Capítulo 1

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Eddie Kaspbrak cursaba el último semestre de su carrera en la universidad. El chico no era del tipo popular, a decir verdad, solo tenía un mejor amigo, pero él se sentía a gusto con la presencia de Bill en su vida y no tenía la necesidad de hacer más amistades. Le iba bien con sus notas y disfrutaba de los conocimientos que adquiría.

Pero escondía un secreto. Un secreto del que ni siquiera su mejor amigo Bill tenía conocimiento. Eddie era intersexual, una condición médica que le produjo la tenencia simultánea de ambos aparatos reproductores.

En sus primeros meses de vida, Eddie recorría la mayoría de los días los hospitales con su madre por una rara malformación en su pene. Ninguno de los doctores podía darle la suficiente información ni qué podían hacer en ese caso, además de solo referirse a él como un hermafrodita. A la edad de cuatro años comenzaron con estudios y llegaron a la conclusión de que efectivamente tenía ambos sexos en desarrollo, pero aún no tenían la plena seguridad de si ambos llegarían a desarrollarse o solamente uno de los dos y, en el caso de que así sea, cuál. Pero en lo que si coincidían todos, es que aquella afección no influiría en su vida social mientras hubiera alguien que lo ayude a sobrellevarlo. En la sexual, no estaban muy seguros, pero al ser pequeño, no le prestaron mucha atención, y los estudios cesaron.

Cuando llegó la etapa en la que los cambios físicos debían comenzar en su cuerpo, llegaron los complejos, ya que Eddie no tenía completamente desarrollado sus testículos ni su pene. Al ver esto, su madre nuevamente se empeñó en conseguir tratamientos para su hijo, o información que le explicara qué podía hacer en ese caso. Lastimosamente no obtuvo ninguna de aquellas opciones. En su lugar, los nuevos estudios revelaron que su aparato reproductor masculino había dejado de desarrollarse desde hacía tiempo, y que por el contrario, ya disponía de un ovario, trompa, útero y la vagina completamente desarrollada.

Las esperanzas de ambos decayeron y los doctores recomendaron extirpar aquel testículo inmaduro para luego reconstruir el conducto de la orina y los labios mayores y menores en la vagina.

A la edad de catorce años Eddie experimentó su primer sangrado, y luego de llevarse un susto de muerte, los doctores le informaron que aquello era normal al tener un ovario maduro que era capaz de producir óvulos. Con el tiempo Eddie supo sobrellevar esa situación, además de que el sangrado era bastante irregular; solían pasar tres o cuatro meses entre uno y otro.

Su vida había sido un constante ajetreo por una condición médica que, aunque él la tenía, aún no disponía del conocimiento suficiente para saber exactamente con que trataba y cómo explicarla. Así que cayó, los únicos que tenían conocimiento alguno de su intersexualidad eran su madre, y los doctores que alguna vez lo atendieron.

No se lo había dicho a nadie nunca y evitaba los acercamientos sexuales que llegaban a ofrecerle indirectamente por temor a que alguien se enterara.

Hasta ese momento.

La música estaba extremadamente alta y Eddie confirmó su creencia de que había sido mala idea dejarse influenciar por Bill y asistir a esa fiesta. Ni siquiera sabía si era legal hacer una de ese tipo dentro de la universidad. Si alguno de los profesores llegaría a enterarse, estarían en serios problemas.

En su cabeza se lamentaba no estar acurrucado en la suavidad de su cama en medio del silencio de su habitación. Miró a su alrededor buscando a su amigo por el lugar, quien se había ofrecido a buscar licor, y al no encontrarlo, se levantó del sillón en el que estaba y se comenzó a dirigir a la puerta, dispuesto a irse.

No pasó mucho hasta que Bill logró interceptarlo y detenerlo. Le ofreció un vaso con un líquido amarillento y lo miró molesto.

-¿Pensabas abandonarme?- Le habló a Eddie acercándose a su oído para que lo escuchara. El castaño lo miró obvio.

-Me dejaste solo, y te estabas tardando.- Miró el vaso en su mano y comenzó a moverlo en círculos, concentrado en el líquido. Segundos después bebió gran parte del contenido.

-Ah, es que me encontré a Stan en la cocina y me pareció maleducado no quedarme un momento con él.- Volvió a gritar Bill, queriendo hacerse oír por encima del ruido. Eddie lo miró sonriendo pícaro, y llevó a sus labios nuevamente el vaso, bebiendo lo último que quedaba.

