7. Soledad.

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Soledad.

Soledad sería la palabra con la que más se identificaría Ana en este momento.

Porque se sentía sola, sentía que nadie la apoyaba, sentía que todo lo que hacía lo hacía mal.

Ya que la única que le hacía ver de verdad que lo que hacía estaba bien, la que le hacía no sentirse tan sola.... se había ido.

Que estuvo hecha una mierda muchos días... semanas, es verdad.

A parte de que sus padres no le dejaban salir de casa, ella ni se molestó en salir de su habitación.

Comió poquísimo, lo que le traía Alfred a su habitación, se pasaba el tiempo recordando. A Mimi, sus momentos juntas.

Y también se enfadaba con ella misma, por que sentía que era su culpa, que debería haber impedido ese beso. Que no se debería de haber enamorado de una chica, que no se debería de haber enamorado de Mimi.

Estuvo lo que quedaba de verano hundiéndose en sus propios recuerdos destructivos, hundiéndose en su propia mierda.

Sentía que le habían quitado el oxígeno que necesitaba para vivir. Y en parte era cierto, ya que le habían quitado una de las cosas más importantes de su vida.

Ya que Mimi antes de ser su novia, fue su mejor amiga, fue su hermana.

Esa persona que siempre te cuidaba y te hacía reír y sentirte mejor en los peores momentos, esa persona que estaba a una llamada de distancia, esa persona que si te notaba rara, hasta por whatsapp, se presentaba en tu casa para hacerte sentir mejor.

Mimi era esa persona.

Los días a Ana se le hacían demasiado largos, al igual que las noches, pero pronto llegó septiembre.

Y quisiera o no, en su tripa se instalaban esos pequeños nervios, de volver a clases.

Sabía que no se la iba a encontrar en clase, ya que seguramente sus padres la hubieran cambiado de colegio, o algo por el estilo.

Pero todavía se aferraba a esa pequeñísima esperanza de volverla a ver.

El día antes de que empezaran las clases estaba nerviosa, seguía con esa pequeña esperanza.

Salió de su habitación, comió algo más, se dio una ducha, y preparó lo poco que iba a llevar y la ropa para el día siguiente.

Se puso las alarmas para no dormirse a la mañana siguiente, y ya cuando era bastante de noche se dedicó a ver recuerdos, con ella por supuesto.

Y es que tenía muchísimos álbumes de fotos, solo con la rubia de ojos verdes, había uno en concreto, con fotos de todos y cada uno de sus primeros días de clase.
Desde los 3 años hasta los 13.

Ana miró esas fotos una a una con todos los detalles, cuando miró la ultima foto, la del año pasado, y pasó la siguiente página sus ojos se llenaron de lágrimas.

Viendo una página en blanco, lista para poner la foto de este año. Ana la miró sabiendo que no podría ponerla.

Decidió no fustigarse más, y meterse ya en la cama.

Pero otra vez, llegó el silencio completo, la oscuridad... la soledad.

Empezó a dar vueltas y vueltas en la cama, cerro los ojos tan fuerte que hasta se hizo daño.

Y es que esa sensación de soledad era la peor sensación que Ana había sentido.

Abrió los ojos en mitad de la oscuridad, y asumió que esa noche tampoco iba a dormir.

Después de 10 años // warmi Where stories live. Discover now