dieciocho ♔

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Los rojizos nudillos de Luke tocaban la puerta de el apartamento de Stella, esperando una respuesta o alguna señal de que la chica seguía con vida para poder aclarar algunas cosas con ella.

Cuando la morena abrió la puerta, fue una sorpresa para ambos. Stella llevaba un vestido de color rojo fuerte, unas mallas negras casi transparentes debajo de éste y unos tacones. Además, traía puesto un maquilaje bastante marcado. Parecía estar a punto de salir.

— ¿Luke? -alzó una ceja la morocha, luciendo así el maquillaje de sus ojos aún más.

— Stella... Wow, quería uhm, hablar contigo y... Wow, te ves hermosa...

Stella sonrió del lado, atrayendo a Luke por el cuello de su camisa y, cuando ambos estuvieron dentro de su apartamento, cerró la puerta con el tacón.

Horas después, cuando el rubio salía de el apartamento de Stella, su cabello estaba despeinado, sus finos labios estaban rojos e hinchados, habían pequeñas y apenas notables marcas en su cuello y los primeros botones de su camisa estaban sin abrochar.

Claro, él no sabía nada de eso. Ni siquiera lo notaba. Parecía estar en las nubes.

No, no habían tenido sexo; pero si Luke no hubiera recordado que tenía un novio que hubiera estado destrozado al verlo entrar por la casa, probablemente sí, habrían tenido sexo.

No podría explicar cómo ellos dos se habían reconciliado después de la pelea de hace una semana. Luke había entrado a hablar y razonar con ella, pero ella se había prácticamente tirado a sus brazos.

Era de noche, ninguna fan se veía por ahí y no pensaba que nadie lo estuviera observando.

Estaba equivocado.

— ¿Luke? -preguntó una voz bien reconocida, y Luke tuvo que entrecerrar sus ojos para poder reconocer a la persona entre la oscuridad pesada de la noche.

Melanie... Ho-hola -tartamudeó, nervioso.

— ¿De dónde vienes? -preguntó la chica, cruzando sus brazos sobre su pecho como una madre.

— De la... De la tienda -Melanie casi rió a plenas carcajadas ante la terrible mentira, pero se contuvo.

— Dime, ¿la señora que trabaja ahí es hermosa o hay alguna otra razón por la cual tengas marcas en tu cuello? -preguntó ella, mirando a Luke de arriba a abajo con decepción y disgusto.

Luke suspiró, no tenía excusa. Había estado con Stella para olvidar el hecho de que su novio estaba triste con él. Y había funcionado, pero justo al cruzar la puerta de el apartamento de la chica, toda felicidad se había esfumado.

— Así que te dejaste engañar por el juego falso de la chica, eh. Una total pena -dijo ella, una mirada fría en sus ojos que le recordó a la mirada larga que Ashton le había dirigido todos estos últimos días.

— ¿Juego falso...? -preguntó un confundido Luke, y pronto pudo sentir una presión en su mejilla y ésta estaba de color rojo y ardía.

— ¿No lo entiendes, Luke? ¿Es que acaso el sentido común no te llega? ¡Ésa chica no te quiere! Y tú estás tirando la relación que tienes con Calum por ella. Una chica que no te quiere ni la mitad de lo que Calum hace -espetó, y después de una mirada dura, se dio media vuelta y se fue.

—.

Cuando Luke entró por la puerta de la casa, esperaba que no estuviera nadie en la sala para que nadie viera que recién entraba a la casa. Para que nadie viera lo que Stella había hecho en él.

In troubles → cake hoodings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora