[CANCELLED] Am I Pregnant?! » Reddie [IT AU] •M-PREG•

Capítulo 4

Eddie miraba al azabache frente a él con pánico en los ojos y sus manos temblorosas mientras hacía un intento inútil por cubrirse la ropa interior y sus piernas desnudas. Aquella situación era mala, muy mala.

Era terrible. Era espantosa.

-R-Richie no puedes estar aquí. Vete. Tienes que irte.- El bocazas sonrió ante aquella escena frente a sus ojos y comenzó a cerrar la puerta detrás de él, lenta y tortuosamente.

-No tengo. A decir verdad ni siquiera quiero. Estoy disfrutando bastante la vista en estos momentos.- Caminó hasta la cama del pequeño Eddie y se sentó en esta sin despegar la vista del castaño.

Estaba emocionado. Era inusualmente placentero ver a Eddie vestido de esa forma y tan vulnerable a tan solo unos pasos de donde él estaba. Tenía las piernas al descubierto y tal como pensaba también eran igual de lampiñas que el resto de su cuerpo. Era muy excitante, e imaginar la ropa interior debajo de la gran camisa no ayudaba en la situación que comenzaba a presentarse allí abajo.

-Por favor, Richie. Sal de aquí. No puedes estar aquí ¡Esto es invasión de la privacidad!- Kaspbrak volteó a ver su alrededor en busca de algún pantalón que pudiera ponerse, sin embargo, aquel hábito de orden que llegaba a rozar lo obsesivo no se lo permitió. Su ropa limpia estaba en el armario del otro lado de la habitación y aquella que ya había usado se encontraba en el cesto de ropa sucia, en el baño. Estaba en un callejón sin salida del que difícilmente podría salir.

-No lo es ¿no recuerdas que tú me invitaste a pasar?- Se burlo Richie. Eddie abrió los ojos excesivamente confundido por aquellas palabras y miró al maleducado chico.

-¡Yo no...!

-Bueno, quizás tú no. Pero indirectamente tu vestimenta sí. Además, ese no es el punto.- El azabache acomodó sus gafas y le sonrió tranquilamente, como si en verdad no hubiera irrumpido en su habitación a la fuerza y no estuviera acosando a un semidesnudo Eddie.

-¡Si no te vas comenzaré a gritar!- Le recriminó Eddie, intentando amedrentarlo para que recapacite. Desgraciadamente no funcionó. Richie seguía igual de fresco y tranquilo en su puesto, sin dejar de disfrutar la situación. Se sentía como si estuviera en el mismo cielo pero en la inoportuna Tierra.

-Y cuando alguien venga diré que estábamos viendo una porno sadomasoquista.- El pequeño castaño suspiró frustrado y derrotado ante aquella situación, y lo miró a los ojos. -Dije que solo venía a charlar, y luego... bueno se presentaron motivos para negociar, Eds. No tienes por qué estar tenso.- Kaspbrak sintió su ceja temblar levemente debido a la molestia. Aquel idiota se atrevía a decirle que no debía estar tenso cuando en realidad debería estar gritando por lo que estaba haciendo. Estaba violando su privacidad y no estaba muy seguro si a él le esperaba lo mismo.

-No, claro que no. Después de todo es muy normal que los descerebrados entren a tu habitación a la fuerza.- Richie rió ante aquellas palabras y entrelazó sus dedos en su regazo.

-Yo soy el gracioso sarcástico y tú el paranoico miedoso. Los papeles no se van a invertir.- El azabache comenzaba a ponerse inquieto por ver a Eddie de esa manera. Si seguía con eso no estaba seguro de poder controlar sus deseos y hacer una locura, así que se puso de pie ante la mirada de Eddie y se acercó al armario.

-¿Qué crees que haces?- Preguntó el pequeño al ver a Richie comenzar a hurgar entre sus cosas. -¡No toques nada! ¡Tozier!

-¿Puedes calmarte ya? Te estoy buscando algo para que te vistas porque no estoy seguro de poder controlarme si sigues así.- Eddie sintió su cuerpo estremecerce antes esas palabras y retrocedió unos pasos, con el miedo comenzando a invadir su cuerpo. Él tenía razón. Él tenía malditamente razón. Richie Tozier era un enfermo psicópata que disfrutaba de asaltar sexualmente al más vulnerable que se cruzaba en su camino ¡y ahora él era la víctima!

Seguramente si alguien en ese momento le hubiera dicho que lo más cercano al sexo que conocía Richie eran las pornografías de internet, y los encuentros sexuales más salvajes que había tenido eran solo con su mano, hubiera suspirado aliviado y soltado una gran carcajada. Seguramente. Pero nadie lo hizo así que el miedo era lo que único que lo embargaba en ese momento.

El azabache rebuscó un momento, segundos después tomó un short pequeño que parecía deportivo y luego de inspeccionarlo se lo lanzó para que se lo pusiera. Esa acción logró que Eddie soltara su camisa al intentar atraparlo y solo ahí pudo ver apenas el borde derecho de la ropa interior femenina que vestía el pequeño en ese momento. Era rojo oscuro y le apretaba la cadera ligeramente. Desvió la mirada mientras Kaspbrak se vestía y cuando estuvo listo, no supo si aquella situación era mejor o peor que cuando no tenía nada debajo.

El short parecía amoldarse a su cuerpo y con eso solo sintió que comenzaba sentir calor.

-¿Ahora sí me vas a decir que quieres?- Eddie se cruzó de brazos y Richie tuvo que hacer un esfuerzo por concentrarse en el rostro del más bajo.

-En realidad es "qué queremos" Eds. Verás...- Se detuvo unos segundos y comenzó a acercarse. -Sin querer me acabo de enterar que eres todo un kinky y usas interiores de mujer.- Eddie se sintió molesto ante aquellas palabras de un idiota metiche que no conocían la verdadera razón por la que usaba ese tipo de ropa. Pero no podía reclamarle, su intención era seguir manteniendo su secreto, no revelarlo por un tonto que recién conocía. -No tengo nada en contra de eso pero... no queremos que nadie se entere ¿verdad?- Eddie comenzó a negar frenéticamente.

-No serías capaz...- Continuó negando sin poder creer lo que Richie estaba diciendo.

-Puedo y si no llegamos a nada, lo haré. Tu decides.- Tozier terminó por acercarse sonriendo y apretó su mejilla con sus dedos, ganándose un manotazo del castaño. Este estaba enfadado, no podía creer que lo estuviera chantajeando de esa manera tan... humillante y todavía se dignara a burlarse.

-¡Pero yo por qué! ¡Puedes buscarte a otra persona para fastidiarle la vida!- Eddie lo rodeó y se alejó, estaba muy cerca y no hacía más que ponerle los nervios de punta.

-Ninguna es lo suficientemente vulnerable.

-Eres un...

-¡Hey! No digas groserías delante del niño.- Eddie lo miró confundido por sus palabras y Richie se señaló al verle la expresión. -Yo soy el niño.- El castaño comenzó a inhalar y exhalar profundamente para no acercarse y darle un golpe en el rostro por ser tan estúpido.

-Me tienes harto. Dime que quieres o vete de aquí.- Volvió a cruzar sus brazos y esperó que el más alto hablara.

-Bueno ¿conoces la pirámide de Maslow?- Kaspbrak frunció el entrecejo sin entender a donde quería llegar con eso.

-¿Qué tiene que ver eso?

-Estoy pasando por una difícil situación en la que no está a mi alcance satisfacer una de mis necesidades fisiológicas más básicas.- Eddie lo miró irritado al no darse a entender que quería exactamente. -Mi agüita de playa necesita salir.- El castaño arrugó el entrecejo aún más al escuchar aquello.

-¿Qué...?

-Ya no es suficiente con jugar a las canicas...

-Richie...

-Quiero dejar el deporte blanco.

-¿Puedes...?- Richie lo miró irritado. Trató de no ser tan directo pero no sabía si Eddie era muy inocente o muy tonto para no comprenderlo. Habló de nuevo con su usual actitud sin vergüenza.

-Quiero ponerla, Eds ¿ya entendiste?- Los ojos de Eddie se abrieron sin saber si lo que estaba escuchando era producto de una pesadilla, y si lo era, quería despertar ya. Quería que alguien le lance un ladrillo en la cara para salir de aquel tormento. No podía ser posible, debía ser una broma. Estaba tratando de ocultar un secreto y el valor a cambio para callarlo no era otro que revelar el mismo a la peor persona que pudo haber conocido en todos sus años de vida.

-No, no, no... No pienso...

-Tienes una semana. Si no, ya sabes que pasará después.- Richie pasó por su lado revolviendo su cabello y se retiró de la habitación, dejando a Eddie en mitad del lugar con la boca abierta y con un conflicto interno incapaz de poder resolver, o si quiera poder aceptar que en verdad aquella pesadilla era su nueva realidad.