SINIESTRO © ✔ [ #1 - Darkness ]

XXIV

Capítulo 24
»El quiebre«

SHAILA.

Intenté moverme, pero no podía. Había algo que me abrasaba del estómago que me tenía inmovilizada. Me desperté abriendo mis ojos adaptándose a la tenue claridad de lo rayos del sol que se colaba por la ventana a través de la cortina. Bajé la mira.

—¡AHH! — grité quitando el brazo que estaba sobre ni abdomen. Entonces volteé hacia mi costado confundida y asombrada. Mi ojos se abrieron mas, otro grito brotó de mi labios seguido de un empujón hacia el motivo de mis gritos.

— ¡Ay! — se quejó, cuando cayó al piso.

Me acerqué a la orilla de la cama, viendo a Raziel tirado en el suelo.

— ¿Ups?

— Que bonito despertar, enserio, que bonito — se incorporó sobando la parte trasera de su cabeza. Quejándose.

Sin poder contenerlo solté una pequeña risa divertida.

— No es gracioso — se volvió a quejar.

— Me asustaste ¿ok? — me defendí —, no es muy casual para mi, despertar con un chico a mi lado y con su brazo sobre mi abdomen.

Él se levanto sentándose en la cama.

— Al menos no pudiste darme un pequeño empujón — bostezo. Estiró sus brazo, y luego meneo su cabeza de una lado a otro. Ocasionando que su cuello emitiera una especie de traqueo. Uh —, ahora me dolerá la cabeza todo el día.

— Ni siquiera te diste tan fuerte.

Se volteó y me miro incrédulo. Tipo; ¿Really, nigga?

— Claro, aparte casi me dejaste sordo con ese grito que pegaste — rodé lo ojos, Exagerado —. No hagas eso.

— ¿Qué? — rodé los ojos de nuevo —, ¿esto?.

— Exacto — hizo una mueca —, parece que te esta poseyendo un ente maligno cuando haces eso.

Antes de que pudiera reaccionar, se levanto rápidamente mientras reía y salió da la habitación. Idiota.

Me dejé caer sobre mi espalda, soltando un suspiro y miré el techo ¿en que momento Raziel se acostó a mi lado? Ni lo sentí llegar.

Este chico definitivamente me volverá loca.

Me levanté saliendo de la cama. Y me dirigí a la habitación que estaba enfrente, la habitación en la que respectivamente debí dormir.

Me tiré sobre la cama y abracé la almohada, sintiendo lo esponjosa, cómoda, suave y...

Me quede dormida.

No sé cuanto tiempo pasó luego de que cayera en un profundo sueño, si embargo, me desperté con el golpeteo de la puerta. Gruñi, no me quería levantar, tenía sueño, mucho, mucho sueño...