10. Noches de insomnio

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Sus ojos conectaron con los de la rubia, al principio se sorprendió, pero después sonrió, como se había quedado parada en la puerta Miriam y Mireya tiraron de ella para que se moviera.

Ellas no habían visto a la rubia.

—¿Mimi estas bien? –le pregunta Nerea a la rubia, ella asintió no muy convencida.

—me acercó a la barra, ¿queréis algo? –pregunta Aitana, Nerea niega levantando su vaso a la mitad, Mimi asiente y le da el suyo vacío, Aitana sonríe y lo coge, se acerca a la barra, le empuja la gente, hasta que llega a ella, espera a que la atiendan.

Pero en ese momento ve a alguien, que le suena muchísimo, no sabe de que.

Se queda mirando a la chica morena, sin saber porque le suena su cara, no recuerda conocerla.

—¡Aitana! –oye que dicen su nombre, se da la vuelta y mira a Nerea y a Mimi, coge los dos vasos y va hacia las chicas.

—te quedaste embobada amiga –le dijo Mimi, mientras le quitaba un vaso de la mano y le daba un trago.

—ya... es que vi a alguien que me suena pero no se de que –dijo Aitana, Mimi la miró.

—¿quien? –preguntó Nerea, Aitana miró por todo el local buscando a la chica, cuando la encontró solo la señaló con la cabeza.

—Es.... Ana.... –respondió Mimi, Aitana y Nerea la miraron sorprendidas.

—¡vete a hablar con ella! –dijeron las dos chicas a la vez, Mimi las miró.

Nadie le engañaba, se moría de ganas de hablar con la morena.

Suspiró y asintió, Aitana y Nerea prácticamente la empujaron a hablar con Ana, fue despacio andando hacia ella.

Sonrió cuando se dio cuenta de que estaba con todo su antiguo grupo de amigos.

—¿¡Mimi!? –la primera que la vio fue Mireya, la rubia sonrió y abrazó a la otra rubia.

—¡pero que haces aquí! –le preguntó.

—la vida –dijo encogiéndose de hombros, miró por detrás de Mireya, viendo a Ana bailando con  Miriam, y sonrió.

—anda vete a hablar con ella –dijo la rubia que la pilló en seguida, Mimi se acercó al grupo seguida de Mireya, cuando los otros 4 la vieron se sorprendieron mucho y la fueron a abrazar, hablaron un poco de que había pasado con la rubia.

Pero Mimi solo podía pensar en una persona.

—¿te quedas aquí con nosotros? –preguntó Mireya, sonriendo.

—emm... estaba con unas amigas, a lo mejor debería de decirles que algo –dijo Mimi buscando con la mirada a sus amigas, aunque a ellas no las encontraba, se encogió de hombros y se quedó con sus antiguos amigos, ya buscaría después a Aitana y a Nerea.

—Mimi.... podemos hablar –le preguntó Ana, Mimi asintió, y fijó su vista en Ana, la morena le guió hacia la puerta.

Salieron del local, y empezaron andar, una al lado de la otra, sin hablarse, sin mirarse.

—te eche mucho de menos –dijo Mimi.

—y yo a ti –dijo Ana.

—bueno.... ¿que tal te ha ido todo? –preguntó Mimi.

—pues, podría haber estado muchísimo mejor la verdad –dijo Ana, mirando a Mimi.

—cuando nos separaron.... estuve muy sola, mucho tiempo, la verdad lo pasé muy mal. Al menos tenía a Alfred, que me ayudaba bastante a sobrellevar todo, fue el único que me cuido de verdad, y bueno después Miriam, Mireya, Roi, Cepeda.... ellos también me ayudaron mucho. –dijo Ana, Mimi la miró, pensando que lo único que merecía esa chica era ser feliz.

Después de 10 años // warmi Where stories live. Discover now