Capítulo 10

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Un poco más de mes y medio después del primer encuentro sexual entre Eddie y Richie fue cuando comenzaron a suceder cosas extrañas en el castaño.

Era fin de semana y en ese momento Eddie y Bill estaban en la habitación del más bajo, ambos aprovechando el tiempo libre trabajando en el desarrollo de las tesis que debían presentar. Sus tutores guía le habían indicado días antes los errores presentes y algunas ideas, y estaban corrigiéndolos en ese instante en silencio. O al menos así fue hasta que Bill sacó de su mochila una bolsa de papel con trozos de pan de ajo dentro. Sacó un trozo emocionado de comer y le tendió la bolsa a Eddie, quien la tomó gustoso para hacer lo mismo, ambos disfrutaban bastante de comer aquellos bocadillos. Sin embargo, cuando acercó aquella bolsa y la abrió, el olor a ajo golpeó su nariz provocándole náuseas y la alejó con asco, lanzándosela de nuevo a Bill.

-No quiero.- Dijo apretando los ojos y la nariz con sus dedos para evitar vomitar encima de todo en ese momento. -No quiero, no quiero, huelen mal.- Se quejó alejándose un poco, asustando a Bill con su actitud. El más alto lo miró desconcertado por las palabras salidas de su boca y verificó si los panes tenían algo más, si estaban dañados o podridos quizás, pero no, estaban en perfecto estado e igual que como a Eddie le gustaban.

-Son los mismos de siempre, Eddie.- Le aseguró volviendo a tenderle la bolsa pero Kaspbrak volvió a negar y se levantó de su sitio, dirigiéndose al baño.

-¡Huelen mal, Bill! ¡No quiero!- Dijo por último casi gritando, se encerró en el baño desesperado y dió un portazo. Se acercó al inodoro arrodillándose frente a él, y sin poder evitarlo devolvió todos los alimentos que había consumido hasta ese momento, luego siguió vomitando porque era asqueroso verse a sí mismo vomitar, y no paró hasta que el estómago le quedó completamente vacío y ya no tenía fuerzas siquiera para levantarse. Estaba aturdido por lo sucedido, y Bill fuera no tenía idea de qué hacer por su amigo, además de golpear la puerta para que lo deje entrar.

Era muy extraño que Eddie de un momento a otro repudiara los panes de ajo, ya que el mismo castaño era el que lo había obligado a comerlos en un principio, y con el tiempo terminó adquiriendole el gusto.

-Eddie, déjame entrar.- Habló Bill golpeando la superficie de la puerta con sus nudillos. De pronto el baño se había quedado en un silencio casi aterrador. Y por la mente de Denbrough pasaron muchos escenarios macabros.

A lo mejor vomitó tanto que su estómago se le salió por la boca.

O era tanto vómito que murió ahogado en comida a medio procesar.

O un payaso asesino apareció por el inodoro y se lo llevó para matarlo en las alcantarillas de la universidad y luego vendría por él como aquella película que había visto donde Jaeden...

O...

Los pensamientos con situaciones retorcidas de Bill seguían y seguían en su cabeza que de un momento a otro se quedó pasmado por lo que pensaba, sin hacer otra acción más que mirar la superficie de la puerta con terror y sorpresa. Y así estuvo durante un rato indefinido hasta que Eddie, completamente débil y mareado abrió por fin la puerta, encontrándose con el rostro pálido de su mejor amigo.

-Yo vomité y tú pareces el enfermo.- Habló despacio Eddie, acercándose al lavamanos para comenzar a lavar sus dientes. La boca tenía un sabor amargo y asqueroso propio de lo que había hecho, y era molesto.

-¿Estás bien?- Preguntó el más alto saliendo de su estupor. -Vomitaste mucho, Eddie.

-Probablemente alguna comida no estaba bien.

-Probablemente tú no estás bien. Solo viste los panes y te pusiste así.- Eddie detuvo lo que estaba haciendo y se miró en el espejo. Era verdad. Mientras no había visto los trozos de pan, le parecieron deliciosos en su mente para comer en ese momento, pero cuando su vista y olfato los captó, de forma automática adquirieron un olor y aspecto desagradable. Era extraño, muy extraño, porque a él le encantaban, y aparentemente ya no lo hacían.

-Estoy seguro que fue algo que ingerí antes.- Contestó no muy convencido y terminó de lavarse los dientes, después enjuagó su boca y secó sus manos.

-Yo creo que debemos ir a la enfermería para que te revisen.- Eddie negó a sus palabras y se acercó al estante donde estaban los medicamentos que tenía. Rebuscó hasta encontrar los antiácidos en la parte de atrás del estante y sacó el bote para tomar uno. -¿Estás seguro que es bueno que tomas eso ahora? Ya no tienes nada en el estómago.

-Bill, no te preocupes, sé lo que hago.- Expresó seguro Eddie ingiriendo la pastilla con un poco de agua.

Despues de aquello, la tarde pasó tranquila mientras desarrollaban sus tesis, por supuesto ambos omitiendo inconscientemente, los trozos de pan de ajo antes de que Eddie volviera a sentir náuseas solo con verlos, ya que este empezó a sentirse mejor.

Cuando Bill tuvo que irse a su habitación, aún preocupado de dejar solo a su amigo y que volviera a enfermar, fue cuando el silencio reinó en el lugar y a Eddie comenzaron a atacarle las dudas e inseguridades.

¿Era posible que haya comido algo a lo que era alérgico? ¿O que haya comido mucho? ¿O comido poco? ¿O que comió en general?

¿Qué sea un castigo del mundo por ocultarle cosas a Bill, cuando en realidad su amigo solía contarle todo a él?

¿Era el Karma? ¿El universo? ¿El espacio? ¿Maturin?

¿Era culpa de Richie por haber a aparecido en su vida?

Oh, de eso si tenía certeza, claro que era culpa de Richie. Todo era culpa de Richie. Desde que apareció en su vida no había hecho más que mentir y mentir y esconderse para que nadie descubra sus engaños. Había hecho cosas que no quería en un principio y que eventualmente podrían ponerlo en problemas. Y sin embargo ahí estaba su doble moral e hipocresía, porque en esos momentos ya disfrutaba de hacer lo que al inicio le parecía incorrecto con la persona que menos le agradaba en el mundo, y que ahora comenzaba a tolerar lo que decía y le pedía, porque empezaba a parecerle agradable.

Era extraño todo, igual que los vómitos de esa tarde. Aquellos que no tenían explicación, porque no podía ser lo que él creía que podía ser. No podía ser porque Richie usaba protección siempre. Él recordaba asegurarse de ver a Richie desechar los preservativos cada vez que terminaban. Él recordaba todo ¿pero estaba seguro de que recordaba todo todo?

Maravillosamente no recordaba haberlo visto desecharlo la primera vez.

Oops...

(***)

Chiquis, ustedes qué saben de las páginas espejo de Wattpad, porque encontré esta historia, Los Cuatrillizos Grazer y He's mine! en otra plataforma que no es esta y estoy entrando en pánico. De verdad que no quiero llegar al punto de anular las publicaciones de las historias.

[CANCELLED] Am I Pregnant?! » Reddie [IT AU] •M-PREG•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora