capítulo 9

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Narra Amber

Siento como si me estuvieran moviendo cada rato, no logro despertarme, no quiero despertar

Siento mi cuerpo arder y como si mil púas atravesaran mi piel. Me levanto de golpe.

Me encuentro empapada y hielo en la cama.

Levanto mi vista y los veo mal

- que mierda te pasa por la cabeza?! - digo molesta

- hasta que al fin despiertas, te estabas tardando mucho - dice Caín mirando su reloj

Miro su estilo, tiene una camisa de botones vinotinto, un saco negro y todo ceñido a su cuerpo.

Me mira serio

- muévete, no pretendo que te quedes encerrada sin hacer nada, no eres una huésped - dice de mala gana

Se gira y sale de la habitación, azota la puerta.

Es un gran idiota

Me levanto de mala gana, los pedazos de ropa que tengo se pegan a mi cuerpo, mis pezones se ven y lo odio.

Entro al baño, me quitó la ropa y entro a la ducha, el agua fría cae en mi cuerpo.

Salgo y me lavo la boca.

Al salir veo una bolsa en la cama, la agarró y la abro, un blue jean, camisa roja ceñida al cuerpo y unas botas.

Me lo coloco de mala gana y salgo, mi cabello chorrea,  me lo sujetó y lo enrollo, es muy largo y molesta.

Will está en la puerta como un guardaespalda esperando

- camino, el señor odia la impuntualidad

- pues que me la chupe

Caminamos y entramos a su despacho de mala gana, Will me empuja y cierra.

- que quieres?

- cuida tu tono

- jodete

Me mira de forma asesina.

Saca una carpeta

- vas a robar algo por mi

- ya tienes a tus canes, no me necesitas a mi

Tira la carpeta abierta en el escritorio.

- es un importante funcionario británico, el como la mayoría de los políticos está embarrado en la mierda - dice

- y? Que tiene que ver con nuestro trato??

- que le encanta la mafia italiana defender?? - pregunta

Coloco los ojos en blanco

Se la respuesta

- su terreno, y sus mejores socios

El sonríe arrogante, hijo de puta

- el tiene unos papeles que yo quiero, es un terreno extenso e importante en Italia, si lo obtengo podré pisar esa zona, no podrán romper las reglas y así estaré más cerca de acabar con esos hijos de puta

El tiene un gran empeño en destruirlos, pero prefiero no meter más mi nariz en ello, solo quiero mi jodida libertad.

- ajá, y como pretendes que me acerque a ese político

El rodea su escritorio y se acerca a mi de forma pausada quedando muy cerca de mi.

Tengo que levantar la vista para poder verle a la cara.

irresistible destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora