IX

688 69 42
                                    

Dicen por ahí, que la curiosidad mató al gato.

Pues bueno, ese dicho no podía tener sentido cuando casi nos matan por culpa de la cochina curiosidad.

Pues bueno, ese dicho no podía tener sentido cuando casi nos matan por culpa de la cochina curiosidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SHAILA.

— Abre la puerta — le ordené a Desnic. 

— Si eres tramposa, abrela tu. Tú fuiste la que quiso venir— Desnic se defendió.

Si, si tenía razón.

— ¡Ya voy! Gallina desplumada — mascullé.

Abrí la puerta con sumo cuidado. Estaba abierta, aunque no le tome mucha importancia a eso. La puerta al abrirse produjo un sonido rechinante y agudo que hizo eco por toda la casa.

— Ok, definitivamente hoy moriremos.

— Has silencio, Desnic. Pensé que eras mas valiente.

— Exacto, era...

Lo miré tipo: ¡Que idiota eres!. Antes de entrar al interior de la casa, que por cierto era mas aterradora por dentro que por fuera. Todo estaba en un mal estado, todo era oscuro y sumamente sobrio. La luz que había era la tenue luz del sol que se colaban por las viejas ventanas.

— Esto es demasiado, espero que esta casa no sea el lugar de sectas satánicas o algo por el estilo. Seria el colmo que un demonio posea nuestros cuerpos — Desnic de nuevo hablo, aumentando mi irritación. 

Y si, ese era mi amigo al que se le pegaba por hablar cuando estaba muy, pero muy nervioso o asustado.

— Te callas o juro que te golpeare, aun no sabemos si hay alguien en esta casa — lo señale en advertencia.

El solo chasqueo la lengua y continuamos avanzando.

Buscamos algo extraño por cada estancia de la planta baja, pero nada estaba fuera de lo común. Era solo polvo y mas polvo sobre más polvo, me preguntaba como es que un ser humano podía residir en un lugar tan polvoriento y sucio. O bueno, si es que alguien aun vivía en esa casa. 

— Vamos arriba — le avise a Desnic, quien tenia los ojos rojos por el polvo levantado, y la nariz roja de tanto estornudar.

Aunque yo no me quedaba atrás, mi nariz estaba húmeda y las ganas de estornudar pronto se harían presente. Genial, dos alérgico al polvo en acción.

Al subir las escalera, cada escalón emitía un sonido rechinido al momento que pisábamos la madera vieja. Y por mas que pisábamos con cuidado para que no emitiera ese ruido, era imposible que el sonidito pasara desapercibido.

Cuando por fin llegamos arriba vimos unas cinco habitaciones, dos de cada lado y una en el fondo.

— Yo reviso las habitaciones de la derecha y tu las de la izquierda ¿vale? — le expliqué a Desnic, quien no parecía muy convencido de mi plan.

SINIESTRO © ✔ [ #1 - Darkness ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora