SINIESTRO © ✔ [ #1 - Darkness ]

XXIII

Capítulo 23
»Confusos pensamientos «

SHAILA.

Perder a un ser querido duele.

Ver a un amigo llorar, duele.

Escuchar los gritos agonizantes de un mejor amigo que acaba de perder a sus padres, te parte el alma.

Es inevitable no llorar.

Me sentía culpable, por haberme olvidado de él, por dejarlo solo cuando sabia que debíamos estar mas unidos que nunca. Supongo que si fuera estado con él, quizás no fuera pasado nada. Pero ya de nada vale suponer de lo que fuera pasado, porque ya el daño esta hecho y es irreparable.

Visualice a Desnic, a través de las ventanilla, estaba dormido e inmovilizado.

Cuando había llegado corriendo lo primero que escuché fueron sus gritos que hacían eco por todo el pasillo del hospital, y solo pude ver desde afuera como le ponían algo en su muñecas y tobillo para que no se moviera, seguido de un sedante. Desde entonces no me han dejado entra a su habitación, por eso cada tres minuto me permití vigilarlo, para luego volver a sentarme en las bancas frente a su cuarto.

En mi mente aun persistía sus gritos agonizantes que se reproducían una y otra vez atormentándome;

¡NOOO! ¡mis padres no! ¡yo debí morir no ellos!

Cerré mis ojos, pegué mi frente a la puerta. Lágrimas brotaron, estaba llorando en silencio. Sé que de nada servía llorar, pero los gritos de Desnic me recordaban el error que cometí al dejarlo solo. No solo sentía culpa, también impotencia ¿porque ese monstruo nos hacia esto? ¿Que hemos hecho para merecer tanto sufrimiento?

— Sha...— pegué un gran sobresalto —, oh, mierda, lo siento, no quería asustarte.

Puse mi mano en mi pecho.

— Tranquilo, estoy...— mal. Suspire —: estoy bien.

Raziel, ladeó la cabeza achicando sus ojos — estas mintiendo.

¿Como sabe que miento? ¡Ah! Cierto por poco olvidaba lo que me contó, de que el puede sentir lo sentimientos ajeno y eso.

— Lo siento yo...— mi voz se quebró.

— Tranquila — se acercó, permití que sus brazo me rodearán —, esto tenía que pasar, asi que no te culpes, no te tortures de esa manera — susurro.

— Tu que sabes.

— ¿Recuerdas que yo puedo ver cosas que van a pasar?

No. Como que últimamente estaba teniendo una memoria de pez.