-¿No crees que deberíamos irnos? Digo... y si aparece un profesor y...- Su mejor amigo rodó los ojos y le tendió su vaso casi lleno, arrebatándole el vacío y quedándose con él.

-No te preocupes, tú solo bebe.- Le alzó el vaso con su mano y lo obligó a beber de nuevo. Eddie le hizo caso sin rechistar.

La música cambió a electrónica y el ambiente pareció encenderse aún más. Las personas comenzaron a aglomerarse y Eddie se alejó hasta una esquina para evitar ser aplastado. Bill lo siguió de inmediato.

-De verdad que ya me quiero ir.- Se quejó el más bajo y cuando Bill reparó en la expresión incómoda de su amigo, no pudo evitar hacerle caso. Ya era un logro que Eddie haya aceptado a ir con él, lo era aún más que haya durado dos horas, pero ya era suficiente para Kaspbrak.

Lo hizo tomarse lo que quedaba de licor y dejando los vasos en una pequeña mesa decorativa, se dispusieron a salir de aquel lugar. Unos cuantos metros lejos de la entrada a la fiesta, la universidad estaba a oscuras y en silencio, casi daba miedo. Doblaron en una esquina y cuando estuvieron a punto de bajar las escaleras para salir del edificio y dirigirse al de sus habitaciones, divisaron a un chico apoyado en la baranda y con un cigarro entre los labios.

Era mucho más alto que ambos y su cabello estaba revuelto. Tenía un estilo algo gracioso y su rostro era opacado por unas gafas que a decir verdad, no le quedaban tan mal si lo observabas bien.

Los chicos cruzaron frente a él, Eddie detrás de Bill, sin prestarle demasiada atención, cuando un silvido coqueto llamó la atención de ambos.

-No está nada mal.- Habló el chico. Eddie se sintió aludido y arrugó el entrecejo, dispuesto a reclarmarle aquella falta de respeto. El desconocido se volteó a mirarlo confundido, luego le sonrió burlón y continuó hablando. -¿Crees que es a ti? Por favor, hablo del cigarro, es de menta.- Eddie lo miró entrecerrando los ojos, desconfiado, sin llegar a creerle del todo sus palabras. -¿Quieres uno?- Le tendió la cajetilla y Eddie negó, aquellos eran sumamente dañinos para la salud.

-Eddie, debemos irnos.- Bill habló unos escalones más abajo, mirando a su amigo y al desconocido alternadamente.

-Eddie, tu niñera te llama.- Se burló el azabache para después llevarse el cigarrillo a la boca, inhaló el humo suficiente, lo mantuvo un momento en sus pulmones y lo expulsó segundos después.

-¿Sueles ser así de metiche todo el tiempo?- Preguntó Kaspbrak cruzándose de brazos. No habían intercambiado más de diez palabras y ya sentía que lo odiaba.

-No fuí yo el que arrebató un cumplido ajeno. Pero ya que insistes...- Se movió hacia un lado del castaño, con la intención de mirarle el trasero, y cuando lo logró, volvió a su posición inicial -Ese tampoco está tan mal.- Se ganó una mirada sumamente molesta por parte de Eddie.

-Eres un maleducado.

-Disculpa, princesita. No todos podemos permitirnos una clase de etiqueta.- Bill se dió cuenta de por donde iba la situación, y se regresó para tomar a Eddie del brazo antes de que cometa una locura.

-Vamos. Vamos Eddie.- Comenzó a descender con él, y Eddie se volteó a verlo enojado.

-Déjame, no. Quiero golpearlo, voy a golpearlo ¡Bill!- Se quejó el castaño, sin embargo, Bill no cedió y siguió llevándolo consigo. Lo último que vió fue al maleducado sonriéndole divertido mientras movía la mano en señal de despedida.

El chico de ropa graciosa se quedó hasta que el cigarro se consumió por completo entre sus dedos, y luego de tirar la colilla al suelo, la observó por un momento y asintió de acuerdo consigo mismo.

-Ninguno estaba tan mal.- Habló refiriéndose al pequeño Eddie, y al cigarro de menta que por primera vez había probado.

[CANCELLED] Am I Pregnant?! » Reddie [IT AU] •M-PREG•Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt