Capitulo 47

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Narra Amber

Estoy fastidiada, ya es de noche.

Busco en el armario, veo el suéter de Caín allí, me lo traje y no se lo regrese.

Me quitó mi sosten y me coloco su suéter o más bien sudadera. Me llega a mis muslos cubriendo mis bragas

Salgo de mi habitación, está muy silenciosa la casa. Bajo y no hay nadie, abro la puerta principal y está cerrada. Por supuesto, me asomo a la puerta de atrás y Will está en el muelle cerca del barco de Caín

Me giro, voy a la cocina, empiezo a revisar la nevera.

Los estantes también.

Bueno, hay de todo

Amarro mi cabello en una cola alta, saco la pasta, unas salsas, carne molida.

Preparo primero la carne, pico unos vegetales y los pongo a freír, después de eso echo la carne y espero a que se ponga blanca.

Mientras que espero, salgo de la cocina. Camino por otro pasillo que está detrás de las escaleras, entro a una habitación y veo un gran salón de prácticas de tiro.

Enciendo las luces, camino viendo todo

Salgo un momento a revisar la carne, lo muevo y echo agua, le coloco una tapa

Subo las escaleras, entro a la habitación de Alessia, agarró su reproductor de música. Lo conecto en la cocina y dejo que la música corra.

Vuelvo al salón de tiros, voy a un estante dónde hay de todo tipo de armas.

Agarró una automática plateada, es ligera. La reviso, le quito el cartucho y está vacío.

Busco las cajas de balas, agarró una y la cargo

Me coloco en una mesa y apunto, disparo al centro varias veces sin fallar ni una.

Acerco el arma a mi cara, no es mi estilo, he utilizado armas automáticas más pesadas y de mejor calidad

En una trifulca está arma se trancaria rápido.

Saco el cartucho y le saco las balas que sobraron, lo dejo en la mesa y pruebo con otras, la mayoría son ligeras.

Mierda la carne

Salgo rápido, entro a la cocina, reviso la carne. Echo las salsas de tomates para que ponga roja y bajo la llama.

Monto la pasta sin picarla, por que mierda la pican? La pasta larga no es para picarse

Soy italiana y haya las cosas se hacen a lo tradicional.

Muevo mi cintura al ritmo de la música, tenía tiempo sin sentirme de esta manera, tranquila y relajada.

Incluso cocinar sola, lo extrañaba.

Salgo de nuevo de la cocina y voy al salón de tiros.

Busco un arma que sea buena a mi consideración, agarró una y otra

- joder, estás armas son una mierda - digo - que fastidio

Me levanto y apunto a la cabeza del muñeco está vez, me se todos los puntos vitales e importantes del cuerpo humano, que tanto puede afectar un disparo en algún órgano importante

Disparo varias veces a tres muñecos hasta que el arma se tranca

- joder, lo sabía - digo para mí misma

Saco el cartucho y la reviso, la medio arreglo y la dejo en la mesa

Siento unas manos en mi cintura y me sobresalto.

irresistible destrucción Onde as histórias ganham vida. Descobre agora