El destino ya está decidido

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Amane había permanecido con Tsukasa desde que este le pidió que se quedará a su lado, extrañamente no hubo ningún problema desde entonces, pensó que al convivir con él todo sería un desastre y no funcionaría, pero su hermano menor le había demostrado todo lo contrario.

Se preocupaba por el e incluso intentaba que su estadía fuese cómoda, solo había un pequeño detalle.

— Tsukasa... ¿es necesario que vista esta pijama de gato? — preguntó algo avergonzado mientras jugaba con una de las orejas felinas que tenía la prenda.

— Eh~ pero si te ves adorable con eso, aunque sin nada te verías mejor — dijo esto último sin una pizca de vergüenza para provocar a Amane y lo consiguió exitosamente ya que este cubrió su rostro entre sus manos.

— N-No me siento muy cómodo al utilizar cosas que parezcan lindas — le contestó con un puchero mientras jugaba con sus dedos.

Tsukasa en ese momento pensó que para ser alguien que no se sentía cómodo utilizando cosas lindas se veía entretenido con aquel atuendo.

— En ese caso tengo una idea — respondió divertido mientras aquella neblina oscura aparecía para luego dejar ver a un Tsukasa con un traje igual al de Amane solo que este era blanco mientras que su hermano utilizaba uno de color negro.

Los ojos de Amane brillaron al verlo, se veía tan lindo y tenía ganas de abrazarlo pero decidió contener sus emociones ya que eso era lo que esperaba Tsukasa, debía aguantar hasta estar seguro de querer unirse a alguien más.

¿Pero realmente era algo que debería considerar?

Claro no dudó en formar un vínculo con Yashiro ya que ella era una chica amable que estaba dispuesta a ayudar a los demás, pero ser marcado era diferente. Tenía miedo de ser traicionado, había recibido tantas traiciones de personas preciadas para el hasta el punto en el que se negaba a confiar en alguien más.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un dulce olor que provenía de la sala de té, era un aroma muy conocido para el y se encontraba entusiasmado por ir a comprobar si era lo que estaba pensando, pero antes se cambiaron para que no les vieran con las pijamas que Amane consideraba como vergonzosas.

Tsukasa intentó aguantar una risa, Amane era muy fácil de leer, tomó su mano y le guió a la sala de té, Sakura había preparado bocadillos en esa ocasión para ser más específicos las preferidas de Amane, las donas.

— La mesa ya está servida — les avisó Sakura con una leve sonrisa mientras servía el té e ignoraba los berrinches de Natsuhiko ya que este se encontraba celoso de el trato que le estaba dando a Amane.

— Señorita~ ¿porqué eres tan fría conmigo? — dijo esto como un cántico mientras se hacía el ofendido, pero fue ignorado nuevamente.

— ¿Porqué lo ignoran de esa forma? — preguntó Amane curioso al notar que no le prestaban atención, Tsukasa yacía sentado devorando unos cuantos pastelitos y Sakura tomaba su té con toda la calma del mundo.

— Solo pensamos que es como el aire —
le contestó Sakura con una sonrisa mientras le acercaba un plato con sus bocadillos preferidos.

— No te preocupes por eso, ven siéntate — Tsukasa se acercó a él y lo sentó en su regazo.

— ¡N-No hace falta que me coloques en tu regazo! — intentó levantarse, pero Tsukasa lo apegó más a el agarrandole de la cintura lo cual le puso nervioso y muy sonrojado.

— No te resistas, se que te gustan las atenciones que te estoy dando~ — susurró esto en su oreja mientras le daba un pequeño mordisco.

Eso si era el colmo para Amane ya que hizo su mejor esfuerzo para evitar que un sonido saliera de su boca y no solo eso estaban frente a los demás, acaso su hermano no podía tener algo de autocontrol.

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