Eres de mi propiedad

Un Pasado Sin Color

Luego de aquel acto de amor del día anterior, Amane y Tsukasa permanecieron juntos hasta entonces, el menor no se separaba de el ni por un segundo y de alguna forma eso le parecía tierno, si comparaba la actitud de Tsukasa con lo que era antes podría decir que estaba haciendo un buen trabajo con su autocontrol.

Todo la historia que recorrieron juntos fue difícil y dolorosa, aún faltaban muchos obstáculos y otras circunstancias complicadas pero creía tener la fuerza para resolverlas, aún recordaba esos momentos de soledad y tristeza por los que había pasado pero poco a poco todo comenzaba a desvanecerse para traer una luz más brillante, permitiendo así que una puerta hacía el futuro fuera abierta.

Es cierto que ahora era una aparición y posiblemente todo lo que pudo haber sido fue reemplazado por el cambio drástico en su destino, pero gracias a ese cambio otras cosas entraron a su vida e hicieron que sus días monocromáticos se llenaran de color.

Por primera vez logró hacer amigos y todo fue gracias a que Yashiro Nene ingresó a los baños ese día para que pudiera cumplir su deseo de amor, las cosas no fueron como las había planeado pero aún así logró formar un vínculo con la adorable chica e hizo una nueva amiga bajo la luz del atardecer.

Más tarde se decidió que ella le trataría de una forma más cercana para que así se sintieran como verdaderos amigos y ahí es donde entró el joven de los Minamoto, con el cual pensó que terminarían por llevarse mal pero resultó ser todo lo contrario ahora lo veía como otra persona a la cual debía proteger.

Y en cuanto a Tsukasa bueno..., no fue fácil verle a la cara luego de haberlo apuñalado, quien en su sano juicio sería capaz de traicionar así a alguien de su familia?, pero aquella vez no tuvo otra opción, se sentía cansado, angustiado y sobre todo perdido.

Ya no sabía distinguir lo correcto de lo incorrecto, solo quería que todo terminará y para eso debía eliminar todo rastro de aquel comportamiento conflictivo en su hermano menor que había sido creado por los monstruos de la familia, los cuales eran sus progenitores.

La lluvia caía mientras pensaba y observaba por aquella ventana que se encontraba en la habitación que había sido creada por la única persona que ocupaba su corazón él cual yacía sobre el descansando mientras tenía sus manos alrededor de su cintura para sentirse más cómodo.

Acariciaba su cabello mientras veía como respiraba lento y pausado, tenía una sonrisa en su rostro por la tranquilidad y comodidad del momento, si tuviera que expresarlo de alguna manera ahora mismo se sentía más vivo que nunca, aveces pensaba que esta era una nueva oportunidad para continuar y probablemente no se equivocaba al pensar de esa forma.

— Amane~ — susurró Tsukasa en sus sueños, pudo ver como sus pequeños colmillos sobresalían al tener esa sonrisa tan agradable en su rostro.

Con sus mejillas ligeramente sonrojadas le contestó lo siguiente mientras colocaba sus brazos alrededor de él con cuidado para no despertarlo.

— Siempre estaré aquí, no me iré a ningún lado

Como si este pudiera escucharlo su sonrisa se ensanchó y se apegó a el aún más, lo cual le hizo sonreír, sería mentira decir que aún no tenía miedo pero sus sentimientos de amor y afecto eran más fuertes y aplacaban esta emoción que sentía cuando Tsukasa volvía con sus hábitos incontrolables de manipulación y ataques de furia cada vez que las cosas no salían como quería.

Cerró sus ojos y dentro de poco terminó por quedarse dormido, sintió algo extraño antes de cerrar sus ojos pero tal vez solo eran imaginaciones suyas como la que tuvo el día anterior cuando fue a revisar que todo se encontrará bien así que no tenía porque preocuparse o eso pensaba....