, sus fieles seguidoras, eran chicas brillantes y hermosas, pero en su afán de encajar, perdieron la esencia que las caracterizaba. Decidieron convertirse en los clones malvados de una dictadora insensible con el único fin de no quedar en el anonimato. De no sentirse invisibles. Y lograr que de alguna manera, alguien las recordara, sin importar, si ese recuerdo, valía la desdicha de aquello que elegían como sus víctimas. El bullying en el cumbres, era liderado por Amanda y Lucas.

Cuando conocí a Amanda, era una chica muy simpática. Incluso fuimos amigas. Un día, nos quedamos en mi casa a estudiar. Fue, digamos, una noche de chicas. Recuerdo haber reído como nunca. Hablamos de todo un poco. Ella me contaba una de sus elocuentes historias, hasta que Santiago nos interrumpió con una llamada. Me pidió que me quedara con él hasta que se sintiera bien. Algo referente a su antigua ciudad lo afligió y decía necesitarme. Nos dormimos y al despertar, Amanda ya no estaba. Intenté llamarla y no contestó. Ya no me volvió a saludar. Me ignoraba todo el tiempo y sin verlo venir, se convirtió en una chica pesada que no dejaba de molestarme. Empezó a ser la popular del instituto y yo, su competencia directa.

Muchos decían que era porque estaba enamorada de Santiago. Otros, que me tenía envidia y no soportaba que la gente, me prefiriera a mí. Yo, decidí no indagar en sus razones y aceptar, que ya no seriamos amigas.

He aprendido que de la misma manera en la que las personas entran a tu vida, de la misma forma se van. Y no puedes evitarlo, por mucho que lo quieras.

Mi día había sido distinto. Desde que Victoria Brown se cruzó en mi camino, todo empezó a ir diferente. El salón de clases, la cafetería, los pasillos, mis amigos, los profesores, el instituto completo se sentía como un lugar nuevo. Desconocido. Su presencia alteró lo que representaba mi espacio personal. Después de desear no volver a verla, debía aceptar que ahora formaría parte de mi círculo y el profesor de filosofía, había dado la estocada final que arruinaría por completo mi día y mi amor por su asignatura ¡Vaya que disfrutaba su clase!

El espacio entre tú y yo -Katherine H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora