Capítulo 11.

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— Tranquilos solo quiero saber como saber cómo te encuentras Violetta y si están seguros de que quieren continuar con esto.
— Físicamente la enfermedad avanza y hay momentos en los que me hace sentir cansada, por otro lado, emocionalmente no lo sé, no quiero pararme a pensar. — La voz de Violetta transmitía su pesar.
— Tranquila Vilu, verás que pronto los médicos encontrarán la manera de sanarte. — Maxi rodeó con un brazo los hombros de su amiga. — Por eso hacemos la broma, para que se distraiga un poco. — Le informó a su profesor.
— En ese caso, cuéntenme cómo sigue esto. — Pablo los animó.

— Me alegro de que Maxi tenga novia. — Mencionó León antes de beber un trago de su jugo.
— Me imagino que sí, ahora estás seguro de tener el camino libre con Vilu. — Bromeó Francesca.
Ludmila intervino antes de que su amigo pudiese replicar. — No se distraigan, recuerden que ahora lo importante es hablar con ellos.
— Será mejor que piensen cómo porque ahí vienen. — Broduey acompañó sus palabras señalando hacia la puerta con un movimiento de cabeza.
— Ustedes hablen con Maxi y nosotras con Vilu. — Ordenó Camila mientras se ponía de pie.
— Vilu ¿podemos hablar? — Natalia la interceptó a mitad de camino.
La chica vaciló antes de responder.  — De acuerdo. — Dirigió su mirada al chico junto a ella. — ¿Nos vemos después? — Él asintió dejándolas solas y siguió su camino hacia la mesa donde se encontraban sus amigos.
Una vez tomaron asiento, Ludmila decidió no perder más tiempo. — ¿Nos dirás que es lo que está pasando?
Camila miró con desaprobación a su amiga y agregó — Es que últimamente te notamos muy rara ¿sucede algo que no nos hayas contado?
— Si alguien está enamorado ¿ustedes creen que debería jugarse por eso?— Hizo caso omiso a las preguntas de sus amigas.

— ¿Nos explicarás qué está pasando? — Le cuestionó Broduey.
León se unió al cuestionamiento de su amigo. — ¿Por qué tú y Violetta siempre están hablando con Pablo?
Aparentemente ajeno al interrogatorio al que era sometido, Maxi consultó a sus amigos. — ¿Ustedes creen que hay que jugarse por amor?
— ¿Qué? — La pregunta salió como un acto reflejo de la boca de Andrés.
Maxi frotó su nunca con nerviosismo. — Si alguien está enamorada ¿debería luchar por esa persona?
— Supongo que si realmente amas a alguien, vale la pena luchar por eso ¿no? — León desvió su mirada hacia un par de meses más adelante.

— ¿Si vale la pena luchar por amor? — Francesca observó a su amiga con incredulidad y esta asintió tímidamente, a lo que sus tres amigas intercambiaron miradas y pequeñas sonrisas. — Si estás enamorada de esa persona, no hay más opción que jugarte por él.
— ¿Aunque sea una verdadera locura?
— El amor en sí es una locura. — Le afirmó Camila.
Así, los dos grupos de amigos, pasaron lo que restaba de la tarde hablando y debatiendo del amor, si en verdad merecía la pena luchar por él y hasta donde serían capaces de llegar por él.

***

— ¿Estás completamente segura de esto?
— Sé que es una locura. — Dijo Violetta sin responder realmente a la pregunta de su amigo.
— Me alegra saber que eres consciente de eso, ya creía que habías perdido la cabeza por completo. — Bromeó haciendo reír a la chica. — Pero en serio, pueden llegar a enojarse mucho.
— Lo sé pero te prometo no dejar pasar mucho tiempo para decirles la verdad.
— Está bien. — Accedió luego de unos segundos. — Será mejor que no los hagamos esperar más. — Violetta le dedicó una sonrisa y caminó junto a su compañero los pocos metros que los separaban del S.U.M.
— Gracias a todos por venir antes de sus clases. — Se dirigió al pequeño grupo de alumnos reunido frente a él.
— ¿Sucedió algo Pablo? — León consultó con un poco de preocupación.
— En realidad sí, los he reunido para darles una noticia muy importante.
Natalia preguntó con el nerviosismo a flor de piel. — ¿Qué pasa?
— Dos alumnos quieren decirles algo. — Respiró profundo antes de proseguir. — Violetta, Maxi, son todos suyos. — Sus palabras fueron seguidas por sonidos de sorpresa e intercambios de miradas desconcertadas.
— Vilu ¿qué es todo esto? — Francesca cuestionó a desconcertada.
— Ayer Maxi y yo les preguntamos qué creían sobre jugarse por el amor ¿recuerdan? — Comenzó a explicar a lo que sus amigos asintieron.
— Y ustedes nos dieron exactamente el mismo consejo, nos dijeron que hay que luchar por quien se quiere. — Continuó explicando su compañero.
— Ya dejen de dar vueltas y digan qué está pasando. — Exigió Ludmila.

Violetta, una historia no tan feliz.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum